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Carromero vuelve a la vida
Abandona la cárcel de Segovia tras conseguir el tercer grado y da las «gracias por la atención» a los medios
Con media sonrisa, emocionado y portando una bolsa de deporte, el joven dirigente de Nuevas Generaciones, Ángel Carromero, volvía ayer a la vida. A las 18:10 de la tarde abandonaba la cárcel de Segovia en régimen de semilibertad seis meses después del accidente de tráfico en el que fallecieron los opositores cubanos Oswaldo Payá y Harold Cepero. Atrás deja la pesadilla de sus días en las «mazmorras» castristas de apenas tres metros de largo por dos de ancho y camas de hormigón de la prisión de 100 y Aldabó.
Después de que la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias avalara la propuesta de la Junta de Tratamiento de la cárcel de Segovia para que se le concediera el tercer grado, un educador de la prisión de Perogordo visitó a Ángel Carromero en su celda para comunicarle el régimen abierto alcanzado. El propio dirigente popular llamó a uno de sus amigos, Borja Alcedo, para que fuera a recogerle al centro penitenciario.
Minutos antes de su salida, un hombre que había acudido a visitar a un familiar a la prisión de Segovia se lo cruzaba en el hall y le saludaba mientras le advertía de toda la Prensa que le esperaba. Despidió al personal que se encontraba con un «adiós» y empujó la puerta de la libertad con decisión. Uno de sus amigos portaba una de las maletas mientras Carromero, antes de subirse al coche, se dirigía a la Prensa que le preguntaba por cómo se encontraba con un escueto: «Gracias por la atención». No quiso decir nada más. Ya en el coche suspiraba, aliviado, rumbo a su domicilio.
Sobre las 19:44 llegó a su casa, un piso situado en el madrileño barrio de Retiro que había adquirido meses antes de marcharse a Cuba. A diferencia del coche que le había ido a recoger, llegó en un vehículo negro, siempre escoltado por el coche rojo de sus amigos, que le subieron las maletas hasta su piso. Carromero entró rápidamente en su domicilio y poco después recibió la visita del presidente de Nuevas Generaciones, Pablo Casado, quien a la entrada del portal pidió que no agobiaran mucho al joven dirigente del PP.
Carromero abandonó la prisión de Segovia algo más delgado, con vaqueros, zapatillas y un chaquetón cámel. Ligeramente desmejorado, su cara reflejaba la fatiga y las ganas de llegar a casa. Quiere recuperar cuanto antes su rutina, volver al trabajo y pasar tiempo con su familia y sus amigos. Y eso hizo, pasó la tarde con ellos.
Gracias a la aplicación del convenio bilateral de ejecución de sentencias penales que España y Cuba mantienen desde 1998 y que establece que las penas impuestas en el país caribeño a españoles podrán ser cumplidas en centros penitenciarios de nuestro país, Carromero pudo ser trasladado a España. Según la liquidación de la condena que dictó la Audiencia Nacional, Carromero cumpliría su condena el 21 de julio de 2016.
El régimen abierto alcanzado por el joven dirigente del PP le permite pasar el fin de semana en su domicilio; sin embargo, el lunes tendrá que presentarse en el Centro de Inserción Social (CIS) de Madrid que decidirá las condiciones en las que cumple el tercer grado. Una de las posibilidades que contempla el régimen abierto es que el preso pueda salir a diario de la cárcel con la obligación de volver por la noche a dormir, excepto los fines de semana. Otra posibilidad, que según indicó su abogado prefiere Carromero, es que no tenga que dormir en prisión si acepta llevar un control telemático, que consiste en una pulsera con apariencia de reloj que se puede poner en la muñeca o en el tobillo (opción más recurrente al ser más discreta), ya que no se la puede retirar en ningún momento.
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