Yihadismo

El asesino del sacristán de Algeciras apuras sus opciones para evitar un juicio por terrorismo en la Audiencia

En la vista previa, su defensa insiste en que no fue un acto de terrorismo y reclama que el asunto se traslade a los juzgados de la ciudad andaluza

Yasin Kanza, el marroquí de 25 años detenido por la muerte de un sacristán en Algeciras
Yasin Kanza, el marroquí de 25 años detenido por la muerte de un sacristán en AlgecirasLa Razón

La defensa de Yassin Kanjaa, asesino confeso del sacristán de Algeciras, ha vuelto a pedir a la Audiencia Nacional que derive la causa a los juzgados de la ciudad andaluza porque en su opinión los hechos no tienen carácter terrorista. En la vista previa al juicio, su abogada ha insistido en los argumentos ya expuestos sin éxito ante el juez instructor y la Sala de lo Penal (que no obstante admitió "seria dudas" al respecto), que a lo largo de la instrucción se han negado a inhibirse de la investigación del asesinato a machetazos de Diego Valencia, sacristán de la iglesia de Nuestra Señora de la Palma, el 25 de enero de 2023.

La letrada ha puesto sobre la mesa los informes forenses que concluyeron que el acusado tenía sus facultades mentales "severamente afectadas" para negar que su intención fuese cometer un acto terrorista, reiterando ante los magistrados de la Sección Primera de la Sala de lo Penal los argumentos que ya expuso en su petición de inhibición a la Audiencia Nacional. Pero tanto la Fiscalía como el resto de acusaciones -entre ellas la AVT, Dignidad y Justicia, Abogados Cristianos, el Obispado de Cádiz y la Asociación Defensa Integral Víctimas Especializada, además de la que ejerce la familia de la víctima- han rechazado las pretensiones de la defensa y han solicitado que sea la Audiencia Nacional la que juzgue a Kanjaa.

Según fuentes jurídicas, la Fiscalía Fiscal ha argumentado que dado que ya están calificados los hechos, "el objeto del procedimiento está delimitado", por lo que la competencia de la Audiencia Nacional ya no está en cuestión. A la Sala, en todo caso, le resta ahora determinar si las conclusiones de los informes psiquiátricos avalan que se aprecie en el acusado la existencia de una eximente parcial o incluso completa (en este último caso, resultaría inimputable penalmente).

La Fiscalía pide 50 años de prisión

La Fiscalía pide para Kanjaa una condena de 50 años de prisión y que indemnice con 150.000 euros a su viuda y con 50.000 euros a cada uno de sus hijos, así como a los herederos del sacerdote y el ciudadano marroquí a los que también agredió, en su caso con 17.000 y 3.700 euros, respectivamente.

Su abogada niega que actuase con la intención de "alterar gravemente la paz pública" (una de las finalidades que definen los delitos de terrorismo). "Si la alteración de la paz pública se produce con posterioridad, no es un fin sino una consecuencia en sí misma", matizaba en uno de sus escritos, en el que insistía en que se trata de una persona que padece un trastorno mental, por lo que no perseguía "ninguna de las finalidades que el delito de terrorismo exige legalmente, al no tener capacidad para discernir el objetivo o la finalidad terrorista de sus actos", algo que estaba fuera de su alcance por ese "trastorno de tipo esquizofrénico" que se plasma en una afectación "severa" de sus capacidades cognitivas.

Las acusaciones consideran que los indicios de terrorismo -entre ellos las declaraciones de su compañero de piso sobre su radicalización exprés o el testimonio de su madre, así como su comportamiento antes, durante y después de la acción criminal, la propaganda yihadista que se le intervino y sus numerosas consultas a páginas de contenido radical- son más que suficientes para que sea juzgado en la Audiencia Nacional.

"Fue una fuerza divina. Un mensaje de Dios"

La defensa del supuesto terrorista niega que Kanjaa llevase a cabo un autoadoctrinamiento yihadista (que la investigación acredita con una sucesión de consultas a páginas de contenido islamista radical) dos meses antes del asesinato y tampoco ve indicios de terrorismo yihadista en las expresiones proferidas por el acusado antes, durante y después de los ataques. Su abogada justifica esas consultas online de contenido radical por su trastorno psicótico de carácter esquizofrénico.

La letrada ya expuso en su día que tanto el informe de dos psiquiatras aportado por la propia defensa como la ampliación del dictamen de los peritos judiciales justifican "claramente" la falta de competencia de la Audiencia Nacional.

Los peritos judiciales determinaron que Kanjaa tenía sus facultades "muy severamente" afectadas por una "descompensación psicótica aguda". Los dos psiquiatras de la defensa iban más allá al concluir que al cometer el asesinato carecía de "capacidad de juicio" debido a su "pensamiento delirante místico-mesiánico" que "le impediría percibir, comprender, decidir y ejercer control sobre sus actos".

El verdadero alcance de esa merma de sus facultades mentales y de su capacidad cognitiva serán determinantes a la hora de valorar una posible eximente parcial o completa, que reduciría o impediría una condena.

En su comparecencia ante los forenses, Kanjaa también negó que una motivación terrorista. "No hay terrorismo, fue una fuerza divina... Era un mensaje de Dios...", aseguró.

"El mundo se va a acabar"

Según relata la Fiscalía en su escrito de acusación, el 25 de enero de 2023 Yassine Kanjaa -quien desde hacía siete meses tenía abierto un expediente de expulsión tras haber entrado de forma irregular en España- entró a las seis y media de la tarde en la iglesia de San Isidro de Algeciras, donde "increpó a una persona" diciéndole: "¿Por qué crees en una escayola?" mientras señalaba una imagen de la Virgen. Después, cogió una Biblia y la golpeó contra un banco.

Salió del templo gritando "El mundo se va a acabar" y "Allah" y regresó a su domicilio, donde apagó su teléfono móvil y cogió un machete de grandes dimensiones que guardaba bajo la cama. Sobre las siete, se cruzó con A. L., al que acometió por la espalda y golpeó repetidas veces mientras le gritaba: "Tu trabajas para la magia". Al mostrarle el machete que llevaba bajo la ropas, A. L. huyó del lugar.

Un cuarto de hora después, regresó a la iglesia de San Isidro, donde se estaba celebrando misa, y entró "blandiendo el machete". En el templo había entonces unas diez personas. Al dirigirse al altar, el sacerdote intentó huir por el pasillo central, pero el acusado lo persiguió y golpeó, provocando que cayese al suelo, momento que aprovechó para asestarle un fuerte golpe en la nuca con el machete.

A continuación, se dirigió a la iglesia de Nuestra Señora de la Palma, situada a unos 200 metros de la anterior, donde entró a las 19:28 horas. En el patio se encontraba Diego Valencia, sacristán del templo, y se fue hacia él "y comenzó a golpearlo con el machete". El sacristán trató de protegerse con una silla y salió del patio en dirección a la Plaza Alta, "mientras Yassine lo perseguía y lo golpeaba con el arma". Valencia cayó al suelo en el centro de la plaza y el acusado "se dirigió a él y le propinó dos golpes fuertes con el machete, uno en el cuello y otro en la cabeza" que le produjeron la muerte.

Yassine Kanjaa se dirigió entonces hacia el Santuario Nuestra Señora de Europa, situado en la misma Plaza Alta, y golpeó reiteradamente la puerta, que se encontraba cerrada. Después continuó, blandiendo el machete, hasta el denominado "Mirador del Muro", donde dejó el arma blanca en el suelo y se arrodilló, momento que aprovecharon los agentes de la Policía Local de Algeciras, que habían acudido alertados por testigos presenciales, para detenerlo.