Entrevista

Gustavo Suárez Pertierra: «El plan de defensa es bueno que se debata en las Cortes»

El exministro socialista defiende que las políticas públicas, como el aumento de la inversión militar, gocen de un respaldo bien holgado y no haya «miras cortas»

Entrevista con Gustavo Suárez Pertierra. exministro de Defensa con el gobierno de Felipe Gonzalez y actualmente presidente de UNICEF Comité Español desde febrero de 2018. © Alberto R. Roldán / Diario La Razón. 15 03 2025
Gustavo Suárez Pertierra. exministro de Defensa Alberto R. RoldánFotógrafos

Ocupó varios cargos de relevancia política en los gobiernos de Felipe González, entre ellos el de ministro de Defensa. En la actualidad es el presidente del comité español de Unicef.

¿Debemos acelerar la ejecución del 2% de gasto en defensa en relación con el PIB?

Estamos comprometidos con ese porcentaje y el presidente del Gobierno ya ha anunciado que adelantará el cumplimiento del objetivo para participar en el esfuerzo común. Pero el problema no es tanto gastar más, sino gastar mejor. Las necesidades de la defensa de una sociedad democrática sometida a tantas tensiones globales, y a una acelerada revolución tecnológica, son muy grandes, pero precisamente por eso se necesitan varias cosas: planificar el gasto a largo plazo, integrar los esfuerzos de todos los socios para que el gasto sea complementario y disponer de una industria propia de Defensa. ¿De qué serviría gastar más si tenemos que aplicar el gasto en beneficio de la industria de otros países que, como EE UU, con la llegada de la Administración Trump, han puesto en cuestión desde la alianza con Europa hasta los valores que definen nuestro estilo de vida?

¿De dónde debe salir ese aumento de la inversión?

Primero, el cuánto del gasto siempre va a estar en discusión. Estamos hablando del 2%, el secretario general de la OTAN propone el 3,5% y Trump amenaza con pedir a sus socios europeos una participación del 5% del PIB. El compromiso nunca será bastante. Por eso no podemos perder de vista el conjunto de las prioridades de nuestra política general. Estamos creciendo por encima de la media europea y eso es una buena noticia, pero nuestro Estado de Bienestar, al que no vamos a renunciar, es muy exigente. De ahí que sea especialmente importante el compromiso de la UE para facilitar el tratamiento fiscal y la transferencia de créditos para la defensa, aplicando mecanismos que ya están testados con motivo de crisis anteriores. Todo ello combinado con la profundización en el compromiso con una industria propia en el sector bien dimensionada.

¿Qué piensa cuando escucha a algunos partidos de la izquierda oponerse al gasto en defensa o recuperar el «No a la guerra»?

A mí me parece que, se mire como se mire, hay dos referencias inevitables en el diagnóstico. La primera, que la seguridad exige tener en cuenta muchos vectores de riesgo, a veces difusos y poco conocidos, pero que al cabo son amenazas presentes o posibles de las que las sociedades democráticas deben poder defenderse y, por tanto, tienen que estar preparadas. La segunda, que la seguridad depende de nosotros mismos y no de otros. Esta es la gran lección que debemos aprender del impacto que sobre el orden global están causando las insólitas posiciones de la nueva Administración norteamericana.

¿Pero entiende el rechazo de estos partidos de izquierdas, socios del Gobierno?

Claro que lo entiendo, pero, habida cuenta de las premisas anteriores, creo que los esfuerzos deberían ir dirigidos a garantizar que el gasto sea proporcional y adecuado. Y me gustaría salir al paso de una idea equivocada: no se pueden deslindar defensa y seguridad porque los riesgos para nuestras sociedades son polifacéticos y heterogéneos.

Entrevista con Gustavo Suárez Pertierra. exministro de Defensa con el gobierno de Felipe Gonzalez y actualment
Entrevista con Gustavo Suárez Pertierra. exministro de Defensa con el gobierno de Felipe Gonzalez y actualmentAlberto R. RoldánFotógrafos

¿La decisión de aumentar las partidas destinadas a Defensa debe pasar por el Congreso?

El gasto se fija en el presupuesto anual y los planes de política exterior y de seguridad se debaten en las Cámaras. Y es bueno que se haga, porque eso es lo que compromete no solo la decisión política sino también la opinión pública. Pero, atendiendo a la actual situación, los gobiernos deben poder manejarse de acuerdo con el cumplimiento de los compromisos internacionales y ponderando las posiciones de acuerdo con los debates que se producen en esos foros. Y, naturalmente,

someterse al control parlamentario en el momento oportuno. Elevar el gasto del 2% está aprobado y comprometido con la OTAN

desde hace una década; el resto de las concreciones llegarán en su momento, estoy seguro. Y en buena medida esas concreciones dependen de la paz en Ucrania. Por lo demás, el gasto en Defensa

se ha venido incrementado ya muy considerablemente en los últimos años.

¿Cómo calificaría el hecho de que en un tema de Estado como este se imponga también la confrontación sobre el acuerdo entre el PSOE y el PP?

