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Defensa

Sale a subasta el submarino Tramontana: el inesperado final de una máquina de guerra

Actualmente, se encuentra atracado en el Arsenal de Cartagena (Murcia)

El submarino "Tramontana" que sale a subasta. ARMADA ESPAÑOLAARMADA ESPAÑOLA

El imponente submarino Tramontana (S-74), una leyenda bajo las aguas que durante décadas surcó los mares al servicio de la Armada española, se encuentra ahora en un momento decisivo que marcará el cierre de su historia.

Tras años de servicio y múltiples misiones estratégicas, el Tramontana sale a subasta con un precio base de 138.468,53 euros, esperando a que alguien se haga cargo de su destino final. Actualmente, se encuentra atracado en el Arsenal de Cartagena (Murcia), donde aguarda el desenlace de su último capítulo.

Su destino, lejos de las aguas que recorrió con orgullo, será el desguace y la transformación en chatarra. Esta icónica nave, de la clase Agosta, que fue símbolo de poder y tecnología naval, enfrentará un fin inevitable y melancólico: ser desmontada para recuperar metales y piezas, cerrando así el ciclo de una máquina de guerra que dejó una huella imborrable en la historia de la Armada española.

El Tramontana fue botado en 1983 y desde entonces ha participado en numerosas operaciones de vigilancia, patrulla y ejercicios conjuntos con otras marinas internacionales, contribuyendo a la seguridad marítima en el Mediterráneo y el Atlántico. Su presencia fue clave en misiones de inteligencia y defensa durante tiempos de tensión, además de colaborar en ejercicios NATO y en operaciones de rescate y ayuda humanitaria.

Este submarino no solo representa un activo militar, sino también un símbolo de la capacidad tecnológica y estratégica española durante finales del siglo XX y principios del XXI. Su diseño y construcción reflejan una época en la que España apostó por fortalecer su defensa submarina con equipos de alta precisión y tecnología avanzada para su época.

Para muchos, el fin del Tramontana representa el cierre de una era, un momento cargado de nostalgia, pero también la oportunidad de valorar y recordar el legado de uno de los grandes guardianes submarinos de España. La subasta no solo pone precio a una embarcación, sino que abre la puerta a una reflexión sobre la evolución de la Armada y los cambios en la defensa marítima.

Quienes estén interesados en hacerse con este pedazo de historia naval podrán pujar por el Tramontana aunque su destino tenga menos épica.