Política

Castilla y León

Así fue el “pucherazo”: votos masivos de madrugada desde una IP

Se detectaron “irregularidades” en el recuento de votos. Existía una diferencia de 82 votos entre los emitidos (1.013) y los contabilizados (1.094), que se repartían de la siguiente manera. Silvia Clemente, 561; Francisco Igea, 526; y Vanesa Pérez, 7.

El secretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas, junto a la candidata Silvia Clemente
El secretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas, junto a la candidata Silvia Clementelarazon

Se detectaron “irregularidades” en el recuento de votos. Existía una diferencia de 82 votos entre los emitidos (1.013) y los contabilizados (1.094), que se repartían de la siguiente manera. Silvia Clemente, 561; Francisco Igea, 526; y Vanesa Pérez, 7.

El “pucherazo” en toda regla fue detectado por un joven afiliado de Ciudadanos de Burgos al comprobar «irregularidades» en el recuento de votos. Existía una diferencia de 82 votos entre los emitidos (1.013) y los contabilizados (1.094), que se repartían de la siguiente manera. Silvia Clemente, 561; Francisco Igea, 526; y Vanesa Pérez, 7.

Un error del que informaba de manera inmediata a la portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Burgos, Gloria Bañeres y partidaria de la candidatura de Igea –la misma, que este sábado pasado, tras conocerse que la ganadora de las primarias había sido Silvia Clemente, anunciaba que abandonaba la formación naranja–.

En declaraciones a LA RAZÓN, Bañeres, que se encontraba en Valladolid con el candidato «perdedor» en esos momentos «lamiéndonos las heridas de la derrota», reconoció que en un primer instante no le dio importancia a este hecho. Algo que cambiaría con una nueva llamada, minutos más tarde, de este mismo joven afiliado, que tras seguir investigando, descubría que existía un alto número de votos emitidos –alrededor de 50– a altas horas de la madrugada del sábado, con una escasa diferencia de un minuto entre ellos. «Un patrón que se repetiría minutos antes del cierre de votaciones. Otro bloque alrededor de 30», manifiesta. A última hora del viernes, la candidatura de Igea aventajaba a la de Clemente en más de medio centenar de votos.

Fue en ese momento cuando Bañeres decidió dar la voz de alarma a Igea, que enseguida puso a trabajar a varios jóvenes de Valladolid, mano a mano con los de Burgos, para contrastar uno por uno los votos emitidos durante este proceso de primarias en Castilla y León. A partir de ahí, y tras realizar un cribado cronológico, es cuando cayeron en la cuenta de que «se habían hormonado los votos a favor de Clemente» durante esas horas de la madrugada.

Todo el proceso había sido registrado por un sistema de voto telemático de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, en los que sí que estaban contabilizados estos 82 votos como tales, aunque, y ahí se encuentra la clave, no se podía certificar el emisor de los mismos, como dio cuenta posteriormente la Comisión de Garantías del partido y quedaban anulados. Todos los afiliados para votar, y solo una vez, se debían registrar con un usuario y una contraseña. De esta manera, el resultado final seguía concediendo 526 apoyos a Francisco Igea, mientras que Silvia Clemente se quedaba con 479 sufragios. Aunque oficialmente desde el partido nadie sabe de dónde han salido esos votos, los rumores apuntan que han partido desde una misma cuenta de ordenador y desde Burgos.

Una victoria, la de Igea, que es «muy agridulce». «Se ha puesto en duda el sistema de votación y el del control. Y al final, no sé si ha sido voluntario o involuntario, pero sí me gustaría saber quién ha sido para que se limpie de polvo y paja todo el sistema», lamenta Bañeres. «Este revuelo no nos beneficia, pero si somos capaces de demostrar que cuando vemos una manzana podrida la sacamos, que no miramos para otro lado, pues a lo mejor la gente nos ve capaces de limpiar también lo de afuera», señala Bañeres quien siempre se mostró reacia a la llegada de Silvia Clemente a la formación, «ya que no me veía capaz de defender la mochila que traía una señora que supone justo lo contrario de lo que yo creo y pienso».