Política

El desafío independentista

Colau abre la puerta al referéndum en Barcelona

El Ayuntamiento rechaza la propuesta del PP contra la consulta

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, se ha incorporado hoy tras su baja de maternidad
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, se ha incorporado hoy tras su baja de maternidadlarazon

El Ayuntamiento rechaza la propuesta del PP contra la consulta.

A la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, se le nota incómoda con el tema del independentismo. Es consciente de que buena parte de sus votantes la han escogido por situarse en un término medio entre los partidos tradicionales y el soberanismo; y hasta la fecha ha intentado ponerse de perfil todo lo que ha pedido. Pero el 1 de octubre, fecha del eventual referéndum, se acerca y las presiones aumentan. Eso no quita, sin embargo, que el voto emitido ayer durante el pleno municipal para rechazar el referéndum a propuesta del PP sorprendió a propios y extraños. Barcelona en Comú podría haberse abstenido, y seguir en la ambigüedad habitual, o votar a favor tal y como hizo el PSC, su socio de gobierno. Colau, sin embargo, que ayer volvía al pleno municipal tras su embarazo, prefirió alinearse con el bloque soberanista.

Así las cosas, el pleno municipal rechazó una proposición del PP para que el Ayuntamiento no dé apoyo al referéndum. BComú, el grupo Demócrata, ERC, la CUP y un concejal no adscrito votaron en contra, mientras que Cs, PSC y PP lo hicieron a favor. El debate evidenció la división que hay en el seno del gobierno municipal al respecto. El primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, cual equilibrista profesional, aseguró que el referéndum es «perfectamente posible dentro de la legalidad», pero que, visto que todavía no se ha convocado, votan a favor de la propuesta para no hacerle el juego al PP. En cambio, el líder socialista, Jaume Collboni, emitió una suerte de «sí» crítico, ya que «continuar por la vía unilateral no tiene solución» pero reprochó a los populares su incapacidad para encontrar una solución.

«Sentido común»

El presidente del Grupo Municipal del PP, Alberto Fernández, reprochó a la alcaldesa que se volviera a alinear una vez más con el independentismo y no rechace «el referéndum ilegal». «Espero que la alcaldesa este al lado del sentido común y no se comprometa a dar apoyo logístico con agentes de la Guardia Urbana, funcionarios municipales o facilitando los datos del censo», añadió, ya que «si el gobierno municipal respalda con medios municipales la organización de un referéndum ilegal, también deberá asumir responsabilidades». A su vez, la líder municipal de Cs, Carina Mejías, preguntó a la alcaldesa si quiere estar «al lado de la ley o ser una muleta del independentismo». Desde el PSC, Jaume Collboni cargó contra el gobierno de la Generalitat para contribuir a un «desgobierno» y también contra el Ejecutivo, al que ha acusado de ser «sordo, ciego y mudo» a la situación que se vive en Cataluña .

El portavoz del grupo Demócrata, la antigua Convergència, Joaquim Forn, reafirmó que el 1 de octubre se votará y que, cuando el 4 de julio se anuncien los detalles del referéndum, «exigiremos al gobierno municipal el máximo compromiso». Desde ERC, Alfred Bosch recriminó al PP que quiera «negar las urnas» y espetó a Fernández, Mejías y Collboni que se están «autolesionándose democráticamente». María José Lecha (CUP) fijó el 1 de octubre como la «fecha de caducidad» del Estado.

«Criminalización»

El primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, justificó el voto contrario de BComú porque la propuesta del PP es «una criminalización preventiva», ya que el referéndum no está convocado. Pisarello apuntó que cuando el gobierno catalán explique cómo piensa hacer el 1-O, los comunes tomarán una decisión al respecto y advirtió al PP que «no vamos a dejar de empujar» para lograr un referéndum con garantías para decidir el futuro de Cataluña «de manera libre, limpia y clara».

El debate sirvió para dejar claro una vez más que el PSC, aunque forma parte del gobierno municipal, en los temas soberanistas no comparte posiciones con BComú, ya que los socialistas han secundando la iniciativa popular.

El pleno aprobó del grupo Demócrata para impulsar un plan de choque por la convivencia en las plazas de Gràcia; de ERC para acelerar el Plan Director de Transformación de la cárcel Modelo; de Cs para adoptar medidas con el fin de reducir el IBI y de la CUP para desarrollar un servicio municipal integral y descentralizado dedicado a las víctimas de las violencias LGTBI-fóbicas. En la sesión de control, la alcaldesa aceptó la petición de la presidenta del grupo municipal de Cs, Carina Mejías, para incrementar la vigilancia de las instalaciones del metro y proteger a los vigilantes de seguridad.

En otro orden de casas, el pleno municipal también sirvió para poner cifras a la huelga de metro que se produce cada lunes, y ya van ocho, en Barcelona. Los paros han supuesto la pérdida de 546.000 euros a Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) hasta el mes de junio, según explicó la propia alcaldesa. Colau añadió, además, que la huelga ha conllevado la pérdida de 1,4 millones de validaciones del metro y aseguró que «el gobierno municipal está volcado en resolver» esta situación.