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La Policía registra la sede del PSC por el espionaje a Sánchez -Camacho

La jueza del «caso Método 3» imputa a la gerente de los socialistas catalanes, cuyo ordenador investigan los agentes. En el registro del despacho se halló una carpeta a nombre del PSC

El secretario de Organización del PSC, Esteve Terrades, durante la rueda de prensa que ha ofrecido en Barcelona
El secretario de Organización del PSC, Esteve Terrades, durante la rueda de prensa que ha ofrecido en Barcelonalarazon

Los agentes de la Policía Nacional han acudido a la sede central del PSC en una comitiva judicial, y han requisado el ordenador de la gerente, a la que han comunicado su imputación en el caso del espionaje político vinculado a la agencia de detectives Método 3.

El caso de espionaje político en Cataluña articulado en torno a la agencia de detectives Método 3 está lejos de llegar a su fin. Cinco meses después de que la Policía Nacional registrara las sedes de Método 3 en Madrid y Barcelona, así como las viviendas de los empleados y de su director, Francisco Marco, agentes del mismo cuerpo irrumpieron ayer por la mañana en el cuartel general del PSC junto a una comitiva judicial con un doble objetivo: comunicar a la gerente del partido, Lluïsa Bruguer, su imputación en este caso y hacer acopio de información sensible almacenada en su ordenador. Bruguer tendrá que prestar declaración la semana que viene, aunque se desconoce el día.

La sorpresiva irrupción de la Policía en Nicaragua –la calle donde se halla la sede de los socialistas catalanes– vuelve a colocar al PSC en el punto de mira de la trama, a pesar de que el partido de Pere Navarro ha negado una y otra vez tener algún vínculo con la trama, contradiciendo la versión de algunas informaciones. «Confiamos en la inocencia de las personas que han visto su nombre implicado en el tema y pedimos a la Justicia que actúe con celeridad para que se pueda demostrar su inocencia», afirmó ayer el primer secretario del PSC.

Las palabras de Navarro enlazan con las explicaciones ofrecidas por los socialistas catalanes en febrero, cuando repasaron la base de datos del partido y aseguraron que jamás se habían contratado los servicios de Método 3, aunque con un matiz que no es menor. La versión del PSC es que sí que solicitó los servicios de una de las empresas de Método 3, pero no para espiar, sino para hacer barridos en la sede con el objetivo de localizar «dispositivos de emisiones en despachos y salas de juntas» de la sede del PSC en Barcelona, así como un «estudio integral de seguridad» del local.

En ningún caso, sentenció la dirección del PSC, se ordenó el espionaje a Alicia Sánchez-Camacho durante el almuerzo que mantuvo en julio de 2010 con Victoria Álvarez, ex amante de Jordi Pujol Ferrusola (primogénito del ex presidente de la Generalitat) en el restaurante La Camarga, de Barcelona.

Esa versión fue corroborada entonces por Elisenda Villena, detective de Método 3 y hermana de la asesora jurídica del PSC, Anna Villena, que admitió haber realizado «servicios de seguridad dentro de la sede» y negó cualquier relación con la líder popular.

La punta del iceberg

La filtración del pinchazo en La Camarga se convirtió en la punta del iceberg de una trama articulada en torno a Método 3, que ha realizado centenares de informes sobre políticos, empresarios y deportistas. Así se descubrió después de que Sánchez-Camacho presentara una demanda ante la Policía para investigar el origen del encargo, todavía sin esclarecer. Las primeras pesquisas desvelaron que Convergència también estaba salpicada por este escándalo, ya que Xavier Martorell –antiguo responsable de seguridad de CDC– también encargó trabajos a Método 3.

Los nacionalistas, nerviosos por el asunto, trataron de controlar la investigación y, para ello, la vicepresidenta de la Generalitat, Joana Ortega –una de las políticas que ha sido víctima de los informes de Método 3– presentó una denuncia ante los Mossos d'Esquadra, pero CiU no se salió con la suya y el caso siguió en manos de la Policía Nacional.

La imputación de la gerente del PSC desata muchos interrogantes: ¿Pudo actuar por su cuenta sin recibir órdenes de sus superiores? ¿Tirar del hilo de la gerente puede ser suficiente para averiguar quién está detrás de la trama de espionaje? CiU y Esquerra llegaron a insinuar que era el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) quien podría estar entre bambalinas, pero la sugerencia sonó a defensiva para amortiguar el escándalo.

No fue la única munición que empleó el Govern de Artur Mas para sacudirse el escándalo de encima, ya que también se apresuró a difundir el hallazgo de tres informes encargados por el tripartito a Método 3.

Lo cierto es que los nervios se extendieron con enorme velocidad. El director de Método 3 declaró ante la juez que fue el «entorno» de Sánchez-Camacho, quien pidió como favor que se hiciera el seguimiento y grabación de su almuerzo con Victoria Álvarez. Semanas después, sin embargo, Método 3 llegó a un acuerdo con la presidenta del PP catalán para indemnizarla por la difusión del pinchazo.

Los registros

Nada de todo ello ha logrado que desaparezcan las sospechas sobre el PSC, principalmente porque durante el registro de las sedes de Método 3 la Policía halló una carpeta a nombre de los socialistas catalanes.

El secretario de organización del PSC, Esteve Terradas, tuvo que convocar de urgencia a los medios y se comprometió a actuar «con la máxima transparencia y disponibilidad para colaborar con la administración de justicia». Terradas recordó que el caso sigue bajo el secreto del sumario, por lo que, según subrayó, su partido no es conocedor del contenido de las diligencias judiciales. Cabe recordar que abogados del PSC trabajan con la misión de «defender el honor» de sus dirigentes salpicados.