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«El rey podrá abandonar la soledad del poder»

Colaboradores y amigos íntimos de Don Juan Carlos dibujan cómo será su vida tras la abdicación. «Pasado un tiempo tendrá su propia agenda sin relumbrón»

El Rey ha tenido una intensa agenda esta semana en la que se ha despedido desde empresarios a embajadores
El Rey ha tenido una intensa agenda esta semana en la que se ha despedido desde empresarios a embajadoreslarazon

«He intentado reavivar con todos los españoles la conciencia orgullosa de lo que hemos sido y somos: una gran nación», dijo Don Juan Carlos en la emotiva despedida al anunciar su abdicación el pasado 2 de junio. Esto es, justamente, lo que, según fuentes próximas –y no oficiales– al todavía Monarca, seguirá haciendo. Naturalmente, ya en un segundo plano y siempre bajo la autoridad del Heredero.

Mantendrá el matrimonio abdicatario el título de Reyes con carácter honorífico y vitalicio, sí, pero a partir de ahí todo será nuevo en la vida de Don Juan Carlos y su esposa a partir del día 19. Todo ha cambiado a velocidad de crucero en dos semanas. La Constitución nada establece sobre lo que pasará con Don Juan Carlos cuando ya no lleve la corona sobre su cabeza. La Reina Sofía declaró pocas horas después del anuncio que todo va a seguir igual y que su hijo «ya está al tanto de todo». Si algo es seguro es que nada seguirá igual. La pregunta está en la calle. ¿Qué vida llevará a cabo a partir de ahora Don Juan Carlos?¿ A qué se dedicará? ¿Dónde vivirá y sobre qué presupuestos?

«Conociendo al Rey –sostiene un general amigo personal del Monarca–, estoy seguro de que no se quedará mano sobre mano y, pasado un tiempo prudencial de actividad muy limitada para no eclipsar a su hijo, repondrá su propia agenda, sin relumbrón y prudente, claro. Pero Su Majestad no podrá nunca olvidar su vocación de servicio permanente a España. La servirá en la medida de sus fuerzas mientras viva...».

Como dijo en una ocasión no muy lejana el propio Rey al director de LA RAZÓN, desde luego no se ve como el ciudadano Borbón paseando solo por la madrileña Castellana. Será un Rey jubilado, pero no es un español más. No, desde luego, un jubilado al uso.

Fuentes cercanas al Palacio de La Zarzuela insisten en que lo sustancial en esta nueva etapa en la vida del Rey histórico es «no estorbar», ni entorpecer en lo más mínimo la labor del nuevo Jefe del Estado. Don Juan Carlos tiene un elevado sentido de la responsabilidad y no se permitiría en absoluto condicionar nada de las ideas o iniciativas que Felipe VI pudiera poner en marcha. «El ejemplo del Papa Emérito Benedicto XVI tras su dimisión y la del Papa Francisco podría ser un buen ejemplo...». El Pontífice alemán parece no existir ya y, sin embargo, sirve de apoyo al Papa Bergoglio. La diferencia estriba en que Don Juan Carlos no siente atracción alguna por las cuestiones metafísicas ni de hondo calado teológico.

COHABITACIÓN PERFECTA

Buenos conocedores de la vida familiar en La Zarzuela creen que habrá una cohabitación perfecta entre hijo y padre. Aunque tenga que dejarle su despacho oficial, Don Juan Carlos y su esposa seguirán viviendo en ese palacio y, por lo tanto, el roce diario será intenso. El Rey abdicatario va a seguir puntualmente informado de todas las cuestiones de Estado y servirá de consejero principalísimo del Rey Felipe. Muy especialmente, en cuestiones internacionales, donde Don Juan Carlos «sigue teniendo una de las agendas más completas e importantes de todo el mundo», sostiene un empresario muy cercano al padre.