No puedo estar más de acuerdo

en que los temas de Estado no deben ser objeto de la confrontación propia de una política de miras cortas. Reconozco que no es fácil, porque estamos en una situación de mayorías políticas exiguas donde ni siquiera están claros los parámetros clásicos de distinción entre izquierda y derecha. Me remito a recientes votaciones en el Parlamento europeo. Pero da igual, hay que hacer los mayores esfuerzos por parte de todos para que las grandes decisiones que afectan a las políticas públicas más relevantes gocen de un respaldo bien holgado.

¿En qué explica que seamos el país de la UE que menos gasta en Defensa?

Ya sé que algunos mantienen esa opinión. Pero quisiera poner cara a otra realidad. El esfuerzo que se ha hecho, no solo desde la política, sino también desde las Fuerzas Armadas, para atender los compromisos y participar en las políticas de seguridad común ha sido y es enorme. Con el convencimiento de que no podíamos estar ausentes del escenario global, hemos participado en multitud de misiones internacionales, de seguridad en ocasiones, otras veces humanitarias. Y con este presupuesto, el actual, los militares españoles están desplegados hoy en 16 misiones en el exterior en cuatro continentes y participamos en todas las misiones OTAN. Mi experiencia, después de haber gestionado un Ministerio social por excelencia, como Educación y Ciencia, y después de haber pasado por diferentes puestos en más de diez años con responsabilidades en Defensa, es que gasto social y gasto en Defensa pueden ser compatibles. Eso sí, hay que tener políticas generales bien definidas y una adecuada planificación de las prioridades.

¿Está de acuerdo con quienes dicen que lo que hace falta es un plan a 20 años vista para gestionar bien las capacidades militares?

No sé si a 20 años, pero sí a la planificación. Ahora bien, sobre todo es necesario plantear un horizonte claro frente a la actual situación de incertidumbre global. Vayamos por partes. El panorama es completamente nuevo. El Índice de Paz Global ha identificado 56 conflictos bélicos abiertos en el mundo, no es solo Ucrania, por importante que sea, y Gaza. Sobrecoge pensar que en ellos participan casi la mitad de los países del planeta. Contábamos con ello, qué remedio, como contábamos con el desplazamiento del eje estratégico desde el Atlántico al Pacífico. Ya se podía advertir un nuevo marco que anunciaba un reparto de zonas de influencia entre China y EE UU, mientras el llamado Sur Global permanecía expectante y Putin daba rienda suelta a sus ansias imperialistas aprovechando la debilidad de la UE (Brexit, inflación…) y de la OTAN. Que, según Macron, estaba en muerte cerebral. Con la llegada de Trump hemos recibido un baño de realidad, porque pone en cuestión la índole de nuestra alianza, pero, sobre todo, los valores sobre los que se asienta la cultura europea y que pretenden poner barreras a la instalación de los nacionalismos que provocaron las guerras mundiales. Frente a ello no queda sino recuperar la autonomía estratégica de Europa. Esto es urgente.

Entrevista con Gustavo Suárez Pertierra. exministro de Defensa con el gobierno de Felipe Gonzalez y actualment
Entrevista con Gustavo Suárez Pertierra. exministro de Defensa con el gobierno de Felipe Gonzalez y actualmentAlberto R. RoldánFotógrafos

¿Y cuál debe ser nuestro papel en el ámbito de la Defensa dentro de este nuevo contexto global tan complejo?

España tiene que estar. Somos la cuarta economía de la UE y estamos creciendo por encima de la media. No podemos dejar de participar en el esfuerzo por fortalecer la seguridad europea, y el papel de la UE en el mundo, porque la seguridad actual es compartida o no es. La participación activa es el camino para hacer valer nuestra posición en el conjunto. Por otra parte, tenemos nuestros propios intereses derivados de nuestra posición geopolítica en el sur de Europa y somos también un nexo de relación muy importante con Latinoamérica.

¿Nuestro compromiso europeo debe llegar hasta colaborar con el envío de militares a Ucrania, si así se decide?

Hemos sido y estamos siendo una pieza muy importante en la coalición de 30 países que han apoyado a Ucrania y sigo pensando que hay que participar en el esfuerzo con nuestros socios. Pero hay varios modos de participar y de colaborar en la solución, una vez que se produzca el alto el fuego. Es pronto para decidirlo. Estamos pendientes de un alto el fuego que se negocia entre EE UU y Rusia, con la inexplicable ausencia de la UE y la incorporación a última hora, y no se sabe bien con qué alcances, del país invadido. En cualquier caso, para intervenir es preciso que se alcance esa situación, que se den garantías de seguridad y operar bajo el paraguas de un mandato claro.

¿Qué sería una paz justa para Ucrania en el nuevo marco geopolítico que se ha abierto con la irrupción de Trump?

Tienen que definirlo los ucranianos, por supuesto. Ahora bien, es urgente un alto el fuego que permita negociar una paz justa, porque el conflicto no puede enquistarse: esa sería la peor solución y la que más incógnitas de futuro abriría para todos. Una paz justa tendría por objeto recuperar la soberanía de Ucrania, pero, en mi opinión, y ojalá me equivoque, la combinación de intereses geoestratégicos va a imponer, al menos, dos límites importantes: Rusia no devolverá los territorios, al menos no devolverá Crimea, que le asegura la salida a lo que se conoce como «aguas calientes» y nunca permitirá la incorporación a la OTAN. En este escenario, ¿cómo podríamos ayudar mejor? Pienso que promoviendo la integración en el espacio europeo de una Ucrania reconstruida.