Cumbre hispano-francesa

Aragonès, «invitado de piedra» ante el himno de España

El protocolo obliga al president a estar en la bienvenida rodeado de símbolos hispano-franceses

La cumbre hispano-francesa que va a celebrarse este jueves en Barcelona estará cargada de contenido económico, pero también va a tener un perfil muy político. El Gobierno busca en la capital catalana una foto que atestigüe de puertas afuera que la crisis política catalana se ha acabado y todo se ha normalizado. El Govern, en cambio, se ha embarcado en un doble juego: por un lado, intentará boicotear esa imagen con una manifestación en los aledaños de la cumbre; pero, por otro, estará presente ya que Pere Aragonès se ha empeñado en participar y se encargará de recibir a Pedro Sánchez y Emmanuel Macron.

Esta participación le puede acabar pasando factura a Aragonès a nivel de imagen, porque puede encontrarse con una foto polémica: en la recepción, sonarán los himnos nacionales de España y Francia y todo apunta a que él estará presente, sin que se escuche «Els Segadors», el himno catalán. Esa escena puede dejar a Aragonès como «invitado de piedra», algo que disgusta a un independentismo que siempre busca que Cataluña tenga voz a nivel internacional sin sometimiento a España y trata de cuidar mucho los símbolos. En Moncloa dan por hecho que, por protocolo, Aragonès estará en ese momento, aunque en la Generalitat, por ahora, evitan desvelar sus cartas.

La cumbre arrancará a las 10.30 horas, con la recepción de Aragonès en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) a Sánchez y Macron y las delegaciones española y francesa (diez ministros cada país). Ya a las 11 horas empezarán los encuentros bilaterales y la cumbre se alargará hasta las 13.30 horas, cuando se firmarán los acuerdos. Se van a tratar multitud de aspectos, aunque el ámbito económico tendrá mucho peso. No obstante, desde Moncloa subrayan que el gran hito será la firma del Tratado de Amistad, un marco jurídico que regulará las relaciones entre España y Francia. Es algo destacable porque España tan solo tiene uno sellado con Portugal, mientras que Francia lo tiene solo con Italia y Alemania.

En cualquier caso, la cumbre estará rodeada de gran simbolismo por el escenario. En Moncloa quieren desterrar toda vinculación con el «procés» y el independentismo, pero es evidente que el marco político catalán tiene mucho peso. El discurso oficial es que Cataluña es un lugar fronterizo y Barcelona reúne las mejores condiciones para organizar la cumbre, además de ser punto de conexión del macroproyecto del corredor del hidrógeno que conectará a Portugal, España y Francia.

Eso no quita, sin embargo, que muchas de las reclamaciones de Aragonès han sido asumidas por el Gobierno y estarán en la cumbre. La semana pasada, al confirmarse la celebración de la cumbre, el presidente Aragonès trasladó una carta al Gobierno de Pedro Sánchez con un listado de «recomendaciones» a tratar a lo largo de la cumbre. Temas que atañían a Cataluña y que pasaban especialmente por abordar la oficialidad del catalán en las instituciones europea, una cuestión nuclear para el Govern, que ya reclamó en la última reunión de la mesa de diálogo. No obstante, sobre esta cuestión, en Moncloa no se ha dejado claro si se tratará o no (tanto Francia como España tienen población de habla catalana).

Entre las propuestas que remitió Aragonès a la Moncloa, todas de carácter muy general, destacaba el capítulo de mejoras en infraestructuras con el corredor construido expresamente para el transporte de hidrógeno verde entre Barcelona y Marsella en el centro de la diana. También incluyó un frente común para recuperar el trazado original del Corredor Mediterráneo, un impulso de la Macrorregión Mediterránea y un mecanismo transfronterizo para superar los obstáculos jurídicos y administrativos que sufren estos territorios. Muchas de estas propuestas sí estarán.

La cita servirá también para calibrar el nivel de malestar y división dentro del independentismo, con la ANC en contra de ERC.