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Tribunales

«Caso Begoña Gómez»: el juez estrecha el cerco sobre Moncloa por la asesora

La declaración de Bolaños abre la puerta a la citación del asistente personal de Sánchez tras ser señalado por la contratación de Cristina Álvarez

El ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños EUROPAPRESS

El hombre que ejerce de sombra del presidente del Gobierno será más que probablemente el próximo en ser citado en la pieza separada del «caso Begoña Gómez», en la que se investiga si hubo malversación de caudales públicos en la contratación y desempeño de María Cristina Álvarez como asesora de Moncloa. Principalmente, por las gestiones que hizo de la actividad profesional privada de la mujer de Pedro Sánchez.

Raúl Díaz Silva es la persona que el ministro de Justicia, Relaciones con las Cortes y Presidencia, Félix Bolaños, señaló al juez Juan Carlos Peinado –en su declaración de ayer como testigo– como la que tendría que saber de dónde procedió la propuesta de contratar a Álvarez, quien se convirtió en alto cargo en julio de 2018, justo cuando el PSOE llegó al Gobierno tras ganar Sánchez la moción de censura contra Mariano Rajoy.

Bolaños tuvo, incluso, que parar su comparecencia celebrada en su despacho del complejo presidencial para hacer una llamada y confirmar que Díaz, que ejerce formalmente como vocal asesor de la unidad de apoyo de la Secretaría General de Presidencia, es la persona indicada a la que preguntar sobre el nombramiento.

Este hombre es uno de los dos ayudantes personales de Sánchez como mandatario. Como él mismo contó en el documental «Moncloa: cuatro estaciones», cuando llegó a Palacio le dijeron: «Bueno, pues hay una plaza que es de libre designación que es la de ayudante del presidente».

Díaz confiesa sobre sus inicios en el puesto que «no sabía qué función o significado» tenía esta responsabilidad. Es la persona que acompaña en todo momento a Sánchez dentro del territorio nacional, aunque también en los viajes oficiales al extranjero.

Se ocupa de su agenda nacional y, como él explicó, va con él «al Congreso, al Senado, a todos los actos que hay». Su papel es siempre estar «muy cerca» del también líder del PSOE y se preocupa de saber dónde se va a sentar o de si en un momento preciso necesita que se le facilite algún elemento. «Solo con mirarlo sabes lo que quiere, si necesita una mascarilla, un bolígrafo...», contaba a la cámara.

Pero también, tal y como reflejan las imágenes del documental de «El País», firma documentos y uno de ellos fue el que recibió el instructor, tras requerirlo, en el que Díaz da cuenta de las funciones de Álvarez como directora de Programas de Presidencia.

El asistente de Sánchez se identificó ante el titular del Juzgado de Instrucción número 41 de Madrid como «responsable de la administración y de la coordinación del personal de los edificios de Palacio y Consejo de Ministros» en Moncloa.

Certificó, ante el juez Peinado, que la asesora investigada «desempeña tareas de colaboración inmediata, de carácter logístico y organizativo» en el marco de la «atención» a la esposa del presidente.

Una relación profesional sobre la que sacó a relucir en el documento remitido al juzgado que «predominan notas de afinidad inherentes a la confianza», lo que concuerda con que la propia Álvarez admitió en su declaración como testigo: que era «amiga» de Gómez desde hace años.

Este ayudante, que las fuentes del caso consultadas por LA RAZÓN ya dan por hecho que será citado próximamente por el instructor, desglosó ante el juez las tareas «de confianza» concretas que lleva a cabo la asesora de la mujer de Sánchez.

Lo que incluye desde la «gestión de la agenda, la preparación de reuniones, visitas y/o eventos» hasta la «gestión y administración de las comunicaciones».

Como se ha puesto en evidencia en el sumario de la causa, Álvarez cumplía con ello, pero también en lo relativo a la actividad laboral de Gómez ajena a su dimensión institucional.

Asistía a reuniones de la cátedra extraordinaria que codirigía Gómez en la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y gestionaba por mail con esta universidad asuntos como el registro del software que se indaga si se lo apropió Gómez, o con empresas que siguiesen financiando la cátedra.

Todo ello, también que se presentase como «colaboradora» de la cátedra, es, precisamente, lo que llevó al juez Peinado a investigar si hay malversación en su puesto de asesora gubernamental, por el que cobra más de 42.000 euros anuales y al que llegó –como declaró ella misma– porque le «contrató Begoña (Gómez)».

Bolaños ha dejado así el camino allanado para que el instructor tenga más aún en el foco a Moncloa. Él, que declaró por su condición de secretario general de Presidencia cuando se nombró a Álvarez, se desvinculó de la contratación y alegó que, en ese momento, en el que estaban montando un Gobierno, tenía a muchas personas a su cargo.

Nunca fue su jefe y defendió que esta figura ha existido con todos los presidentes anteriores, sobre lo que destacó que, a diferencia de otros, la esposa de Sánchez solo tiene una persona a su cargo. Todo se hizo, según el ahora ministro socialista, conforme a la legalidad.

El futuro de la causa

►Ya en mayo, el juez Peinado escuchará al directivo de Google que se encargó del patrocinio del software de Gómez. Miguel Escassi llegó a la tecnológica desde el ministerio de Nadia Calviño.

►Ayer se cumplió un año desde que se abrió la causa contra la mujer del presidente. El instructor espera informes de la UCO sobre el rescate a Air Europa, la UCM y el patrimonio de Gómez.

►La Audiencia Provincial de Madrid tiene en sus manos, pendiente de resolver, un recurso presentado por la Fiscalía en contra de que el juez haya prorrogado la causa otros seis meses más.