PSOE

«Lo único que pedí a mi ejecutiva fue lealtad»

Sánchez afronta las próximas primarias del PSOE y la recta final de su primer año como secretario general pertrechado por su «nucleo duro» de confianza

Pedro Sánchez
Pedro Sánchezlarazon

«Lo único que pedí a los miembros de mi Ejecutiva fue lealtad». Esta frase pronunciada por el líder del PSOE, Pedro Sánchez, refleja el estrecho vínculo de confianza que esperaba el secretario general de los miembros de su equipo más cercano cuando los designó. Después de unos primeros meses convulsos de mandato en los que su liderazgo estuvo en cuestión, Sánchez afronta la recta final de su primer año al frente de la dirección socialista mucho más tranquilo y pertrechado por sus incondicionales.

El «núcleo duro» de Sánchez es su Comisión Ejecutiva Federal, «en ella están las personas de su confianza y con quienes cuenta para tomar decisiones», señalan fuentes cercanas al líder del PSOE. Su mano derecha es su número dos, César Luena, encargado de las labores de «fontanería» de Ferraz y de gestionar algunos de los asuntos más espinosos del partido. Luena muestra su implicación con Sánchez, hasta tal punto que sigue sus comparecencias, tomando notas, desde la primera fila de la sala de prensa de la sede federal.

Dentro del grupo de personas de máxima confianza que forman este círculo se encuentran también la secretaria de Estudios y Programas, Meritxell Batet, a la que Sánchez encargó la labor de redacción de los programas municipal y autonómico; la secretaria de Empleo, Luz Rodríguez, muy activa en la actividad de la Ejecutiva debido a que la creación de empleo es uno de los pilares de las reformas que enarbola el líder del PSOE; el secretario de Economía, Manuel de la Rocha; o el portavoz parlamentario del partido, Antonio Hernando. El trabajo en equipo de este nutrido grupo de «aliados» quedó patente en el primer Debate sobre el Estado de la Nación, en el que Sánchez contó con la colaboración de todos ellos para la elaboración de su discurso. Una intervención muy aplaudida dentro del partido y que supuso el primer éxito del secretario general al frente de su formación.

Sin embargo, haN sido las actuaciones polémicas las que han propiciado las primeras suspicacias dentro de su equipo. La defenestración de Tomás Gómez y la consiguiente disolución de la federación madrileña puso de relieve que algunos de los miembros de su Ejecutiva atendían a una lealtad superior a la que profesaban por Sánchez. La reunión en la que el líder del PSOE comunicó su decisión fue una foto fija de los hilos que sustentan las relaciones en la sede federal. El sector andaluz y el valenciano –afines a Susana Díaz– se ausentaron de la cita y algunos de los que sí acudieron mostraron abiertamente su disconformidad con la expulsión de Gómez. Así lo hizo la secretaria de Relaciones Internacionales, Carme Chacón, que la definió como un «error» o la secretaria de Inmigración, Eva Matarín, y el de Movimientos Sociales, Pedro Zerolo, que debido a su vinculación con el PSM censuraron firmemente la determinación de la dirección.

La ex ministra suma a esta disensión una larga lista de desplantes –como no avisar a Sánchez de la manifestación frente a la embajada de Francia tras el atentado de Charlie Ebdo y aparecer allí acompañada de José Luis Rodríguez Zapatero– o la serie de tentativas a concurrir a las primarias del partido que todavía no se han materializado en una candidatura concreta.

Discrepancias aparte, el PSOE nacional exhibe –tras los comicios del 24 de mayo– un optimismo renovado. A pesar de marcar el peor dato histórico en unas elecciones municipales, la dirección celebra haber recuperado dos millones de votos desde las europeas y el cambio de tendencia que el nuevo liderazgo ha aportado al partido. «Pedro ha devuelto la ilusión», comentaba en campaña un barón territorial, que vivió la época de desprestigio en la que no podían salir a la calle con las siglas del PSOE. Superar el 20% de votos y estar a sólo dos puntos del PP permite al líder socialista respirar tranquilo, por el momento, y afrontar las primarias –para las que ya recaba apoyos –con la certeza de sentirse el candidato único. Un escenario que no comparten en Andalucía, donde ya suenan tambores de guerra.

Pedro Sánchez

OPTIMISMO EN LA DERROTA

A pesar de marcar el peor dato histórico en unas municipales, el PSOE celebra haber recuperado dos millones de votos desde las europeas y el cambio de tendencia que ha aportado el nuevo liderazgo. «Pedro nos ha devuelto la ilusión», comentan.