
Tribunales
La comitiva «sincronizada» de Puigdemont en su fuga
Los informes de los Mossos que analiza la juez detallan sus movimientos el 8 de agosto antes de huir

La segunda fuga de Carles Puigdemont –el pasado 8 de agosto, cuando regresó a Barcelona con motivo de la sesión de investidura del Parlament, se dio un baño de masas en un acto independentista en el Arco del Triunfo de Barcelona y desapareció burlando la orden de detención contra él del juez Llarena– sigue bajo la lupa judicial. La magistrada Antonia Coscollola cuenta ya con varios informes de los Mossos d’Esquadra que detallan tanto los movimientos del expresidente de la Generalitat como el dispositivo que puso en marcha la Policía catalana para intentar detener al líder independentista. Precisamente en las próximas fechas, los autores de esos informes desfilarán como testigos ante la instructora en el Juzgado de Instrucción número 24 de Barcelona (el próximo lunes, los cinco primeros y el 30 de junio, otros tres mandos) para ratificar esos dictámenes y realizar las aclaraciones oportunas.
Uno de esos informes incorporados a las diligencias que mantiene abiertas la juez Coscollola –que investiga a tres mossos por un delito de encubrimiento– identifica a estos tres agentes (Jordi Rodrigo, Xavier Manso, que fue escolta de Quim Torra, y David Goicoechea), al dirigente de Junts Jordi Turull y al bombero de la Generalitat Pere Mirallés (adscrito el parque de Granollers).
Tras el visionado de las imágenes grabadas por diversas videocámaras de vigilancia (y al seguimiento realizado in situ por varios agentes de la Comisaría General de Información), los autores del informe considera que todas estas personas acompañaban a Puigdemont «de manera sincronizada».
"Cooperación involuntaria de miles de personas"
La huida del líder independentista se produjo, según explicaron los Mossos a Llarena, «gracias a una maniobra de distracción desarrollada con la cooperación involuntaria de miles de personas y a la actividad organizada de un grupo de colaboradores próximos», lo que impidió ejecutar la orden de detención vigente. Los Mossos no esperaban una visita fugaz y el escenario de que Puigdemont ni siquiera intentase acceder al Parlament no entraba en sus planes, según expusieron al Tribunal Supremo.
Tras analizar las cámaras de un aparcamiento del Paseo Lluís Companys, los Mossos pusieron el foco en tres vehículos (dos coches y una moto). Uno de ellos, un Honda HR-V conducido por una mujer minusválida y que fue estacionado el 7 de agosto, fue el utilizado para la huida. El otro es un Volkswagen Golf con matrícula de los Países Bajos, se aparcó dos días antes de la llegada de Puigdemont. Ambos abandonaron casi al unísono, a las 9:06 de la mañana, el estacionamiento por la salida al Arco del Triunfo, seguidos de una moto de gran cilindrada, una KTM 790 Adventure.
"Movimientos sin relación" de dos vehículos
Aunque los tres circularon casi en fila india por la Avenida Vilanova y posteriormente hasta el final de la calle Nápoles «sin que ninguno abandone el mismo itinerario seguido», los Mossos desvinculan a dos de los tres vehículos del operativo para garantizar la huida del expresident.
Después de examinar las imágenes grabadas por diversas cámaras de seguridad (entre ellas las de la sede de Endesa en la Avenida de Vilanova), la Policía autonómica concluyó que no advertía «ningún indicio suficiente» para relacionar a los ocupantes del Volkswagen Golf con la fuga de Puigdemont. Los informes de seguimiento, subraya, detallan «movimientos sin relación entre los dos coches investigados».
Para los agentes de los Mossos, la «salida conjunta del aparcamiento y la posterior línea de vehículos creada» es una mera «coincidencia casual».
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