Cataluña

Las primeras grietas entre Illa y el empresariado catalán

Los pactos del PSC con ERC, los comunes y la CUP en materia de vivienda y fiscalidad no han gustado en la patronal catalana

GRAFCAT7908. BARCELONA (ESPAÑA), 06/05/2025.- El presidente de la Generaliat, Salvador Illa , durante la reunión semanal del ejecutivo catalán, celebrada este martes después de que la consellera de Economía y Finanzas, Alícia Romero (d), y la presidenta de Comuns en el Parlament, Jéssica Albiach, hayan anunciado un acuerdo para la convalidación de los dos primeros decretos de suplemento de crédito del ejecutivo catalán.EFE/ Toni Albir
El presidente de la Generalitat de Cataluña, Salvador Illa Toni AlbirAgencia EFE

El idilio entre Salvador Illa y el establishment económico catalán parece estar llegando a su fin. Lo que fueron acercamientos al mundo empresarial desde que el presidente catalán llegó a la Generalitat en agosto, se está volviendo en medidas que desagradan al poder económico. Un poder económico que, airadamente, está empezando a quejarse tanto en privado como en público.

Y es que desde que se formó el nuevo Govern se vio claramente que el PSC gobernaría en minoría y que, durante toda la legislatura, necesitaría el apoyo de sus dos socios de investidura, ERC y los comunes, para sacar adelante cualquier medida. Solo cuenta con 42 de 135 diputados que hay en el Parlament. Esto significaba que, por mucho que Illa tuviera unas ideas más o menos claras, iba a tener que renunciar a ellas en más de una ocasión en pro de la estabilidad y para contentar constantemente a sus socios.

Es cierto que Illa siempre se ha declarado defensor del libre mercado y de la colaboración público privada, acercándose a posiciones socialdemócratas moderadas, y que siempre ha mostrado un talante centrista, queriendo agrupar a muchos sectores hasta el punto de incluir en su Govern a muchos perfiles de la antigua Convergencia. Sin embargo, la necesidad parlamentaria le ha hecho proclamar en público, en reiteradas ocasiones, que está a favor de “intervenir el mercado”, sobre todo en sectores tan cruciales para la sociedad catalana como es el de la vivienda.

Precisamente esto es lo que se ha visto estos últimos meses en los que la Generalitat ha aceptado las exigencias de la formación de Jéssica Albiach en materia de vivienda, es decir, ha aceptado intervenir todavía más el mercado, creando un régimen sancionador para propietarios que incumplen las leyes, creando un cuerpo de inspectores y regulando los alquileres de temporada. También ha aprobado el incremento de la tasa turística, así como de otros impuestos y tarifas.

Reproches de la patronal

Ante esta situación, la patronal le ha presentado a Illa otra alternativa: en vez de pactar con la izquierda, que explore acuerdos “transversales” con Junts, el principal partido de la oposición, para generar consensos y, de este modo, sacar adelante medidas más afines al mundo empresarial y, dicen, más prósperas para Cataluña. Y es que Foment del Treball está presidida por Josep Sánchez i Llibre, que durante años fue responsable de los asuntos económicos de Convergencia en Madrid. Además, la patronal catalana tiene buena relación con Junts en Madrid.

Economía.- Sánchez Llibre (Foment) afea el pacto de vivienda de Goven, ERC, Comuns y CUP: Un "tripartito encubierto"
Economía.- Sánchez Llibre (Foment) afea el pacto de vivienda de Goven, ERC, Comuns y CUP: Un "tripartito encubierto"Europa Press

A este respecto, Sánchez Llibre declaraba hace dos semanas que los pactos en materia de vivienda y fiscalidad del PSC con la izquierda, “el mayor atentado contra la propiedad privada en los últimos 50 años de democracia”, fruto de lo que Llibre calificó como un “tripartito encubierto” formado por ERC, los comunes y la CUP, que fueron quienes dieron exigieron la regulación de los alquileres de temporada. Para Llibre, esas medidas no tienen lugar en ningún otro lugar de Europa. Según Sánchez Llibre, se trata de medidas que van en “dirección contraria a lo que necesitaría la economía productiva catalana y van orientadas al decrecimiento económico”. Además, decía que desde Foment el objetivo que persiguen es que «el PSC pacte con Junts», y no con la izquierda, en pro «de la productividad de la economía catalana».

En la misma línea fue Jaume Guardiola, presidente del Cercle d’Economia, quien en la clausura de la reunión de la semana pasada afeaba a Illa, delante de gran parte de la plana mayor empresarial y económica de Cataluña, que “algunas medidas de tu gobierno no nos parecen las más adecuadas para lo que necesita el país”, en referencia implícita a las subidas fiscales y la regulación del alquiler. Guardiola instó al president a explorar “pactos más transversales” que incluyan a Junts, el principal partido de la oposición, y alejen a los extremismos. “Tenemos la sensación de que no se incluye lo suficiente la visión del sector privado”.

Illa, por su parte, mantiene su relato: no es enemigo del mercado y cree en el sector privado, pero también cree en la exstencia de los «fallos de mercado». Para él, uno de los principales fallos es el difícil acceso a una vivienda y, por eso, «el Govern intervendrá y regulará donde sea necesario». Sin embargo, más que una convicción, lo que parece cierto es que Illa se ve en la necesidad de sacar adelante este tipo de medidas para que sus principales socios, después, le sigan dando apoyo parlamentario.