Juicio
El “Pequeño Nicolás” defiende que se confabuló con el dueño de la finca para engañar a su mujer
La Fiscalía mantiene la acusación de seis años de cárcel por estafar, falsificar documentos y usurpar funciones públicas con el negocio de la venta de la finca de La Alamedilla
El juicio de la supuesta estafa que Francisco Nicolás Gómez Iglesias (conocido como el ‘Pequeño Nicolás’) realizó al empresario Javier Martínez de la Hidalga al intentar vender su finca de ‘La Alamedilla’ (Toledo) ha quedado visto para sentencia tras la última sesión de este lunes en la que el acusado ha reiterado que colaboró con el CNI aunque llevaba algunas carpetas con ese logo para “tirarse el pisto”. El ‘Pequeño Nicolás’ ha defendido en la Audiencia Provincial de Madrid que no hubo ningún fraude porque fue el empresario quien le pidió que lo ayudara y que fabricara algunos documentos para convencer a su mujer de la operación económica. Tanto la Fiscalía como la Abogacía del Estado han mantenido sus acusaciones de seis años de cárcel por delitos de estafa, falsedad documental y usurpación de funciones públicas.
Los hechos se remontan a los primeros días de octubre de 2014 cuando, según la versión del ‘Pequeño Nicolás’, estaba colaborando con la venta de estos terrenos. “Yo tuve una comida con el exministro Moratinos [Miguel Ángel Moratinos fue ministro de Asuntos Exteriores entre 2004 y 2010] y me pasó unos contactos. Me estuvieron explicando que el Gobierno [guineano] exactamente Toedorín [Teodorín Nguema Obiang es hijo del presidente de Guinea Ecuatorial] pensaba tener una propiedad aquí en España y querían que fuera grande y que estuviera cercana a Madrid”, ha explicado ante el Tribunal. Las gestiones fueron “más o menos fructíferas”, pero su detención por la Unidad de Asuntos Internos de la Policía frustró la compra.
En las sesiones anteriores, de la Hidalga dijo no haberse sentido estafado por Gómez Iglesias. Él creía que era un “un genio precoz” y tenía “confianza total” en sus diligencias, pero su mujer siempre sospechó. “Yo nunca me lo creí, pero Javier es que se lo cree todo. Es muy buena persona y muy trabajador pero es que le dices hay un burro volando y se lo cree”, ha indicado Rosa Ana Correro en su declaración como testigo este lunes. La defensa del ‘Pequeño Nicolás’ se ha centrado en argumentar que él no estaba estafando a la pareja, sino que se había confabulado con de la Hidalga para que la mujer, que era la que tenía el dinero, participara en la operación inmobiliaria. “Yo no sé lo que tendrás hablado con mi marido, pero yo mi dinero no te lo voy a dar”, le dijo ella en una reunión en el Hotel Villamagna de Madrid.
A lo largo del juicio todas las versiones han sido coincidentes con el hecho de que Gómez Iglesias y de la Hidalga acudieron al banco Santander esos días y sacaron 25.000 euros del empresario que se quedó el acusado. Luego, de la Hidalga se lo pidió de vuelta y Nicolás le devolvió 10.000 en un sobre. Según la versión del director de la sucursal bancaria le escamó que el ‘Pequeño Nicolás’ llamara allí delante de él a la exvicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría cuando había Consejo de Ministros. “El director del banco que me conoce mucho a mí me llamó por teléfono. Yo estaba comiendo en bar de enfrente. ‘Dile a Javier que ha venido aquí con un chico jovencito que creemos que es un fraude, que procure coger el dinero otra vez’”, ha expuesto la mujer del empresario.
El acusado ha reconocido que esta cuantía era para “gastos míos profesionales” y que si la finca se vendía él había acordado llevarse un 5% de la venta. “A mí me gustaba llevar carpetas. Era otra edad, si me preguntas ahora si lo haría te diría que no. Era para tirarme el pisto, para llamar la atención. No los iba a utilizar”, ha explicado sobre algunas de los documentos encontrados en su detención con las insignias de Casa Real o del CNI. Pero algunos de estos sí los fabricó a conciencia para presionar a la mujer del empresario y que accediera a la transacción. “Me dijo Javier que hiciera uno para convencer a la mujer y que él quedara bien. Que sea bonito, que tenga la bandera de España, que no se si es delito”, ha explicado Gómez Iglesias sobre su conversación con de la Hidalga.
Para la defensa del ‘Pequeño Nicolás’ el hecho de fueran documentos “burdos e inocuos” desmonta que hubiera ningún engaño porque a vista de cualquiera se trataba de papeles falsos. “Si ha servido como documento para llegar a la estafa, la propia declaración del sujeto pasivo [Javier de la Hidalga] nos dice que no ha sido utilizado como instrumento”, ha expresado el abogado. Una visión muy distinta a la que ha presentado la Fiscalía, defensora de que el delito de falsedad documental es continuado por las pegatinas y los sobres que tenía el acusado con insignias del CNI y de Presidencia del Gobierno. “Todo está trufado de engaños”, ha señalado el Ministerio Público. “Hay persistencia. No es miembro del CNI, no forma parte del gabinete de presidencia del Gobierno que es un organismo a través del cual se inicia la investigación. La actuación es indudablemente dolosa y requiere de cierta capacidad”, ha matizado sobre el delito de usurpación de funciones públicas.
El trastorno psíquico del ‘Pequeño Nicolás’
La defensa de Gómez Iglesias ha traído al juicio a los peritos que realizaron un informe psicológico del joven que sirvió en la sentencia del viaje a Ribadeo (que terminó con condena para él) como atenuante ante el diagnóstico de trastorno de personalidad con rasgos narcisistas. Sin embargo, los médicos en la sesión de este lunes han sostenido que este problema limita su capacidad y lo lleva a ser más impulsivo, pero no lo evade de saber que está comiendo un delito o un fraude. “Lo que lleva es a tener a la persona con un sentido elevado de la autoconfianza, necesidad de llamar la atención, de sentirse importante. Pero más allá de ello no condiciona para nada la capacidad de entender, de saber lo que está haciendo”, han especificado los médicos. “Él sabe perfectamente que lo que está asumiendo es inadecuado. Otra cosa es que tenga una reacción impulsiva en un momento dado”.
Se trata de un trastorno de personalidad crónico que requiere un tratamiento pero solo si él lo pide, según lo que han expuesto. En concreto, una de las psiquiatras que ha tratado al joven durante años ha manifestado: “No le quita capacidad de entender pero sí quizás limita la capacidad de decisión porque nace de su necesidad de ser importante y su necesidad de reconocimiento. Él puede pensar que la cosa está mal hecha pero no puede evitar meterse en situaciones no del todo clara”.
El abogado de Gómez Iglesias busca que esto sirva nuevamente como atenuante del delito. La Fiscalía, por su parte, ha negado que en los delitos que aquí se ven pueda utilizarse este informe médico, si bien ha pedido al tribunal que sí se tenga en cuenta que el ‘Pequeño Nicolás’ terminó devolviendo parte del dinero (10.000 euros) a de la Hidalga el mismo día que se lo dio. Esta es la cuarta sentencia a la que se enfrenta el joven que ya en 2021 fue castigado con un año y nueve meses por falsificar el DNI para que un amigo se presentara a la Selectividad por él y otros tres años por hacerse pasar por emisario del rey en un viaje a Ribadeo (Lugo).
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