
Partido Popular
Feijóo: balance de fin de ciclo y oferta de un plan de reconstrucción
El líder del PP levanta el acta de defunción de la Legislatura y afila su proyecto contra un Gobierno «machista»

A pesar de que ayer dijo que «las vacaciones están sobrevaloradas», chascarrillo con el que desató las risas de los presentes en la segunda planta de Génova 13, donde ofreció su balance del recién finiquitado curso político, hoy el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, amanece en Galicia. Allí estará las próximas semanas. Concretamente, hasta el domingo 24 de agosto, cuando está previsto que regrese a Madrid para presidir, al día siguiente, el primer comité de dirección de la temporada.
Un «descanso», eso sí, en el que estará conectado con los suyos, a los que ha pedido «guardia localizada», y que le servirá para tomar impulso ante la batalla final contra Pedro Sánchez, que aguarda a la vuelta de la esquina. Este jueves quiso dejar el titular de que «al Gobierno le sobra legislatura y a España le sobra este Gobierno». Teóricamente quedan dos años para las próximas elecciones.
El presidente popular cree que, en realidad, el mandato de Sánchez está acabado. Sin solución de continuidad. De su «bienio negro», con sabor «amargo», denunció: «España padece una crisis institucional porque tiene un presidente sin ningún límite moral, que miente sobre todo, que ha construido su proyecto político y vital con presuntos delincuentes, corruptos y personas que amañaban primarias con total naturalidad».
Capítulo a capítulo, se afanó por demostrar «la caída sistemática de las caretas del sanchismo». Que llegó para limpiar la corrupción. Un flanco por el que atacó con dureza, a sabiendas de la sangría que causa en el PSOE. «Sánchez dijo ser un regenerador y es el presidente con más casos de corrupción y más cerca», describió. «Su familia, sus dos secretarios de organización, altos cargos de su Gobierno y su fiscal». Un sinfín de investigaciones que evidencian que los socialistas «nunca llegaron al poder para luchar contra la corrupción, sino para beneficiarse de ella».
"El sanchismo es machismo"
Mención aparte para la sordidez de los escándalos, doblemente hiriente para quien hizo de la defensa de las mujeres una de sus principales banderas. «Ha quedado claro que el sanchismo es machismo porque ha conocido, permitido y tapado casos de abusos que denigran a las mujeres. Sánchez no solo ha convivido con prostíbulos en la economía familiar, sino que su Gobierno pagó prostitutas con dinero público y la prostitución es una constante en todos y cada uno de los casos de corrupción que le rodean». Por eso, aseguró que «las mujeres están abandonando al PSOE».
En materia de gestión, resumió: «Se mire por donde se mire, hoy en España todo lo que depende del Gobierno funciona peor». Y mencionó desde el gran apagón, el caos ferroviario, la seguridad (novedad en su discurso en plena pugna con Vox por el voto de derechas), hasta la economía, de la que Sánchez tanto presume. «Son muchos los datos que desmienten el triunfalismo del Gobierno».
Tres días después de un «balance fake» en La Moncloa, Feijóo denunció que Sánchez «ha hurtado a España el verdadero balance que debería tener. No ha presentado presupuestos porque no los habría sacado adelante, no ha convocado elecciones porque sabe que las perdería». A estas alturas, puntualizó, «lo que nadie espera es un balance de gestión». Básicamente, «porque no existe».
A la vuelta del verano España entrará en modo electoral ante un nuevo ciclo que, como tarde, arrancará en marzo con las elecciones en Castilla y León. Para entonces, el PP tendrá a su ejército entrenado. Feijóo sabe que no le quedan más asaltos. La siguiente será la última. Por eso, está dispuesto a dejarse la piel en el camino y exige a su formación el ciento por uno. Para que sea la vencida. Con la intención de dar consistencia a su proyecto, ayer no se presentó como el líder de la oposición, sino de la «alternativa».
Prometió seguir «luchando contra cada atropello» de Sánchez y, desde el poder, un reseteo: «Reconstruiré todo lo que en esta época oscura se ha destruido». En ese enclave repitió algunos de los mensajes con los que pretende cosechar diez millones de votos en la próxima cita con las urnas: «España necesita reiniciar la confianza, recuperar la tranquilidad y restaurar los valores como centro de la vida pública. Ningún gobierno puede encastillarse para siempre. Cuando les dejen, los españoles elegirán libremente. Y les daremos la opción de elegir. Nosotros vamos a plantear que elijan una limpieza total, sanar a nuestro país, luchar contra la corrupción y revertir la degradación».
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