Galicia
Rajoy, primer baño en Pontevedra
El presidente del Gobierno se refresca en una piscina del río Umia, en Pontevedra. Calienta motores para sus vacaciones familiares en Sanxenxo.
Como pez en el agua. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, parecía ayer relajado, rodeado de helechos y eucaliptos mientras se refrescaba en las aguas de una piscina fluvial del río Umia, Pontevedra. Y, claro, la sorpresa del resto de bañistas fue mayúscula. No dudaron en capturar el momento en sus teléfonos móviles y aprovechar la ocasión para departir con su jefe de Gobierno, quien se mostró cercano y distendido, y bien acompañado por unos amigos, según informó «La Voz de Galicia». Fue una visita relámpago, prolegómeno de la que vendrá en agosto, cuando comiencen las vacaciones del presidente junto a su familia tras asistir al despacho con el Rey que cada año se realiza en el palacio mallorquín de Marivent.
Rajoy lleva tres años veraneando en la misma casa rural de Salnés, A Casa de Alicia, en la ría de Arosa, Pontevedra, y todo apunta a que este verano volverá a disfrutar de unos días de descanso en el lugar. En la playa de Areas ya están acostumbrados a ver al hoy presidente disfrutar de paseos junto a su mujer, Elvira, por la orilla. Sus vecinos han visto crecer a los pequeños de la familia, Mariano, de 16 años, y Luis, de 10, y bromean con la posibilidad de ver al mayor de los dos salir a divertirse con los amigos en el paseo marítimo de Sanxenxo o en el de Portonovo, «que ya le toca, como adolescente».
A pie de playa
El año pasado repitieron de nuevo su visita al restaurante O Postiño, a pie de playa, donde el resto de comensales quedó algo sorprendido por la aparente falta de personal de seguridad. «En una terraza donde todo el mundo va en bañador no vimos ni a la Policía ni a agentes vestidos de un paisano notorio. ¡Se debieron de mimetizar a la perfección con sus trajes de baño!», explica una veraneante. De hecho, es una peculiaridad que ha llamado la atención de los lugareños de otros pueblos que el presidente ha visitado anteriormente con su familia. Como cuando estuvo en la finca de Los Quintos de Mora, en Toledo, propiedad del Estado. Los vecinos del lugar, acostumbrados a las idas y venidas de otros mandatarios, también destacaban que la comitiva que acompañaba a Rajoy era «la mitad que con González, Aznar o Zapatero», en línea con las máximas de discreción y austeridad que suelen guiar al actual jefe de Gobierno.
Aunque Rajoy es una apasionado del ciclismo (recibió la Medalla de Oro de Ciclismo Profesional por su apoyo a este deporte), en sus visitas a Galicia opta por practicar «footing» junto a su amigo José Benito Suárez, presidente de la Autoridad Portuaria de Marín-Ría de Pontevedra y marido de la ministra de Fomento, Ana Pastor. El año pasado fueron fotografiados mientras recorrían la ruta de la piedra y del agua, un bello recorrido que discurre paralelo al río Armenteira y a sus antiguos molinos, lavaderos y fuentes. Los dos matrimonios son viejos amigos y han compartido vacaciones y viajes juntos, por ejemplo, a Doñana.
Las últimas visitas de Rajoy a su tierra se han caracterizado por continuas interrupciones para atender asuntos de Gobierno. En su primer año como presidente y ante la situación económica que vivía el país con la prima de riesgo disparada, programó en agosto tres reuniones del Consejo de Ministros. El año pasado, acompañó a Ángela Merkel durante una visita a Santiago de Compostela, en la que los verdaderos protagonistas de la estancia no fueron ni el botafumeiro ni el Apóstol, sino la reunión del Consejo Europeo que se celebraría en Bruselas pocos días después y el reparto de los cargos de la Unión Europea que se iban a repartir este año. Quizá, dados los buenos datos económicos que maneja el Gobierno, Mariano Rajoy se quite la chaqueta de presidente y se dedique a dar largos paseos por la zona y a disfrutar de su excelente gastronomía.
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