Historia reciente

Un día de clase para no olvidar el 11M: "Mucha gente de mi edad no tiene ni idea"

Alumnos de instituto profundizan en la tragedia y en la respuesta solidaria ante el terror: «Es crucial que como sociedad tengamos memoria»

Solo 800 metros separan al IES Isabel La Católica de la estación de Atocha, uno de los escenarios del mayor atentado terrorista en la historia de España. Veinte años después, el profesor César Molina-Prados, de 46 años, abre una presentación con diapositivas y escribe en la pizarra: «20 aniversario 11M». Molina-Prados se dirige a 15 alumnos nacidos en los años 2007 y 2008 de este instituto. El objetivo de esta clase es recordar ese trágico 11 de marzo de 2004 en cuatro estaciones de Cercanías de Madrid y honrar a las 191 víctimas. Molina-Prados cree que «en el temario oficial el tema del terrorismo no está bien profundizado», pero le parece «bien» que ahora la Comunidad de Madrid quiere que se ahonde en esta materia. Según la Comunidad, «en la etapa de Educación Secundaria Obligatoria, «se van a introducir en la materia de Geografía e Historia para los cuatro cursos de la ESO contenidos que hacen alusión al fanatismo, las sectas y el terrorismo», así como «incorporar contenidos como el terrorismo en 5º de Primaria». Para esta clase, Molina-Prados hace un recorrido por esas horas terribles, abre un debate abierto con los alumnos y trata de incidir en el concepto de resiliencia: «Hubo cosas muy positivas en la respuesta de la sociedad española a los atentados». Y zanja: «Si no conocemos el pasado, no interpretamos el presente y no vamos a entender qué va a pasar en el futuro».

Molina-Prados es profesor de Geografía e Historia y Jefe de Estudios Adjunto en el instituto. En el 2004, al momento de la tragedia, no daba clase en el centro; de hecho, todavía no era ni profesor. Por enseñar Historia, es un perfil adecuado para impartir esta charla. Además, admite Molina-Prados, «todos los temas relacionados con la memoria me parecen muy interesantes. Conmemorar un hecho tan trágico me parece crucial. Es crucial que como sociedad tengamos memoria y sepamos hacia donde vamos».

Sobre los contenidos educativos, Molina-Prados cuenta: «Estrictamente, en el temario oficial, que se rige por la normativa, el tema del terrorismo no está bien profundizado. Curricularmente hablando se da en 4º de la ESO. En el temario aparece, pero no se profundiza del todo. Me parece bien que la Comunidad de Madrid ahora quiera hacerlo con temas de terrorismo, seguridad, memoria, porque no está con tanto detalle». Y añade: «Hemos preparado una clase como aniversario para recordar lo que supuso, pero que también lo hacemos por otros momentos, como por ejemplo hemos hecho con el 8M. Pero no es contenido de materia, así que no se le dedica toda la clase entera. Si fuese por el contenido, en 4º y curricularmente no se profundiza tanto. Creo que hay episodios, aniversarios que hay trabajar, aparte del temario oficial».

Reportaje Colegio IES Isabel la Católica en Atocha donde estos días en los que se cumple el 20 aniversario del 11M los alumnos de este centro reciben clases de historia aprendiendo lo que sucedió esos días.
Reportaje Colegio IES Isabel la Católica en Atocha donde estos días en los que se cumple el 20 aniversario del 11M los alumnos de este centro reciben clases de historia aprendiendo lo que sucedió esos días.Alberto R. RoldánLa Razón

Desde la Comunidad de Madrid, se explica que «en la etapa de Educación Secundaria Obligatoria, se van a introducir en la materia de Geografía e Historia para los cuatro cursos de la ESO, contenidos que hacen alusión al fanatismo, las sectas y el terrorismo. También a las mafias y las bandas juveniles violentas, las drogas, las adicciones, el suicidio y la pérdida de libertad». Además, «en la asignatura de Educación en Valores Cívicos y Éticos que se imparte en 5º de Primaria», se incorporan «contenidos relacionados con el bien común, la Constitución Española de 1978, el terrorismo, el estado del bienestar y el respeto a los bienes públicos». También, desde el curso 2020-2021, se imparte «una formación específica para que los docentes madrileños puedan explicar con detalle la historia del fenómeno del terrorismo, tanto internacional como nacional».

Sobre las nueve y media, cuando Molina-Prados se encuentra explicando, los alumnos permanecen callados y atienden, curiosos sobre el asunto que se trata. La clase se imparte dentro de la asignatura Ámbito Sociolingüístico, que mezcla temas de Lengua y de Historia, para los alumnos de 3º de la ESO de Diversificación. «He planteado la clase porque son chicos que no han conocido de primera mano los atentados del 11 de marzo». Sin embargo, comenta el profesor, «nuestro centro está muy bien ubicado y es raro que no sepan algo o no les suene lo que sucedió». En el centro, de los 130 profesores, no queda ninguno que estuviera en 2004. Y de los 15 alumnos de esta clase, nacidos en 2007 y 2008, solo uno de ellos no conocía nada sobre el asunto.

