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El Rey: “Debemos reformar las instituciones europeas”

Durante la entrega del premio Carlomagno en Aquisgrán, Felipe VI relanza su discurso más europeísta y alerta contra el peligro de “rechazar con desdén” a los que “han renunciado al sueño supranacional europeo”

Felipe VI durante su intervención en la ceremonia de entrega del Premio Carlomagno en el ayuntamiento de Aquisgrán
Felipe VI durante su intervención en la ceremonia de entrega del Premio Carlomagno en el ayuntamiento de Aquisgránlarazon

Durante la entrega del premio Carlomagno en Aquisgrán, Felipe VI relanza su discurso más europeísta y alerta contra el peligro de “rechazar con desdén” a los que “han renunciado al sueño supranacional europeo”

Felipe VI ha hecho un llamamiento a todos los europeos a insuflar nueva vida al sueño europeo durante la ceremonia de entrega del Premio Internacional Carlomagno a Antonio Guterres, secretario general de Naciones Unidas. En Aquisgrán, ciudad elegida por Carlomagno como capital de su Imperio, el Rey se mostró partidario de afrontar la crisis que actualmente sufre la Unión mediante “la reforma de sus instituciones para hacerlas más eficaces y la aplicación de las lecciones aprendidas durante la reciente crisis económica”. De esta manera se evitara el peligro que supone “rechazar con desdén” e “ignorar” a todos aquellos que “han renunciado al sueño supranacional europeo” perdiendo de esta manera la oportunidad de “ganarlos de vuelta para la causa”. En esta línea articuló su discurso el Rey durante la ceremonia de entrega del Premio Internacional Carlomagno celebrada en la suntuosa Sala de la Coronación del Ayuntamiento, un discurso en el que también realizó un encendido elogio de Guterres, al que quiso saludar “na bela língua de Camões”, idioma materno del galardonado en Aquisgrán.

Don Felipe no evitó embarcarse en un detallado análisis de la plaga de euroescepticismo que sufre la Unión, sentimiento espoleado por el Brexit y por la proliferación de partidos populistas que han hecho de la crítica a los “eurocratas de Bruselas” uno de los pilares fundamentales de su retórica. “Haríamos muy mal en desdeñar o subestimar este miedo, pues es una fuerza poderosa. El miedo que hoy sufren millones de europeos nada de la inseguridad y por la experiencia de desigualdad acentuada por la reciente crisis económica”, explicó el Rey poco antes de alertar sobre la tentación de “ignorar a los que se sienten así” algo que impediría que se trabaje para que los desencantados “vean sus aspiraciones satisfechas”.

En este sentido Don Felipe se mostró seguro de que “ya existen razonables propuestas” para materializar la reforma de las instituciones a la que había hecho referencia y de que “el necesario impulso para llevarlas a cabo debe venir del nuevo liderazgo” surgido de las recientes elecciones europeas.

Significativamente, más adelante en la “laudatio”, Don Felipe citó al conde Richard von Coudenhove-Kalergi, primer galardonado con el premio Carlomagno en 1949 y fundador del Movimiento Paneuropeo. El Rey recordó unas esclarecedoras palabras de este aristócrata austriaco-japonés en las que recordaba que “la unión europea no es un fin sino un medio”; un fin que el Monarca describió como “el establecimiento de una verdadera unión entre las naciones fundada en la diversidad y en la defensa de la dignidad humana y los derechos humanos”.

El viaje del Jefe de Estado a Aquisgrán es el primero tras la celebración de elecciones europeas y también el primero después de que Don Juan Carlos anunciara su decisión de retirarse de la vida pública. Con motivo de la entrega del premio acompañó al Monarca en Aquisgran el ministro de Exteriores, José Borrell. También estuvieron presentes en la capital carolingia el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker; el primer ministro portugués, Antonio Costa; su homólogo de Ucrania, Volodymyr Groysman; el jefe de Gobierno de Malta, Joseph Muscat; y la presidenta de Lituania, Dalia Grybauskaite.