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¿A qué aguas británicas se refieren?

La Razón
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En tiempos de Castiella, se estableció una zona de seguridad aérea en torno a Gibraltar que conllevaba la prohibición de sobrevolarla. Está escrita la historia de las violaciones que realizaban los aviones británicos en total desprecio de aguas de indisputada soberanía española. Siendo la reiteración de las mismas llamativa, lo que ya es de premio son las repuestas recibidas de las autoridades británicas. En general eran del orden de ¿qué?, ¿cuándo?, ¿cómo? A pesar de las evidencias irrefutables aportadas, al parecer ni siquiera pasaban por ahí. En algunos raros casos reconocieron el sobrevuelo, justificándolo por razones de emergencia o seguridad vital. Por supuesto sin el menor propósito de enmienda. La UE encargado a España la vigilancia y control medio-ambiental sobre la zona marítima del Estrecho. Gran Bretaña recurrió este encargo aduciendo que dicha zona incluía aguas soberanas propias. El recurso no prosperó. En el ejercicio de tal responsabilidad el buque oceanográfico español Ramón Margalef ha realizado muestreos durante unas horas en aguas españolas, que los ingleses reclaman injustificadamente como suyas. En protesta han convocado a nuestro embajador en Londres- gesto que se reserva para temas que afectan seriamente a las relaciones entre naciones- y en el Parlamento se han oído expresiones como: hay que potenciar la presencia militar en la Colonia, debemos defender nuestra soberanía por todos los medios a nuestro alcance. No es ni remotamente imaginable que nuestros políticos emulen este lenguaje que, de Felipe II acá, se ha dejado de utilizar. Pero ciertamente, las excusas ofrecidas por el Foreign Office en el tema de las violaciones aéreas, podrían ser una fuente de inspiración en nuestra respuesta a la protesta inglesa. Para empezar cabría preguntarles que a que aguas británicas se están refiriendo. El Ramón Margalef, ha navegado en todo momento en aguas de soberanía española.