Sin embargo, fuentes oficiales aclaran algo importante y sustancial en esta nueva etapa en la jefatura del Estado. «Desde el primer minuto en que la sucesión sea un hecho jurídico y político, Don Juan Carlos se pondrá a las órdenes del nuevo Rey y toda su actividad pública estará condicionada obviamente a lo que Don Felipe mande... Todavía no han hablado del asunto, entre otras cosas porque la sucesión de acontecimientos ha sido tan rápida, y la agenda de ambos tan apretada, que no ha habido lugar para concretar cuál serán los encargos que el hijo encomendará al padre». Pero será el consejero real por excelencia y el gran introductor de «embajadores», si bien el todavía Príncipe de Asturias lleva muchos años bregándose en el concierto internacional y «su nivel de conocimiento es muy alto».

Aunque, lógicamente, todavía no hay una agenda determinada al respecto, no se descarta que si Felipe VI lo tiene a bien, realice alguna gira por países donde Don Juan Carlos tiene especial impronta, así como por aquellos de singular importancia para España, como Francia, Alemania, Italia o Estados Unidos. Ya no serán viajes de Estado, sino a título personal o, en el mejor de los casos, en representación del nuevo Monarca.

VIDA PRIVADA

Don Juan Carlos es una persona de 76 años con muchos achaques físicos, que necesita la ayuda de un bastón para desplazarse. Lo que no podrá recuperar en su nueva vida privada –que es la que realmente gana con el retiro– es su afición por la práctica del deporte. Ni el squash, cuya práctica abandonó hace tiempo, ni tampoco la vela, su deporte favorito desde su juventud. El ejercicio físico estará condicionado por la evolución de su cadera y bajo prescripción médica estricta. «Quizá sí pueda ir al campo a alguna cacería desde puestos que no requieran gran actividad y siempre en lugares muy lejanos a su residencia», subrayan las mismas fuentes. Pero no hay que olvidar que Don Juan Carlos quedó muy escaldado de aquella cacería en Bostuana.

RECUPERAR AMIGOS

El «Rey campechano» tiene ahora la oportunidad y el tiempo para recuperar sus viejas amistades con las que recordar el pasado y de paso analizar la situación de su gran pasión: España. Fundamentalmente, amigos uniformados de sus tiempos de las academias que también disfrutan ya de su retiro en los Ejércitos. «En este sentido, el Rey de alguna manera podrá abandonar la soledad del poder que le ha acompañado durante casi cuarenta años».

Don Juan Carlos siempre prefirió la charla animada y distendida a la lectura de libros, aunque señalan que tampoco es un ágrafo en materia histórica por razones obvias. Siguió con gran interés el serial sobre su antepasada, la Reina Isabel de Castilla que produjo Televisión Española con enorme éxito. «Algunos libros de Historia tiene pendientes de lectura...». Tampoco es un melómano acreditado como la Reina Sofía, lo que no quiere decir que no acompañe a su esposa a determinados conciertos de música clásica.

DEJAR DE SER NOTICIA

En España las abdicaciones han sido pocas. Hay escasa tradición sobre las mismas. Lo que tiene claro el Rey es que lo sustancial es que Felipe VI se afiance lo antes posible y los españoles puedan visualizar que, en efecto, se ha producido un relevo efectivo y una «nueva generación sea protagonista...». Nadie más interesado que el padre, sostienen fuentes cercanas, en que su hijo pueda conseguir a la mayor brevedad posible transmitir su propia impronta en el nuevo reinado. Prueba al canto: no asistirá siquiera a la proclamación en el Parlamento del nuevo Monarca.

Silencio y ayuda discreta. El dinero para la subsistencia del matrimonio también está ahora en manos del Heredero. Dicen que los jubilados en sus primeros meses se suelen deprimir. Don Juan Carlos es persona optimista por naturaleza y sus grandes pasiones las mantiene intactas. Llevaba ya mucho tiempo rumiando la despedida.

LA REINA

Doña Sofía, fiel a sí misma, ha pasado como de puntillas durante estos días. Su rol extraordinario jugado durante más de cuarenta años al lado de su esposo recibe la alta consideración y el agradecimiento del pueblo español. La Reina continuará sus labores solidarias por todo el mundo, especialmente en Iberoamérica y con su agenda de promoción cultural.

Al margen de la merma de actividades oficiales, la Reina será la que menos note en su vida diaria el nuevo estatus. Ella, la nieta del Káiser, habrá entregado su corona a una periodista.

¡Y dicen que la Monarquía no ha cambiado!