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La república más corta y ridícula de la historia

La república más corta y ridícula de la historia
La república más corta y ridícula de la historialarazon

A lo largo de nuestra historia, una serie de irresponsables e iluminados dirigentes políticos, han proclamado la independencia y la consiguiente República catalana hasta en cinco ocasiones. La primera fue durante la «Revuelta del Corpus de Sangre», proclamada el 16 de enero de 1641 por Pau Clarís, cuya duración fue de una semana, hasta que la Junta General de Brazos de Cataluña decidieron poner al principado de Cataluña bajo la protección y soberanía francesa, mientras Clarís moría envenenado. La segunda irresponsabilidad fue la protagonizada por Baldomer Lostau en el año 1873, y proclamó la República catalana federada con el resto de repúblicas territoriales españolas en nombre de la Diputación de Barcelona, siendo su duración de un par de meses durante los que reinó en el ambiente un caos generalizado.

La tercera la protagonizó el coronel del ejército español Francesc Macià, el 14 de abril de 1931, desde el balcón del Ayuntamiento de Barcelona, cuya duración fue de tres días. La cuarta proclamación la dirigió Lluís Companys, proclamándola a las ocho de la tarde del 6 de octubre de 1934 y a las siete de la mañana del 7 de octubre las tropas entraron en el Palacio de la Generalidad y detuvieron a Companys y a su Gobierno.

La quinta y última de las proclamaciones separatistas se produjo durante la declaración unilateral de independencia de Cataluña de España, aprobada por el Parlament de Cataluña el 27 de octubre de 2017, dirigida por Carles Puigdemont y proclamada en directo ante más de mil periodistas y millones de incrédulos espectadores. Serio y altivo, el sustituto de Artur Mas, proclamó la siguiente frase: «Como presidente de la Generalitat asumo al presentarles los resultados del referéndum ante el Parlamento y nuestros ciudadanos, el mandato de que Cataluña se convierta en un Estado independiente en forma de república». Para acto seguido, y con una diferencia de 8 segundos exactos, añadir: «Proponemos suspender durante unas semanas la declaración de independencia para entrar en una etapa de diálogo», anunció después de proclamar la independencia. La segunda más corta fue la proclamada por Lluís Companys y duró 10 horas, lo que tardó el Ejército español en entrar a detenerlo.

Días trágicos se sucedieron en los meses siguientes al ridículo mundial que protagonizamos todos los españoles. La fractura social se extendió en Catalunya; según el Colegio de Registradores un total de 4.558 empresas trasladaron su sede social de Cataluña a otras regiones de España, y entre estas se incluyen seis de las siete cotizadas catalanas del Ibex 35; el odio se ha generalizado entre familias y la frustración se extiende entre amplias capas de separatistas que de buena fe creyeron en el relato supremacista.

Fue la república más breve de la historia, ocho segundos eternos e intensos, el lapso que tardó el ex presidente de la Generalitat huido en la actualidad en proclamar la independencia de Cataluña y en suspenderla inmediatamente después para poder pedir un diálogo imposible con el Gobierno español.