Diez etarras tienen euroórdenes pendientes como la de Aranalde

La Policía detiene a Aranalde en Francia tras exhibirse en Biarritz, desde donde se jactaba de burlar una euroorden que pesa también sobre una decena de terroristas. Tras la denuncia de LA RAZÓN: nuestro periódico publicó el vídeo en el que Aranalde presumía de estar libre

Entre siete y diez presuntos etarras, con euro órdenes pendientes de ejecutar, podrían ser detenidos en las próximas semanas en Francia, según han informado a LA RAZÓN fuentes antiterroristas. Ayer, en una operación conjunta de la Policía gala y la Comisaría General de Información, fueron arrestados Joaquín Aranalde y Beñat Atorrasagasti. Hasta ahora, las autoridades del vecino país, cuando capturaban a un miembro de ETA con una euro orden pendiente de ejecución, lo presentaban ante las autoridades judiciales (normalmente en Pau, la capital del Departamento de los Pirineos Atlánticos) y, si los delitos que se le imputaban no eran muy graves, era puesto en libertad. Quedaba a la espera que España cumplimentara todos los trámites necesarios para ejecutar dicha euro orden y el individuo en cuestión fuera entregado a nuestro país.

Sin embargo, a raíz de las últimas comparencias públicas del llamado «colectivo de deportados» y, sobre todo, el acto celebrado en Biarritz hace diez días, considerados como auténticas provocaciones, esta actitud de «tolerancia» se ha acabado, según las citadas fuentes. Cuando las circunstancias lo permitan y en función del estado de tramitación de la euro orden, se procederá al arresto del presunto etarra en cuestión.

El momento complejo por el que atraviesa ETA y su entramado, con un debate interno que, en teoría debería finalizar en las próximas semanas, es el que ha provocado que quienes apuestan por la continuidad del «proceso» (aunque no se registre ningún tipo de avance en el asunto de los presos ni la retirada de las Fuerzas de Seguridad), hayan apostado por iniciativas como la de los deportados, con el fin de transmitir que «no estamos parados y algo se mueve».

Llamaba la atención, en las citadas comparecencias, escuchar a los huidos de la banda que su vuelta a casa era un asunto casi de horas, a lo sumo días, cuando, como quedó demostrado ayer, algunos tienen causas pendientes con la Justicia y tienen que responder de ellas, independientemente de la decisión que al final tomen los tribunales.

Las fuentes consultadas subrayan que, una vez más, al mundo de Batasuna (hoy representado por los legalizados Bildu, Amaiur y Sortu), el «tiro le ha salido por la culata».

En su afán de restar argumentos a los sectores más duros de ETA y su entramado, que denuncian, incluso en comunicados públicos, que el «brazo político» se ha convertido en «mero espectador» del «proceso», han sumado nuevas razones a los que sostienen que, para salir del actual «inmovilismo», hay que adoptar decisiones más contundentes.

El presidente de Sortu decía en «Gara» que «en el caso de los presos la presión va a tener que ser más fuerte (...) hay que hacer insoportable al Estado la dispersión de los presos», pero no concretaba ninguna medida. Si lo que tienen planeado –agregan– es algo similar a lo de los «huidos y deportados», que al final se va a saldar con más detenciones, lo único que van a lograr es alejar aún más a los sectores enfrentados en el seno de ETA. Uno de los detenidos, Jokin Aranalde presumía de su libertad en un video que se encuentra en la web de Herrira –colectivo de familiares de presos de ETA– mientras caminaba por el sur de Francia. Sobre él pesaba una euro orden de detención a raíz de una orden de busca y captura que emitió la Audiencia Nacional en 2004 por un delito de colaboración con banda terrorista. Jokin Aranalde –padre de Maite Aranalde, etarra que también está fugada– fue detenido el 25 de marzo de 2002 en una operación contra el «comando Donosti», pero fue puesto en libertad el 1 de abril por el ex magistrado Baltasar Garzón bajo fianza de 12.000 euros, circunstancia que aprovechó para darse a la fuga e instalarse en Francia. Aranalde no parecía esconderse ya que se jactaba en una grabación de que vivía en «Iparralde», como denomina el entorno abertzale al País Vasco francés, donde compró una casa mientras alardea de que en Francia no había tenido problemas para encontrar trabajo además de mostrar su satisfacción por la acogida de la gente. Atorrasagasti, por su parte, fue detenido el 14 de julio de 2012 en Edimburgo y extraditado el pasado 1 de febrero a Francia, ya que tanto este país como la Justicia española presentaron las correspondientes demandas de extradición. Los tribunales ingleses dieron prioridad a la demanda francesa y lo enviaron a París. El Tribunal Correccional de París le condenó el 22 de abril pasado a tres años de cárcel con dispensa de cumplimiento. En la sentencia el tribunal tuvo en cuenta la antigüedad de los hechos que se le imputaban y la «evolución de su situación desde entonces». Nacido en San Sebastián en 1976, Atorrasagasti se encontraba huido desde 2001 de la Justicia.

Ibaceta, absuelto

Por otra parte, la Audiencia Nacional absolvió ayer a Josetxo Ibaceta, ex secretario del alcalde de San Sebastián,Carlos Izagirre, de Bildu, del delito de amenazas terroristas por el que fue juzgado por increpar a tres aficionados de la selección española de fútbol que celebraban su victoria en la última Eurocopa, al no existir pruebas de estos hechos y no haber sido acusado por la Fiscalía de enaltecimiento del terrorismo, informa Ep.

Así consta en una sentencia dictada por la Sección Tercera de la Sala de lo Penal en la que se destaca que el acusado, que se enfrentaba a una pena de dos años y diez meses de cárcel, profirió la expresión «gora ETA militarra!», como reflejaba una grabación realizada por los aficionados de España, aunque la Fiscalía no sustanció su acusación por este delito.

La denuncia de LA RAZÓN

Como ya desveló LA RAZÓN el pasado 14 de junio, el presunto etarra Jokin Aranalde, procesado por colaborar con el comando Donosti exhibía su libertad en un vídeo grabado en el Sur de Francia, pese a tener una eurodorden de detención en vigor. No tenía reparos en contar su vida de la que indicaba, a modo de presentación personal, que se sentia cubano y «totalmente reinsertado», aunque «ilegalizado». Sostenía además en dicho vídeo que en 1987, momento de su primera detención, «no habia posibilidades de organizarse» e incluso hizo el servicio militar «antes de que el País Vasco entrara, a su juicio, «en un Estado de excepción. Eran tiempos difíciles para Euskal Herria», cuenta. Se definía a sí mismo como «antiguo coordinador de Batasuna».