Órdago a Sánchez
Ábalos lleva su pulso con el PSOE hasta el final, conserva su escaño y se marcha al Grupo Mixto
El PSOE todavía se encuentra a la espera de recibir su decisión vía comunicado
El exministro de Transportes y exnúmero tres del PSOE, José Luis Ábalos, ha llevado su pulso hasta el final. La supuesta trama de comisiones de mascarillas a cargo de su asesor en el Ministerio impacta de lleno en su figura. El PSOE puso un plazo a su diputado para que entregase su acta en un un tiempo limitado de 24 horas después de un fin de semana de conversaciones al más alto nivel entre dirigentes socialistas con el implicado con el objetivo de llegar a una salida pactada para no damnificar ni al partido ni a él mismo.
Ábalos, sin embargo, ha desafiado a Ferraz y no ha cumplido con su exigencia, según ha adelantado Cadena Ser. Confirmará su decisión a través de un comunicado del que previamente había sido informado el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, quien, sin embargo, no conocía el contenido del mismo. El exministro dimitió ayer de su cargo como presidente de la Comisión de Interior, pero, finalmente, se ha agarrado a su escaño y ha contravenido la decisión de la Comisión Ejecutiva Federal del partido, que le instaba a dejar su acta en 24 horas. El PSOE todavía no ha recibido el comunicado de Ábalos, por lo tanto, no confirma la decisión de Ábalos de mantener su escaño, en palabras de Santos Cerdán.
De esta manera, acto seguido, los socialistas podrán suspenderle y arrebatarle la militancia en el partido así como darle de baja en el Grupo Parlamentario, previo expediente interno, según se reflejan en los estatutos del partido. El exministro trasladaba este lunes a La Sexta que pensaba "apurar los plazos" hasta el final. Además, reconoció no compartir la estrategia del partido pidiendo su dimisión porque ello significaría darle la razón al PP. Una de las razones que ha pesado en la decisión de Ábalos para no dejar su acta es porque si cede su acta como diputado perdería su aforamiento y los más de 5.000 euros que recibe al mes por su trabajo en las Cortes Generales. Reteniendo el escaño solo podría ser imputado por el Tribunal Supremo, en el caso de que fuera investigado en la trama de las supuestas comisiones por la compra de mascarillas durante la pandemia por coronavirus.
Ábalos ha decidido no dimitir a pesar de toda la presión que se ha acumulado sobre él. La vicepresidenta del Gobierno y vicesecretaria del PSOE había abierto la veda la pasada semana abriéndole la puerta a Ábalos, asegurando que todos sabían que decisión tomaría ella en su caso. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez hizo lo propio el pasado sábado en un acto con motivo de la internacional socialista. Se declaró "implacable" contra la corrupción "venga de donde venga" y "caiga quien caiga". En la misma línea sentenció la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría este domingo en un acto en País Vasco. El mismo lunes varios dirigentes socialistas, desde Juan Espadas (Andalucía), José Luis Escrivá (ministro de Inclusión) o Juan Lobato (Madrid) presionaron para que entregara su acta de inmediato.
La dirección del PSOE imputó este lunes al exministro como «responsable político» del caso de las mascarillas en el que está investigado su asesor. «No nos erigimos en jueces, pero la Comisión Ejecutiva del PSOE sí considera que existe una responsabilidad política. Esperamos que la entrega del acta se produzca en las próximas 24 horas», advirtió la portavoz Esther Peña en rueda de prensa tras tomar la Ejecutiva la decisión por «unanimidad». El PSOE busca así ejemplarizar con este caso para no caer en su propia contradicción. En 2018, en la moción de censura al PP tras la sentencia del «caso Gürtel», el propio José Luis Ábalos reprobó a los populares por corrupción con frases que ahora se le vuelven en contra. «No amparamos casos de corrupción» o «no tenemos a ningún cargo público al que decir que se vaya porque ya lo ha hecho. Tenemos un Código Ético», presumía.
Ábalos, al rechazar la posibilidad de renunciar a su acta, se adscribirá como diputado dentro del Grupo Mixto y compartirá grupo parlamentario junto a los cuatro diputados de Podemos, el BNG, Coalición Canaria y Unión por el Pueblo Navarro. Su paso al Grupo Mixto puede hacer variar la complicada aritmética parlamentaria en el Congreso. El PSOE pasa a contar con solo 120 escaños propios, más los 27 de Sumar. 147 escaños. A partir de ahí, deberá convencer a todos los socios para sacar cualquier ley adelante. Los socios, ahora, más fiables, son Bildu, ERC y PNV, lo que suman 165 escaños. A partir de ahí, necesita los siete votos de Junts y los cuatro de Podemos para llegar a los 176. El voto de Ábalos, en el Grupo Mixto, puede ser decisivo.
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