Política

Cataluña

Los barones del PP van a la Ejecutiva con las espadas en alto por la financiación

Algunos planean intervenir, pero la dirección media para intentar contener la discusión

Rajoy y los presidentes autonómicos en la reunión del pasado mes de mayo
Rajoy y los presidentes autonómicos en la reunión del pasado mes de mayolarazon

Los presidentes autonómicos del PP han intercambiado bastantes conversaciones en estos últimos días. El debate lo agitó el pasado lunes la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, con su propuesta de financiación «singular» para Cataluña, y que fue contestada inmediatamente por Génova. Pero el rechazo que se escenificó tanto desde el Gobierno como desde la dirección nacional del partido no ha sido suficiente para aplacar los recelos en las filas autonómicas.

Algunos de los principales barones del PP han planeado sacar este debate en la reunión del Comité Ejecutivo que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, convocó para esta mañana, después de que explotase la «pelea» dentro de las filas de su organización a cuenta de la iniciativa de Sánchez-Camacho. Durante este fin de semana, este periódico ha contrastado cómo algunos de los principales referentes territoriales del PP comparten la exigencia de que este asunto esté encima de la mesa de la reunión de la Ejecutiva. E incluso anticipaban que tenían la intención de pedir hoy la palabra para tomar posición en relación a la financiación autonómica. Génova y el propio Rajoy han hecho y harán todo lo que esté en sus manos para intentar que el «fuego» vaya a menos.

Es habitual que cuando hay por delante un Comité Ejecutivo que puede ser conflictivo la dirección nacional medie antes de que éste se desarrolle para controlar los ánimos y evitar durante la reunión trasladar una imagen de conflicto y de división. A veces lo hace antes de que comience la reunión y otras, durante la misma, en la intervención del presidente del Gobierno. Aunque las Ejecutivas se celebran a puerta cerrada, su contenido se filtra al detalle a los medios de comunicación, a veces incluso mientras está en desarrollo. Y es un hecho que la propuesta de financiación para Cataluña ha hecho brotar las diferencias internas que existen siempre que se pone este asunto encima de la mesa, y que en esta ocasión están agudizadas por la crisis económica.

Rajoy sabe que sus presidentes autonómicos no van a aceptar una financiación a la carta para Cataluña. Y también sabe que entre los suyos hay barones que reclaman que se revisen las aportaciones que hacen al sistema las comunidades más productivas, como demandan desde Cataluña. Pero no para ceder ante la Generalitat, sino para compensar los desequilibrios a su favor del sistema que pactó el presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero con el tripartito que presidía José Montilla.

En pleno pulso, Rajoy ha preferido calmar las aguas antes de marcharse esta semana a Panamá para participar en la Cumbre Iberoamericana. El margen del Gobierno en esta cuestión es muy limitado, por los efectos de la crisis económica en la caída de los ingresos y por cómo ésta ha alterado los equilibrios entre los distintos impuestos. La revisión del actual modelo quedará condicionada, además, por el nuevo marco impositivo que pondrá en marcha el Gobierno en 2014, aunque puede que no entre en vigor hasta el siguiente. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, no pudo ser más claro esta semana cuando ante el movimiento del PP catalán, sentenció: «La financiación autonómica se abordará a partir del segundo semestre de 2014». O dicho de otra manera, que por muchas prisas que tengan todos los presidentes autonómicos, asfixiados por la crisis, las «injusticias» de la actual financiación por los recortes tendrán que seguir esperando. La financiación «singular» para Cataluña, con una solidaridad interterritorial «limitada», tal y como propuso hace una semana Sánchez-Camacho, no recibirá hoy la bendición del Comité Ejecutivo. Y es posible que la catalana escuche directamente lo que algunos de sus compañeros han comentado estos días: que es una propuesta que le hace el juego al nacionalismo. Rajoy no se apartará de la defensa del principio de solidaridad. Y de la reivindicación del consenso y del acuerdo entre todos, en un marco multilateral. Pero aun así, la líder catalana mantiene el apoyo del presidente.