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El PSOE abandona al votante de centro

Su estrategia de ganar la batalla a Podemos en la izquierda radical no contiene la fuga de votos a la formación de Iglesias

El PSOE abandona al votante de centro
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El PSOE estuvo a punto de ceder el liderazgo de la izquierda a Podemos en los meses finales de 2014 y primeros de 2015. En las encuestas realizadas por NC Report para LA RAZÓN en los meses de diciembre de 2014 y febrero de 2015, la situación era prácticamente de empate técnico entre ambos partidos. En diciembre, el PSOE contaba con el 23,4% del voto válido, mientras que Podemos alcanzaba el 23,2%. Dos meses más tarde, el PSOE lograba el 22,8% del voto válido y Podemos le seguía a tan solo tres décimas con el 22,5%.

Pero la campaña andaluza y los primeros problemas en Podemos hicieron caer el porcentaje de voto de esta nueva formación al 14,1% en marzo, al 12,9% en abril y al 12,1% ahora en junio. Esta caída de Podemos se explica, en parte, por el trasvase de voto del PSOE durante estos meses. En el periodo de diciembre de 2014 a febrero de 2015 los votos transferidos por los socialistas a Podemos eran el 18,7% y 18,1%, respectivamente, del total del electorado socialista. Pero a partir de entonces, las fugas comenzaron a reducirse: en marzo el PSOE solo transfería a Podemos el 14,1% de sus votantes, en abril el 13,3% y en junio de 2015 el porcentaje es del 14,2 por ciento.

En este periodo Podemos ha pasado de sumar una media del 22,9% entre finales de 2014 y principios de 2015, al 13 por ciento en los últimos tres meses. La caída es de 9,9 puntos, muy superior a la reducción en la transferencia de voto socialista a Podemos.

En el periodo de diciembre de 2014 a febrero de 2015 la media de la migración de voto socialista a Podemos era del 18,4%, para bajar al 13,9% entre marzo y junio de 2015. Su descenso es de 4,5 puntos de media, por lo que se concluye que este recorte en el trasvase de votantes socialistas a Podemos no explicaría, por sí solo, el desplome de casi diez puntos que ha sufrido la formación de Pablo Iglesias.

El partido emergente contaba con una media de 5,4 millones de votantes entre diciembre de 2014 y febrero de 2015, para pasar a unos tres millones en el periodo de marzo a junio de 2015. La pérdida de votantes ha sido de 2,4 millones. Sin embargo, el número de votos que han dejado de salir hacia Podemos ha sido de poco más de 300.000, al pasar de una media de 1,3 millones a principios de 2015 al millón actual, concretamente 998.000 votantes.

El voto que ha abandonado el PSOE con destino a Podemos representa en junio tan solo el 14,2% de los votos que obtuvo el Partido Socialista en las elecciones generales de 2011.

Por lo tanto, el PSOE no debe temer tanto a los partidos situados a su izquierda, como a que el PP siga siendo –tras las elecciones locales y autonómicas de mayo– la primera fuerza política a nivel nacional y que a la derecha inmediata del PSOE se esté consolidando un partido político: Ciudadanos. Su estrategia basada en poner todos los recursos para contener a Podemos está demostrando que no rinde frutos, pues la formación de Iglesias ya hace meses que tocó techo y su porcentaje de voto se mantendrá en los próximos meses en unos niveles ligeramente superiores a los de IU a mitad de la década de los años noventa del pasado siglo.

Por lo tanto el PSOE se equivoca en dirigir el fuego de sus baterías sobre Podemos, cuando lo que debería hacer es mirar hacia el centro político en donde Ciudadanos le ha ganado la jugada a los socialistas. El Partido de Rivera ha conseguido sustraer cientos de miles de votantes al PP, los suficientes para dejarlo sin mayorías absolutas.

Si el PSOE hubiese empleado su tiempo y energías, en el semestre siguiente a las elecciones europeas, en combatir por el centro político, Ciudadanos no hubiese crecido del modo que lo ha hecho y el PSOE habría sido el destino natural de todo el voto centrista que ha abandonado el PP.

El PSOE no ha sido atractivo para el votante centrista en su última etapa. Recordemos el comportamiento de los eurodiputados socialistas negándose mayoritariamente a apoyar la candidatura consensuada por conservadores, liberales y socialistas europeos.

Coqueteos con la izquierda no solo frenan el avance de otras formaciones, sino que privan al PSOE de su única posibilidad de acceder al poder, que es la de superar en votos al Partido Popular. Compartir el poder en determinadas comunidades autónomas con fuerzas a la izquierda del PSOE, o incluso con formaciones nacionalistas y/o separatistas, no va a favorecer la implantación del PSOE entre los votantes centristas, todo lo contrario.