Opinión

Los delfines

Lo del 2 de mayo no fue por el protocolo, fue por la política

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo (i), durante su intervención en el acto, a 04 de mayo de 2023, en Cádiz (Andalucía, España). El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha clausurado el acto de presentación de la candidatura del PP a la Alcaldía que encabeza Bruno García. 04 MAYO 2023 Nacho Frade / Europa Press 04/05/2023
Alberto Núñez Feijóo participa en el acto de presentación de la candidatura del PP a la Alcaldía de CádizNacho FradeEuropa Press

«Cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar», dice el sabio refranero. Es decir, debes estar pendiente de lo que sucede a tu alrededor porque te puede pasar lo mismo. Tienes que estar preparado. Y esto debe pensar Alberto Núñez Feijóo tras los sucesos del 2 de mayo. El ministro Bolaños resultó chamuscado porque perdió toda autoridad ante la presidenta de la Comunidad de Madrid. Se ha hablado mucho sobre cuestiones de protocolo y quienes lo hacen se equivocan. No fue el protocolo, eso solo fue la excusa, fue la política. Siguiendo la senda de aquel artículo de Bill Clinton, les ofrezco un remake: «Es la política, estúpidos».

Ayuso, y sin duda Miguel Ángel Rodríguez, tuvieron muy clara la ocasión y la aprovecharon. La Comunidad de Madrid celebrará las elecciones en clave nacional. O Sánchez o Ayuso, la máxima representante del antisanchismo. La Sanidad o los afectados por el hundimiento de sus casas en San Fernando de Henares serán temas menores. El tema es que Ayuso ha parado los pies a los sanchistas, que vienen a ser unos okupas del Palacio de la Moncloa. Lograron el objetivo. El PSOE, Podemos y Más Madrid han pasado a ser meras comparsas, incluso Vox, porque el escenario ha quedado fijado: Ayuso versus Sánchez.

Feijóo estuvo incómodo pero no movió un dedo. Si hubiera tenido agallas hubiera llevado en volandas a Félix Bolaños a la tribuna. No lo hizo y perdió una oportunidad de oro para decir que «aquí mando yo». Pero, al tiempo, pensó: ¿qué pasará si las cosas no van bien el 28-M? Por eso, en Génova se afanan en hablar de Ayuso, nadie se atreve a ningunearla, pero desempolvar a Juanma Moreno Bonilla, un perfil que no tiene nada que ver con Ayuso...

Feijóo sabe que los resultados de las elecciones municipales y autonómicas del 28-M marcarán el terreno de juego de cara a las generales. Ayuso ganará y solo está por ver si obtendrá la mayoría absoluta. Insisto, Ayuso ganará y no será una victoria de Feijóo. En el resto de España, la cosa tiene nubes y claros porque a lo máximo que se puede aspirar es a una amarga victoria. Según el número tres del PP, el partido solo se juega en Castilla-La Mancha, Extremadura y Valencia. Elías Bendodo dejó fuera de la partida a Aragón, La Rioja, Navarra, Asturias y Baleares. Inconscientemente o no, puso el listón muy bajo. Lo mismo que Feijóo cuando rebajó expectativas, y rebajar expectativas es situar a Ayuso, y su forma de ver al Partido Popular, por encima de Feijóo. Por eso, lo de las barbas.

Por si fueran pocas las borrascas, en Génova preocupa la presencia en autonómicas, pero más en municipales, de Ciudadanos o de otros partidos conservadores, como el PAR en Aragón, y otros grupos regionalistas en otras comunidades, que mermarán sus fuerzas. En el caso de Ciudadanos, sus votos no pondrán a los naranjas en el «top ten», pero sí que pueden dejar al PP compuesto y sin novia en algunos ayuntamientos y en las ansiadas comunidades autónomas.

Por eso, Génova ha elevado a los altares a Moreno Bonilla. Necesitan «otro» delfín para marcar a Ayuso porque en generales Andalucía ayudará como lo hará Valencia, frente a Madrid. Incluso, algunos apuntan que una cosa es Madrid y otra es España, y ponen de ejemplo a Esperanza Aguirre, que nunca dio el paso porque ganar Madrid no es ganar en España. No citan a Ayuso pero se les entiende todo, porque Ayuso ha definido a Madrid como el epicentro que cambiará España. Solo falta saber si Moreno Bonilla llevará Sevilla en bandeja de plata a Génova 13. Cuidado con lo que deseas, porque cuando hay delfines, el líder aparece débil.

Ayuso solo tiene que gestionar sus expectativas. El desmedido entusiasmo puede ser contraproducente porque ha ganado una batalla, pero para ganar la guerra queda mucho, y las elecciones siempre se juegan hasta el último minuto. Pedro Sánchez, como jugador de baloncesto, sabe de esto un rato.