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Así se vivió a bordo del Juan Sebastian de Elcano la ansiada entrada en San Juan de Puerto Rico

Mientras una cálida brisa acompañaba esta entrada, no tardamos en vislumbrar en la lejanía varias banderas de España

Así se vivió a bordo del Juan Sebastian de Elcano la ansiada entrada en San Juan de Puerto Rico
Así se vivió a bordo del Juan Sebastian de Elcano la ansiada entrada en San Juan de Puerto Ricolarazon

El pasado lunes hicimos nuestra ansiada entrada en San Juan de Puerto Rico. Una entrada característica, recibidos por el castillo de San Felipe del Morro y rodeados de un paisaje tropical idílico, desconocido para nosotros. Mientras una cálida brisa acompañaba esta entrada, no tardamos en vislumbrar en la lejanía varias banderas de España. No nos cogió de improvisto ya que sabíamos lo que nos esperaba, lo que no quitó el indescriptible sentimiento que afloró en nosotros al ver semejante estampa.

Se trataba de las Siervas de María, que llevan cumpliendo con la tradición de recibir de esta manera a los barcos españoles desde el 16 de julio de 1898. Un tripulante del “Antonio López” fue el “causante “de esta tradición, después de que en el conocido como desastre del 98 y tras ser masacrado a cañonazos por barcos americanos, heroicamente se ató la bandera nacional a la cintura y llego gravemente herido a la orilla de una playa puertorriqueña. Allí en su último aliento consiguió darle está a un campesino boricua, al cual le pidió que la guardara y cuidara. Años después este campesino, pensó que sería mejor que fueran las Siervas de María quienes se hiciesen cargo de tan preciado tesoro. Atracamos en el muelle al tiempo que cantábamos “Las corsarias” y el clásico de esta isla que ya les comentábamos la semana pasada, “Mi viejo San Juan”, ante la atenta mirada de todos los allí presentes, entre los que pudimos observar hasta lágrimas de emoción.

Las monjas que ondean nuestra bandera al paso de un barco español por Puerto Rico

Nada más llegar fuimos a visitar a estas entrañables monjas que nos recibieron calurosamente, y reflejaban la misma ilusión que sentíamos nosotros también por estar allí, además de agradecerles su recibimiento y la labor tan importante que desarrollan en la isla desde 1897. La unidad de música interpretó varias piezas tradicionales españolas, para finalizar con “Mi viejo San Juan” y la “Salve marinera” lo que dio, si cabe, más emoción al encuentro.

Como pudieron observar en el artículo de la semana pasada, en nuestra fotografía, ambos íbamos con barba. Sabemos que esto puede haber extrañado a algunos, pero tiene una explicación. Aunque normalmente nos afeitamos a diario durante nuestros 5 años en la Escuela Naval Militar, el crucero de instrucción en el Juan Sebastián de Elcano es la excepción.

Es tradición autorizar a los guardiamarinas el dejarse barba durante los tránsitos largos, es decir durante los tránsitos en los que cruzamos el Atlántico y permanecemos más de 20 días en la mar.

Durante nuestros días previos a la entrada en San Juan de Puerto Rico, hubo tiempo de compartir momentos de esparcimiento en cubierta, y el que más nos llamó la atención y gusto, fue la barbacoa en cubierta, donde todos colaboramos y pudimos disfrutar de una soleada jornada.

Otro día se autorizó lo que denominamos como “playas”, en este hito se relaja la uniformidad y podemos estar en cubierta en bañador, leer un libro o incluso tomar el sol con música o jugando unas cartas.

Por otro lado, como anticipábamos la semana pasada, pudimos cumplir el hito de cruzar el Atlántico exclusivamente a vela y en tiempo para cumplir la fecha prevista de llegada a San Juan. En los 91 años que lleva el Juan Sebastián de Elcano surcando los mares, esta hazaña solo ha sido lograda en 7 ocasiones, que se dice pronto. Supone una gran alegría poder haberlo hecho en este año tan especial, el comienzo del V centenario de la primera circunnavegación del vasco de Guetaria que da nombre a este buque-escuela. Nosotros en particular nos sentimos unos privilegiados por haber coincidido este hecho también con nuestro crucero de instrucción, aparte de lo que ya de por sí supone navegar más de 17000 millas náuticas y visitar 8 países, que es la derrota que seguiremos en este 91 crucero de instrucción, y seguiremos contándole. Esperamos continuar con usted en este viaje.