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El PNV enciende las alarmas de Moncloa: «Hay riesgo de que la moción salga»
El apoyo independentista a Pedro Sánchez puede condicionar al lendakari Urkullu

A última hora de ayer se filtró oficialmente el miedo a que el PNV acabase apoyando la moción Rajoy ha mantenido una relación directa con la dirección de los nacionalistas vascos, y esto da un valor aún mayor a la filtración.
El pulso entre los partidos de la oposición en el que se ha convertido el debate de la moción de censura de Pedro Sánchez, unido a la amenaza de Pablo Iglesias de presentar otra más, su segunda, si fracasa la socialista, sirvió hasta ayer por la noche para calmar la tensión del PP ante la votación de este viernes. Pero esa esperanza en que fracasase la iniciativa del PSOE no apacigua la sensación interna de que el partido va a salir «muy, muy tocado». Y esto se unió a la incertidumbre de una nueva moción para forzar el adelanto electoral y también al dato de que a última hora se filtró oficialmente el miedo a que el PNV acabase apoyando la iniciativa socialista por miedo a quedarse solo frente al resto del independentismo.
Parece que el soberanismo catalán apoyará al PSOE. Esta filtración, en la que se advertía de que el PNV no quiere apoyar a Sánchez, pero hay muchas posibilidades de que la censura salga adelante y el lunes haya un Gobierno de izquierdas, sorprendió incluso en una amplia parte del núcleo duro de Moncloa. Pero el mensaje era ése, y hoy está en todos los centros de poder: «Hay riesgo serio de que la moción salga».
Rajoy ha mantenido una relación directa con la dirección de los nacionalistas vascos, y esto da un valor aún mayor a la filtración. «Se lo están pensando seriamente, pero no es una decisión firme», explicó anoche un alto cargo popular después de confirmar que había llegado un mensaje del PNV a raíz de la posición independentista.
Este miércoles, un día antes de que arranque el debate, el Ejecutivo del PP no tiene ninguna garantía de que los nacionalistas vascos, que hace una semana permitieron con sus cinco escaños que salieran adelante en la Cámara Baja los Presupuestos Generales del Estado, vayan a rechazar esa moción de censura. "Tienen dudas. El PNV no dice lo que va a hacer", admiten las fuentes consultadas.
En este momento, tanto el PDeCAT como ERC se inclinan por apoyar la moción de censura del PSOE. De hecho, este mismo miércoles en la sesión de control del Congreso, el diputado republicano Gabriel Rufián ha dicho al Grupo Socialista que echar a "ladrones y carceleros"es "una obligación", no "una opción". Y en los pasillos, portavoz del PDeCAT, Carles Campuzano, ha adelantado que su partido votará lo mismo que ERC, aunque todavía no anticipan el sentido del voto.
En el PP confían en que los nacionalistas vascos no apoyen finalmente la iniciativa de Pedro Sánchez, después de todo lo que han negociado con las cuentas públicas. "Son gente seria", asegura un miembro de la dirección nacional del partido, que confiesa que desconoce en este momento cuál será la posición final del PNV.
Esos contactos con los máximos dirigentes del PNV los está llevando Moncloa, como ha ocurrido también en la negociación presupuestaria.
Desde el PP recalcan que no se trata de una moción de censura "contra Rajoy sino contra el Partido Popular". "¿Cambiaría algo si pusiéramos a Sáenz de Santamaría o Tejerina? No. Nos pondrían otra moción", señala un miembro de la Ejecutiva del PP alegando que el objetivo es echar a su partido de la Moncloa.
Fin de ciclo
Por primera vez dentro del PP están «comprando» algunos de los argumentos de la oposición, como el de que están ante «un fin de ciclo». La comparecencia de la secretaria general, María Dolores de Cospedal, en la comisión parlamentaria sobre la financiación irregular del PP no ayudó tampoco a tranquilizar al partido. Sin embargo, hasta anoche en lo que es el núcleo más cercano al presidente se movían en otra realidad paralela y trabajaban ya en la agenda con la que darán la batalla después de la votación del viernes, siempre que se cumpliese su pronóstico inicial de que la censura de Sánchez resulta fallida y Rajoy sigue en La Moncloa.
En este círculo más cercano al presidente del Gobierno insistían en que su voluntad es agotar la legislatura «en cualquier circunstancia». «Tiene Presupuestos y muchas elecciones para centrar el tema en candidaturas y programas», explicaban frente a la realidad incontestable de que lo que se les viene encima, en el caso de que no prospere la censura, es una etapa muy dura y en la que el Congreso será un infierno cada semana para el Gobierno.
Las filtraciones que alientan desde algunos sectores populares sobre supuestos congresos extraordinarios o convocatoria de elecciones generales por parte de Rajoy chocan de manera brutal con la hoja de ruta con la que trabajaban hasta anoche sus colaboradores. En ese ámbito lo que preveían es una convocatoria por parte de Rajoy de la dirección del partido al más alto nivel una vez que pase la moción de censura para escenificar el cierre de filas y el apoyo del partido a la estrategia nacional.
También preveían que si la moción decaía, la estrategia se orientaría a pasar todavía más al ataque contra Pedro Sánchez, y pedir literalmente su cabeza bajo la carga de responsabilizarle de «las dañinas consecuencias económicas de la inestabilidad generada por su ambición de poder».
Después de la sentencia del «caso Gürtel», desencadenante de esta crisis, vendrá el juicio de los «papeles de Bárcenas», previsiblemente en otoño, de tal manera que la sentencia podría coincidir con las elecciones autonómicas y municipales. Esta clave la tienen muy presente a nivel territorial, sobre todo porque una vez que la «caja B» ya ha sido reconocida en el fallo de Gürtel, ahora donde se la juega la dirección es si en el caso de los «papeles de Bárcenas» se llega a considerar probado o no el cobro de sobresueldo por parte de miembros de la cúpula del partido.
La estrategia de defensa de Génova es que no tenían conocimiento de esa «caja B», pero esta teoría puede ser «tumbada» en este próximo juicio. Sin duda que es la gran prueba de fuego, ya que ante las demás cuestiones pendientes de juicio, en Madrid y en Valencia, tienen más margen para levanta distancia en el ámbito decisorio.
En el escenario menos malo, el fracaso de la moción de censura, Rajoy se enfrentará a partir del viernes a un contexto interno en el que algunos de los suyos han empezado, siempre sin dar la cara en público, a airear propuestas como la que de sería conveniente poner en marcha un relevo ordenado en la dirección del partido para contener los daños y el desgaste. «Es un momento muy complicado, en el que a priori todas las salidas parecen malas», se escucha reflexionar estos días dentro del PP. «Pero todo dependerá de cómo vayan las cosas y de lo que quiera hacer Rajoy», también comenta uno de los dirigentes regionales que se la jugará en las autonómicas.
Fichas de ministros y encierro en Moncloa
Rajoy ha despejado todo lo posible su agenda para dedicarse a preparar sus réplicas en la moción de censura que comienza mañana en el Congreso. Con un proceso similar al de todos los grandes debates parlamentarios a los que se ha enfrentado, la ayuda de la vicepresidenta Sáenz de Santamaría y fichas con datos de todos los ministerios.
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