Política

Ayuntamiento de Madrid

Laboratorio en Madrid

Manuela Carmena
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Su decisión marca los pasos del resto de actores políticos de Madrid: Manuela Carmena ha tirado para adelante y volverá a ser candidata. Siempre deseó hacerlo, pero, eso sí, en su condición de baza electoral, esto es, con las manos libres para configurar una candidatura a su gusto, superadora incluso de las siglas partidistas. El camino andado ha tenido sus recovecos. Al fin y al cabo, la alcaldesa ha buscado superar la imagen de guirigay e inexperiencia que la diversidad de sus concejales ha transmitido estos años, casi siempre por no comprender que un Ayuntamiento, sobre todo uno tan importante como el de la capital de España, debe estar al servicio de todos sus vecinos, apartándose de tentaciones ideológicas excesivas.

Pablo Iglesias ya puede respirar más tranquilo, pero también lo hará Pedro Sánchez, ambos líderes enfrascados coordinadamente en una operación de refundación de la izquierda. Aun cuando el presidente del Gobierno juegue a dar vueltas a su cartel electoral, sus aspiraciones para que la izquierda mantenga la capital pasan por Carmena. Y ver detrás de tal interés una jugada política de mayor alcance está lejos de ser descabellado. Sin duda. El «sanchismo» y «el pablismo» saben bien cuál es el camino. Entenderse en Madrid es sólo un paso para un acuerdo de mayor recorrido. La capital de España es el laboratorio perfecto para relanzar la deseada «nueva izquierda», de recorrido nacional.

Naturalmente, la decisión de Manuela Carmena obliga también a los demás partidos a mover ficha; el PSOE, a la espera del propio Sánchez y su hipotética terna de aspirantes, aunque todo apunta a que el papel del elegido será meramente pactar luego con Carmena. Parece claro que Pedro Sánchez va a renunciar a dar la batalla en el Ayuntamiento y se conformará con que las demás formaciones de la izquierda madrileña acepten por igual que su candidato común a la Comunidad sea el del PSOE, Ángel Gabilondo.

Ante ese reparto de papeles, quiénes deben reflexionar son los partidos de centro y de derecha (PP, Cs y VOX). Con la refundación de la izquierda en marcha, sus formaciones deben calibrar a dónde les lleva su división y enfrentamiento, y si no sería recomendable que se coordinasen a su vez, cooptando candidatos bien representativos capaces de entenderse para llevar adelante proyectos comunes que puedan dar réplica en el nuevo escenario político que ya asoma por el horizonte.