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García-Page: «No me creo las encuestas ni que estemos a diez puntos del PP»

Así lo afirma en una entrevista el presidente de Castilla-La Mancha

Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha / Foto: Luis Díaz
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Así lo afirma en una entrevista el presidente de Castilla-La Mancha.

Después de esta semana, ¿estamos «mejor» en Cataluña que hace un año?

En Cataluña están peor que hace un año y, por tanto, reniego de la lógica de que estando peor en Cataluña, estamos mejor en el resto de España. Desde el independentismo se juega al engaño colectivo, se crea una falsa expectativa y una gran frustración, que puede derivar en rabia o en violencia.

¿Está siendo tibio el Gobierno con Cataluña?

El Gobierno lleva poco tiempo y está obligado a mantener un cauce de diálogo, siempre dentro de la Constitución. No tengo ninguna duda de que si el independentismo vuelve a las andadas habrá un 155 –con la experiencia del anterior– más duradero y agravado.

El ultimátum de Torra, ¿es «retórica cargada de emoción» como dice Moncloa o de verdad es capaz de desestabilizar la gobernabilidad?

La CUP tiene agarrado a Torra de una forma muy impúdica y no vamos a permitir en el resto de España que ese desquicie antisistema nos afecte a la estabilidad en la política nacional. Desde el momento en que reconoce que él no es el presidente de la Generalitat, sino que lo es Puigdemont desde Bruselas, representa un esperpento de la política.

Usted que advirtió sobre el peligro de los pactos con soberanistas, ¿cree que está pagando el Gobierno haber llegado al poder de manos de socios, digamos, poco fiables?

Estuve, estoy y estaré en contra de conformar un gobierno pendiendo de los independentistas. Algunos hemos advertido del riesgo que eso supone para el PSOE, ya dije que antes de que se rompa España primero se rompe el Partido Socialista o cualquier formación que defienda la ruptura o el otorgamiento de una autodeterminación por la puerta de atrás, llamándolo derecho a decidir. Si algún gobierno o partido en el ámbito nacional se planteara –hoy en día no lo veo– romper el principio de que la soberanía es del conjunto del país, estaría deslegitimado para representar los intereses de España como nación.

¿Cómo ve al Gobierno? ¿Mantiene que sigue «aparentando una fortaleza que no tiene»?

La realidad es que el Gobierno no ha entrado como resultado de una investidura ni de unas elecciones, sino como una reacción legítima a una burbuja de corrupción que derivó en una moción de censura.

Hablaba antes de un nuevo 155, ¿se dan las circunstancias para aplicarlo?

No beneficia que cada partido juegue con el 155 como si fuera un muñeco de trapo. Hay que hablar menos del 155 y más el Gobierno con los partidos de ámbito constitucional. Sánchez tiene que trabajar por reconstruir la unidad de los constitucionalistas, esto es más importante que la durabilidad del Gobierno.

¿Son los CDR kale borroka?

Sí, son parecidos. Con la diferencia de que la kale borroka era un residuo de lo que antes fue terrorismo y en Cataluña no lo hay. Pero desde el punto de vista de que es un movimiento de disturbio, antisistema y que no conduce a nada, sí son parecidos.

Levantó a un auditorio al grito de «¡Viva España!», ¿tiene complejos este país y en particular este Gobierno cuando quita la bandera nacional de un tuit en catalán?

Si alguien los tiene es su problema. Se equivoca mucho quien piensa que defender el concepto de nación es de izquierdas o de derechas. La defensa de la unidad de España hoy es sobre todo la defensa de la igualdad y casi le incumbe más a la izquierda que a la derecha. Defender España no es una antigualla. El independentismo representa pura y exclusivamente egoísmo y yo estoy en política para combatirlo.

Dijo que esta es «una legislatura para no repetir». ¿Es el momento de convocar elecciones generales?

Cuando termine la legislatura del todo podremos seguir diciendo que es una legislatura que empezó mal y será complicado que acabe bien. Frente a los que defienden cambios sustanciales en la Constitución, no se dan las circunstancias ahora. Habrá que esperar a que haya estabilidad y ningún chantaje sobre la mesa.

