El desafío independentista

El PDeCAT avisa a ERC: forzará elecciones si sacrifica a Puigdemont

Torrent quiere reunir hoy de urgencia a los independentistas para decidir el plan a seguir

El recién elegido presidente del Parlament, Roger Torrent
El recién elegido presidente del Parlament, Roger Torrentlarazon

Torrent quiere reunir hoy de urgencia a los independentistas para decidir el plan a seguir.

La decisión del Constitucional ha tensado la relación entre los independentistas. ERC asiste desnortada a los últimos acontecimientos. Todo el peso de la decisión final de los republicanos recae sobre Roger Torrent, el presidente del Parlament, que baraja una reunión urgente, para hoy, de los independentistas para tomar una decisión. La reunión de la Mesa se mantiene, en principio, para el martes. Torrent y ERC miran, como último salvavidas, a una frase que se atribuye a Josep Rull durante las negociaciones que mantienen los independentistas: «No se desobedecerá al Constitucional. Es la línea roja».

A este clavo ardiendo se aferra Torrent suspendiendo el pleno. Su otra opción es tomar decisiones desobedeciendo al alto Tribunal, autorizando la investidura de un Puigdemont ausente, por lo que se arriesgaría a un proceso judicial. La tensión es tal que, ante las dudas de Torrent, desde JxCAT arremeten contra él: «Si no quiere asumir responsabilidades, no haber cogido el cargo», sentenciando: «Torrent tragará. No puede hacer otra cosa porque ERC no tiene fuerza para frenar las decisiones de Puigdemont. Tanto ERC como Torrent se tragarán lo que pongamos», afirman ufanos en JxCAT, dónde se afirma con contundencia y sin dudas: «Puigdemont no vendrá porque no tiene garantías».

Joan Tardà verbalizó la posición que ERC llevaba semanas explicando. Para tener un gobierno habrá que «sacrificar a Puigdemont», afirmó en una entrevista en «La Vanguardia». Su posición enseñaba el camino a la presentación de un nuevo candidato de JxCAT a la presidencia. ERC estaba dispuesta a aceptar cualquier candidato. La respuesta fue inmediata. En las redes sociales, linchamiento público. Josep Rull le respondía: «O Puigdemont o Puigdemont, que es democracia o democracia». Y si no, forzarán elecciones con las mismas condiciones.

Casi al tiempo, ERC rectificaba dando su apoyo total a Puigdemont en boca de su portavoz, Sergi Sabrià. El entorno republicano justificaba a Tardà: «Ha dicho lo que tenía que decir, pero no era el momento». Lo cierto es que los republicanos tiraron la toalla en pocas horas porque no quieren aparecer como «traidores aprovechados».

ERC noqueada y rendida a las consignas de Puigdemont sólo alimenta una esperanza: «A ver quién pincha el globo. Esta situación no puede ser eterna», esperando un candidato altenativo.

«Nada que perder»

Sin embargo, sus teóricos aliados les dan una vuelta de tuerca en lo que es un enfrentamiento sin cuartel, descartando otro candidato que no sea Puigdemont y señalando elecciones. «No nos dejan otra salida. Una vuelta atrás sería una claudicación o una humillación. No tenemos nada que perder», afirman. La lógica apuntaría que «para salvar el veto del Constitucional y evitar la presión judicial sobre Torrent y la Mesa, que se agravara la situación de los presos y de los que tienen un proceso abierto, y el exilio de los cinco de Bruselas, se planteara un nuevo candidato como Elsa Artadi». Pero, esta no es la lógica de Puigdemont. Su estrategia pasa por ganar tiempo. Por un lado, aumentando la apuesta de confrontación con el Estado y, por otro, poner de rodillas a ERC. «El choque de trenes está ahí. Entraremos en un limbo legal que puede acabar en nuevas elecciones. Llevará su tiempo y será un nuevo fiasco internacional para Rajoy que tendrá que negociar».

Si su estrategia judicial funciona, Puigdemont ganará tiempo frente al estado devolviendo la pelota al TC y a Rajoy, pero, de momento, se apunta una nueva victoria sobre ERC que no se atreve a desmarcarse de su estrategia porque sabe que el mal mayor está por llegar: unas nuevas elecciones. «No nos da miedo las elecciones», dicen en el entorno de ERC descartando «una candidatura unitaria. Por ese trágala no pasaremos». Lo dicen con la boca pequeña, aunque apuntan que «después de unos meses más de 155, ya veríamos si las urnas les van tan bien». En JxCAT la sensación es diferente: «Si volvemos a votar obtendríamos al menos 15 diputados más». «A ERC se le nota que quiere abandonar el barco y eso el votante independentista no lo acepta». «Plantean una yihad en lugar de formar un gobierno», se lamentan los republicanos.