Andalucía

Díaz activa el modo campaña: «Estoy viva»

Está reuniendo a los equipos y trasladando consignas. Retoma las riendas del liderazgo interno tras el golpe de las primarias.

La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, durante un acto en Sevilla hace unas semanas
La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, durante un acto en Sevilla hace unas semanaslarazon

Está reuniendo a los equipos y trasladando consignas. Retoma las riendas del liderazgo interno tras el golpe de las primarias.

Entre las numerosas ausencias del Comité Federal del sábado en Aranjuez, la más sonada fue la de Susana Díaz. Desde que la presidenta andaluza se midiera con Pedro Sánchez en primarias y perdiera, todos los movimientos de la una hacia el otro se miran con lupa. Díaz evitó dar plácet al nuevo reglamento del PSOE –que resta poder a las federaciones y lo concentra en el líder y la militancia– y reconoció que «ni ha tenido tiempo para leerlo ni cree que lo tenga para estar en eso». Tras su derrota, la presidenta se ha recluido en su cuartel general y ha dedicado «toda su energía y toda su fuerza en cuerpo y alma a Andalucía». Aunque oficialmente se predica el «respeto absoluto» a la labor de la actual dirección, «que es quien tiene que dirigir el ámbito interno», y se muestra la disposición a «arrimar el hombro para lo que haga falta», en privado varios cargos reconocen que «de Despeñaperros para arriba la responsabilidad es de Pedro y a ellos que no les rindan cuentas».

En contraposición, la presidenta maneja encuestas que le otorgan buenos resultados. El PSOE mantendría con solvencia la primera plaza y sus rivales directos –a izquierda y derecha– Unidos Podemos y PP se desploman. Ciudadanos sostiene el impulso catalán y crecería, pero no suma con los populares, por lo que su aliado natural seguirían siendo los socialistas. Estos buenos datos, así como el revulsivo que supondría una victoria en las urnas, han dejado volar la ficción de un posible adelanto electoral en Andalucía. Esta corriente de opinión, azuzada por la oposición que da por seguros los comicios en 2018, ha sido desmentida categóricamente por la propia Díaz y su entorno que señalan que necesitaría un «argumento contundente» para romper con Ciudadanos y convocar elecciones, tras el precedente de IU en 2015.

El siguiente hito en la agenda del PSOE-A es la negociación y aprobación de los Presupuestos. Esto puede servir de coartada para promover la ruptura del Gobierno o para ganar méritos de cara a los comicios de 2019. Los socialistas quieren hacer una destacada apuesta por la Sanidad y lo social, lo que seguro le generaría réditos de cara al electorado y también podría abrir fisuras con sus socios de Ciudadanos, reticentes a priori a un dispendio en este sentido. Tanto socialistas como naranjas dan por amortizado su pacto de investidura y no contemplan sacar adelante conjuntamente unas nuevas cuentas. No obstante, la negociación y posterior aprobación de los presupuestos se producirá después del verano, por lo que los tiempos en esto tampoco apuntan a un posible adelanto y el Gobierno andaluz podría prorrogar unos meses más los actuales sin caer en la inoperancia. Díaz cuenta, además, con el calendario a su favor. Sus comicios, previstos para marzo, se celebrarán más de dos meses antes de las municipales y autonómicas, por lo que contaría con el respaldo de los votantes antes de que Sánchez teste su renovado liderazgo a nivel territorial. No obstante, sí puntualizan que estos cálculos podrían verse alterados en caso de que Mariano Rajoy adelantase las generales.

Díaz está preparada para cualquier contingencia y ya ha activado el «modo campaña», engrasando los engranajes de la maquinaria electoral. «Ha lanzado un mensaje: “Estoy viva”», comenta un dirigente que ha asistido a estas reuniones y explica cómo Díaz ha tomado las riendas del liderazgo de nuevo, estableciendo consignas a nivel nacional, aunque con Andalucía como eje y prioridad. Tampoco en este ámbito se augura enfrentamiento con Ferraz, eso sí, puntualizan, «a menos que se toque Andalucía» y ponen como ejemplo la negociación del modelo de financiación. Su principal bandera.