La Razón en Afganistán

Afganistán: cuenta atrás para el repliegue final

En menos de dos meses, la base de Qala i Naw pasará a manos afganas. El contingente español centra sus esfuerzos en el desmantelamiento de unidades y la reducción de efectivos

Soldados españoles entregan comida a un afgano
Soldados españoles entregan comida a un afganolarazon

Se acerca el final. En la base española de Qala i Naw (Afganistán) huele ya a repliegue. La cuenta atrás ha comenzado y a la principal base que España tiene en el país asiático apenas le quedan dos meses antes de pasar a manos del Ejército afgano. Y se nota, y mucho, en el trabajo que realizan los cerca de 1.000 efectivos que por el momento viven en ella. Repliegue, cierre o traspaso de autoridad (nunca retirada) son palabras que se escuchan en cualquier esquina de la base y centran prácticamente todas las operaciones que se llevan a cabo. Y, con ellas, una frase: "España se va de aquí con el deber cumplido". Desde hoy, LA RAZÓN y el periódico La Opinión de Tenerife conviven con estos militares, en su mayoría de la Brigada de Infantería Ligera Canarias XVI. Durante 10 días estos dos medios serán testigos de uno de los momentos más delicados de una guerra que se ha prolongado durante más de 11 años, y lo harán en unos días de máxima tensión con las celebraciones del fin del Ramadán. Pero, pese a ello, en la base "Ruy González de Clavijo", inaugurada en julio de 2010, no descansan y día a día planean y organizan los diferentes convoyes que transitarán por el peligroso paso de Sabzak con destino a la base de Herat, desde donde irán viajando por diferentes rutas a España. Sin olvidar, eso sí, otro tipo de acciones más humanitarias y que les permiten seguir ganándose a la población.

"El cometido de este contingente -ASPFOR XXXIII- es diferente a otros. Ahora lo importante es el repliegue", asegura el coronel José Luis Murga, jefe de la Fuerza, quien matiza que no se han olvidado de otras operaciones, como las que realiza la Unidad Cívico Militar (CIMIC) de apoyo a la población. "Llevamos ya tres meses haciendo repliegue y desmantelando unidades"y, sin embargo, "queda mucho por hacer". Y es que, poco a poco se van cerrando locales, replegando material y, a partir de ahora, el número de efectivos comenzará a reducirse notablemente hasta que a final de año queden aproximadamente entre 200 y 300 militares españoles. De momento, entre Qala i Naw, Herat y Kabul, España tiene 1.300 efectivos. El futuro, cifras concretas y tareas, aunque bastante claras, aún están por decidir.

Pero hasta que ese momento llegue, en la base "Ruy González de Clavijo"sigue la vida. Una imagen llamaba la atención ayer bajo el caluroso, seco y polvoriento ambiente: ciudadanos afganos que trabajan en el recinto español, hacían cola ante una pequeña sala. Uno a uno, cuando escuchaban su nombre en boca de un militar español (que se afanaba por pronunciarlo bien), entraban y recogían un saco con cinco kilos de garbanzos, cinco de lentejas, cinco de arroz, otros cinco de harina y tres litros de aceite. Salían contentos y agradecidos, y parecía no importarles tener que bajar la empinada cuesta que lleva a la salida de la base. Ni las mujeres de más edad parecían cansadas con más de 20 kilos de comida a sus espaldas. Es un regalo por el fin del Ramadán. Y no sólo eso, también es una forma de seguir ganándose a los afganos y de que confíen en los españoles. Cualquier detalle, por mínimo que sea, sirve de cara a un repliegue tranquilo y seguro.

La noche cae y la base se queda a oscuras. "Blackout", lo llaman. Los efectivos apuran sus cenas y muchos de ellos corren a dormir. Hay que madrugar para llevar a cabo una serie de operaciones de apoyo a la población. ¿Dónde? ¿Cómo? Hasta que no concluyan no se pueden dar detalles. Por seguridad, obviamente.