¿Ni siquiera con la llegada del PSOE ha mejorado?

Sí, se ha oxigenado en muchos aspectos e incluso le ha venido bien al PP. La moción de censura ha hecho de forceps en el parto que necesitaba la derecha española. Aunque haya sido a la fuerza, ha encontrado la renovación que buscaba.

Volvamos a las elecciones...

Si tuviera que hacer una apuesta la haría a que las generales serán en otoño del 2019. Estando a punto de convocarse andaluzas y habiendo también municipales y autonómicas, Sánchez va a hacer un «puenting» electoral hasta otoño de 2019. Hay más excusas para prorrogar la legislatura que para convocar.

¿Considera urgente exhumar a Franco?

No es urgente, no. Me parece que no hay que perderse en formalidades cuando se trata de un asunto que tiene un amplio consenso social. No se puede tener un monumento a un dictador, pero esto no va a arreglar la economía del país ni ninguna otra urgencia.

¿Está el Gobierno siendo víctima de una cacería?

Me preocuparía más que hubiera medios que en lugar de querer «sacudir» al Gobierno crearan un mal ambiente económico. En política hay que estar llorado.

Moncloa hizo el viernes la tercera foto de familia en cuatro meses. ¿Está el Ejecutivo desgastado?

Las dimisiones en un gobierno suponen siempre una erosión, pero desgastaría más empecinarse en defender a cualquier precio algo que choca con el principio elemental de la ética. Dedicarse hoy a la política es estar vendido, es una profesión de altísimo riesgo.

Hoy se oficializa el relevo en el liderazgo del PP de Castilla-La Mancha, ¿hay vida después de Cospedal?

El latido del PP de Castilla-La Mancha sigue siendo el de Cospedal, han planteado un cambio de manera que siga la misma doctrina. Es una dirección en diferido en la que ella siempre estará detrás.

Otra que se debate entre adelantar o no las elecciones es Susana Díaz...

Andalucía tiene una buena presidenta. Susana tiene raza política, respira Andalucía por todos sus poros y va a ganar, porque los resultados están a la vista.

El PSOE es ahora primero a diez puntos del PP. ¿Tan milagroso es el «efecto Moncloa»?

No me creo las encuestas ni que estemos a 10 puntos. No es buen principio subestimar al adversario. La moción de censura y el Gobierno han convertido al PSOE en la primera fuerza y han recuperado la iniciativa política.

El 1-O también tiene un espacio en el imaginario socialista... Se produjo el dramático Comité Federal que acabó con la dimisión de Sánchez. ¿Está el partido unido dos años después?

Sí está unido, no digo que todo el mundo esté igual de confortable o cómodo dentro del partido, pero unido, sí.

¿Cuándo fue la última vez que habló con Sánchez?

Cuando tomó posesión de la Presidencia.

Otro punto candente es la financiación. ¿Les ha decepcionado el Gobierno postergando la reforma del modelo?

Hubo una parte de franqueza y es que es muy difícil sacar adelante un acuerdo de financiación, pero eso no es excusa para no intentarlo. Es muy complejo decir que se quiere agotar la legislatura sin dialogar sobre la financiación y es complicado porque en la mesa se tiene que sentar Cataluña. El Gobierno está atrapado.

¿Qué le va a plantear a Sánchez en su reunión del 15 de octubre en La Moncloa?

Al margen de las consideraciones generales de España, Cataluña y constitucionales... Me preocupa el tema del agua, el transvase Tajo-Segura es un atropello medioambiental, el cementerio nuclear, la financiación... Que al menos se aborde una reforma parcial en Sanidad y dependencia, porque en eso es asequible llegar a un acuerdo.

¿Se ve en ocho meses en el Palacio de Fuensalida?

Estoy confiado. Hemos enderezado una comunidad que se quedó muy torcida después de los años de Cospedal. Hay ambiente como para recoger una mayoría amplia y me voy a dejar la piel en ello.