Una de las diapositivas de la charla se refiere a otro tipo de catástrofes relacionadas. Aparece una imagen en la pantalla sobre los atentados del 11 de septiembre de 2001 a las Torres Gemelas de Nueva York y otra sobre los atentados de julio de 2005 en el Metro de Londres. «Hay uno de ellos que seguro que os suena», dice en alto el profesor. Los alumnos conocen plenamente el primero de estos, casi nada del segundo.

«Mucha gente de mi edad no tiene ni idea. No hablamos de estos temas», reconoce Olivia

Sobre el 11M, uno de los alumnos plantea una duda: «¿Pero no fue ETA?». Molina-Prados zanja el asunto de forma contundente: «Aquí hay unos hechos probados y ya juzgados. En el juicio se determinó que los culpables eran de una célula yihadista».

Además, a muchos les sorprende un aspecto que confirma cómo cambió el mundo el 11 de marzo. Es una duda que se plantean los alumnos acerca de las mochilas con explosivos: cómo no se percataron los viajeros de que alguien había dejado una mochila abandonada. El profesor explica que en esa época no había sucedido una catástrofe así y que la gente no se lo imaginaba, y añade también el ejemplo del 11S y cómo cambió la seguridad y los controles en los aviones.

El hecho de haber nacido después de los atentados no les hace inconscientes ante la tragedia. Algunos de ellos tienen familiares o conocidos que de alguna manera estuvieron afectados por los atentados, y el profesor dedica una parte para que lo pongan en común. Uno de ellos comenta que su padre «cogió el tren anterior». Otros, como Olivia, vivieron el caso más de cerca. «Mi padre es policía, estaba de servicio en la comisaría de Leganitos. Le llamaron para ir a la estación», cuenta. Además, recuerda que bomberos y policías iban al restaurante de sus abuelos a por comida. «A mí me interesaba mucho el tema por mi vivencia personal y también porque soy muy preguntona. A mi padre le dolió mucho todo lo que vio». Y añade una reflexión: «Mucha gente de mi edad no tiene ni idea, no hablamos mucho de estos temas. Y yo creo que sí deberíamos hacerlo. Solo tengo estas conversaciones con mi familia».

La importancia de la memoria

El ejemplo de Olivia le sirve a Molina-Prados para hablar de solidaridad y resiliencia. El profesor destaca la respuesta y la reacción de la gente: cómo se unieron los policías, los médicos, los sanitarios, los taxistas, etc. para arropar a las víctimas. Recuerda las manifestaciones que se produjeron. «Sacar algo bueno de los problemas», comenta uno de los alumnos ante la pregunta que lanza el profesor sobre qué es la resiliencia. Molina-Prados añade: «Hay que sacar lo positivo, no diciendo que el atentado fue positivo, fue un horror. Pero en la respuesta de la sociedad española hubo aspectos positivos». Por ello, se pregunta: «¿Para qué conmemoramos este tipo de episodios? Lo primero, para honrar a las víctimas del mayor atentado en la historia de nuestro país. Para mostrar solidaridad y apoyo a las familias de la tragedia». Y después, «por la importancia de la memoria histórica. Hay que conocer los hechos importantes de la Historia de España y de cualquier otro país, porque al final vivimos en un mundo globalizado. Si conocemos el pasado, vamos a interpretar el presente y lo que puede pasar en el futuro», les dice Molina-Prados a sus alumnos.

«Conmemoramos el 11M, en primer lugar, para honrar a las víctimas», dice el profesor

Su experiencia como docente, sin embargo, es que hay algo de desconocimiento en los alumnos sobre el 11M, aunque estando en Madrid es más fácil que lo conozcan. «Tenemos un índice muy alto de alumnos que viene de fuera. Y estos alumnos es probable que ni les suene, pero suele ser al principio. A medida que van haciendo la ESO lo van conociendo». Uno de los enfoques que utiliza el profesor para que se familiaricen con la efeméride es cómo ha llegado a nosotros a través de la cultura popular. Por ello, les menciona algunos reportajes que se han hecho en los distintos medios de comunicación, así como la película ‘‘No habrá paz para los malvados’’. Por último, deja que suena en clase la canción ‘‘Jueves’’’, de la oreja de Van Gogh.

Para Molina-Prados, es muy importante este tipo de clases, no solo para que conozcan lo sucedido, sino también para un enfoque «competencial». «Cada vez más tienen más importancia las competencias y menos los contenidos teóricos. Las competencias implican que los chicos tengan en su vida, profesional o personal, las habilidades suficientes para desarrollarse. A mí la competencia ciudadana, que es la de tener conciencia de la sociedad en la que vives y los retos que tienes, me parece crucial, al margen de lo que luego vaya a estudiar cada uno».