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Política

Casa Real

La ronda de consultas del Rey queda en el aire por el 26-M

Casa Real tendrá que cuadrar fechas para que la reunión de Felipe VI con los partidos en Zarzuela, que debería ser tras la constitución de las Cortes el 21 de mayo, no se produzca en plena campaña.

El Rey Felipe, en una imagen de archivo / Efe larazon

Casa Real tendrá que cuadrar fechas para que la reunión de Felipe VI con los partidos en Zarzuela, que debería ser tras la constitución de las Cortes el 21 de mayo, no se produzca en plena campaña.

La incontrovertible victoria en las urnas de Pedro Sánchez deja el camino institucional allanado a Zarzuela y dibuja para el futuro próximo un procedimiento de investidura y de formación de Gobierno delicado pero asumible. Aunque el líder socialista, previsiblemente, deberá esperar a una segunda votación de investidura en la que alguna formación independentista tendrá que abstenerse, todo apunta a que recibirá del Monarca el encargo de formar Gobierno tras solo una ronda de consultas con Felipe VI y que no se repetirá el laberinto político de 2016. Pese a todo, el equipo que asesora al Rey en Zarzuela prepara un calendario institucional de un mes en el que hará efectivas las prerrogativas que nuestra Constitución concede al Jefe de Estado.

La próxima semana Felipe VI viajará a Nápoles para un acto de Cotec junto a Don Juan Carlos, pero el jueves estará de vuelta en Yuste para la entrega del premio Carlos V. Al día siguiente viernes el Rey estará en Barcelona inaugurando el Salón Internacional del Automóvil, el mismo día en el que comienza la campaña electoral de las municipales, autonómicas y europeas. Tras esta semana de «precalentamiento» arrancará el periodo más delicado para la actividad institucional del Monarca. El Congreso de los Diputados se constituirá el 21 de mayo una fecha fijada en el Real Decreto Real Decreto 129/2019, del pasado 4 de marzo. Entonces se procederá a votar a los miembros de la Mesa y al presidente de la misma independientemente de lo que hayan avanzado hasta el momento las negociaciones de investidura. Al día siguiente, el miércoles 22 de mayo el nuevo presidente o presidenta de la Cámara Baja será recibido en Zarzuela y se fijarán las fechas para la ronda de consultas.

Es en este punto donde la Casa Real debe tomar una importante decisión: tradicionalmente la ronda de consultas se ha celebrado al día siguiente o sin apenas dilación a la constitución del Congreso pero en esta ocasión las fechas coinciden con la recta final de la campaña electoral de las municipales, autonómicas y europeas por lo que se podrían posponer hasta después del 28-M. Si el proceso transcurre como está establecido todo apunta a que antes de que acabe el mes de junio se podría cerrar la constitución del Gobierno con el juramento o promesa de los cargos de los ministros del segundo mandato de Pedro Sánchez. Será entonces cuando la normalidad institucional vuelva a sus cauces y el Rey podrá retomar su agenda internacional al ritmo acostumbrado.

Sin embargo no conviene relajarse porque en cualquier momento pueden surgir imprevistos que desconfiguren el procedimiento establecido y que, por tanto, obliguen a reaccionar con poco margen de tiempo. De hecho ya ha tenido lugar una de estas desviaciones: Moncloa ha sentado un molesto precedente al organizar para este lunes una ronda de contactos con el presidente del Partido Popular, Pablo Casado, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, y el que a priori es el mejor situado para ser su socio de Gobierno, el secretario general de Unidas Podemos, Pablo Iglesias. La motivación de Pedro Sánchez para recibir en presidencia del Gobierno a los candidatos de los principales partidos es ningunear a Podemos recordándole su estatus de cuarta fuerza política y reafirmar su imagen institucional y de Estado alejada de la lucha política característica del periodo electoral.

Sea como fuere, lo cierto es que la Constitución estipula en su artículo 99.1 que «después de cada renovación del Congreso de los Diputados, y en los demás supuestos constitucionales en que así proceda, el Rey, previa consulta con los representantes designados por los Grupos políticos con representación parlamentaria, y a través del Presidente del Congreso, propondrá un candidato a la Presidencia del Gobierno» y, por tanto, el formato de ronda de consultas elegido por Sánchez es demasiado parecido al que corresponde al Rey y fomenta la generalización de un perfil de presidente del Gobierno más cercano a lo que un presidente de la República representa por ejemplo en Francia, donde a este cargo tiene aparejada la Jefatura del Estado.

Aunque en los engranajes institucionales del Estado la ronda de consultas en Moncloa sea del todo punto irrelevante y su repercusión se circunscriba al juego político entre partidos, siendo las consultas que tienen lugar en Zarzuela las únicas que cuentan a la hora de que un candidato se presente a un debate de investidura en el Congreso, lo cierto es que el mensaje que proyecta la decisión del líder socialista es confuso y puede producirse un detrimento simbólico de las funciones que nuestra Constitución atribuye al Rey. A nadie se le escapa que si el candidato a la presidencia necesitaba reunirse con el resto de líderes podía haberlo hecho, por ejemplo, en la sede del Congreso en la Carrera de San Jerónimo (así lo hizo Mariano Rajoy cuando era presidente en funciones durante la legislatura fallida) y no en Moncloa y, desde luego, no en un formato y con un aparato que mimetizan desafortunadamente la ronda de consultas del Monarca.

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