Política

Barcelona

El pacto secreto de Podemos para hacer alcalde al ex Jemad Julio Rodríguez

Julio Rodríguez tenía el acuerdo con Iglesias de que Carmena ganara los comicios y le cediera la alcaldía.

Iglesias sabe desde hace tiempo, y los sondeos internos se lo han venido confirmando, que sólo Carmena garantiza las opciones de conservar Madrid
Iglesias sabe desde hace tiempo, y los sondeos internos se lo han venido confirmando, que sólo Carmena garantiza las opciones de conservar Madridlarazon

Julio Rodríguez tenía el acuerdo con Iglesias de que Carmena ganara los comicios y le cediera la alcaldía.

«La causa del estallido total de la guerra civil en Podemos es que Pablo (Iglesias) tiene los estatutos del partido, pero Manuela (Carmena) es la dueña de los votos de la izquierda madrileña». De esta gráfica manera me resume un colaborador próximo a la alcaldesa de la capital de España la voladura de la difícil paz interna en Ahora Madrid, en una batalla que se ha venido fraguando a lo largo de los dos últimos años de mandato de la ex juez.

«Yo soy la alcaldesa y, si soy la candidata, mío será mi equipo», les dijo Carmena a un grupo de sus fieles hace tres meses. Entonces aún deshojaba la margarita y preparaba su «contrato político» con Pablo Iglesias como condición innegociable para repetir como cabeza de cártel de los morados
–con otra marca y otro estatus, que esa era su primera exigencia– para las municipales del próximo mes de mayo.

Iglesias sabe desde hace tiempo, y los sondeos internos de Pablo Echenique se lo han venido confirmando, que solamente Carmena garantiza las opciones a conservar la «joya de la corona» del poder de Podemos: el gobierno de la capital española. Y la candidata a la reelección asume también que esta segunda aventura sólo la puede afrontar con los conversos al «carmenismo», su reducidísimo grupo de fieles, los pocos que le han sido leales frente a las traiciones, los escándalos y las conspiraciones a sus espaldas de sus «otros» ediles: dígase los Guillermo Zapata, Celia Mayer, Romy Arce, Monserrat Galcerán y, a la cabeza de todos ellos, Carlos Sánchez Mato, comunista ultra ortodoxo «infiltrado» por Alberto Garzón en ese totum revolutum que ha sido la coalición Ahora Madrid.

En estas últimas horas, esa guardia de corps de Carmena ha decidido amotinarse contra Iglesias en persona interpuesta: el ex general José Julio Rodríguez, hombre de la máxima confianza del líder morado y conocido despectivamente en un amplio sector de Podemos Madrid como «el militar de la OTAN». Y en esas están –con el aval de la propia Carmena– Rita Maestre, Jorge García Castaño, José Manuel Calvo, Paco Pérez, Esther Gómez y Marta Gómez Lahoz, rebeldes contra la dirección del partido, que les obligaba a concurrir a las preceptivas primarias por las que deben pasar los aspirantes a cargo público.

Ellos alegan que el ex Jemad, elevado por Iglesias a la Secretaría General de Podemos Ciudad de Madrid –con mucha contestación interna–, tiene un compromiso de su mentor, derivado de otro supuesto pacto entre el líder y la candidata: que ésta contribuirá con su valorada imagen –sobre todo entre los votantes del PSOE– a ganar los comicios, y en el ecuador de su mandato cederá la alcaldía a Rodríguez. Se malician los amotinados que, vista la guerra interna permanente de esta última legislatura, el ex general ha decidido postergar en la nueva candidatura de Podemos a los «carmenistas» para favorecer a sus propios fieles.

Pero Manuela Carmena no quiere ser alcaldesa con un equipo no elegido y testado por ella, harta de los sobresaltos con los que una facción de Podemos, Ganemos, anticapitalistas varios e Izquierda Unida le ha obsequiado los últimos años. De hecho, el entorno de la alcaldesa lleva días deslizando una crítica al propio Iglesias por su empeño –ya casi una obsesión, denuncian– en premiar al ex Jemad de Zapatero con un cargo público y bien remunerado tras fracasar en sus intentos de llevarle al Congreso el 20-D encabezando la lista de Zaragoza, y luego el 26-J imponiendo su presencia en la lista de Almería. Madrid sería el particular «a la tercera va la vencida» de la entente Iglesias-Rodríguez.

En el círculo de Carmena nadie duda de que los amotinados lograrán su objetivo, y que si la agrupación de electores que ultima la regidora gobierna, estarán en el núcleo duro de la nueva corporación que dirigirá los destinos del Palacio de Cibeles. Y en el de Iglesias se admite –en privado, eso sí– que la única forma de retener las alcaldías de Madrid y Barcelona es escondiendo al electorado la devaluada marca morada y fiándolo todo a las personalidades de Manuela Carmena y Ada Colau. Por eso –reconocen dirigentes de Podemos– la alcaldesa madrileña no puede perder esta batalla.