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CiU y ERC dan 6 meses a Rajoy para validar su consulta ilegal

Anuncian que la convocarán aunque fracasen las conversaciones. El Parlamento catalán aprobará en breve una declaración de soberanía

Artur Mas, durante su discurso de fin de año
Artur Mas, durante su discurso de fin de añolarazon

El proceso de autodeterminación que pretende liderar Artur Mas con la ayuda de ERC no va a permanecer mucho tiempo en la nevera. Esquerra es la principal interesada en que el camino a la independencia de Cataluña se haga a toda velocidad y en breve va a visualizarse la determinación del frente nacionalista. CiU y ERC se han dado seis meses (primer semestre de 2013) para negociar con el Gobierno el ejercicio del derecho a decidir, es decir, medio año para que Mariano Rajoy permita a la Generalitat convocar una consulta de autodeterminación en Cataluña.

ERC no tiene ninguna confianza en esta vía –«no servirá de nada», dijo anteayer Oriol Junqueras–, pero la ha aceptado porque cree que es conveniente de cara a conseguir apoyos internacionales. La tesis es simple: demostrar al mundo que el Gobierno de Cataluña ha hecho todo lo posible para acordar una consulta dentro del marco legal español, pero que se ha dado contra un muro (constitucional).

En este contexto hay que interpretar la reunión que Mas piensa solicitar a Rajoy próximamente (no se sabe todavía si dentro de unas semanas o dentro de unos meses). Al fin y al cabo, el acuerdo de gobernabilidad entre CiU y ERC establece la obligatoriedad de dialogar con el Gobierno para encarrilar la consulta.

No obstante, nadie confía en que esto conduzca a un acuerdo entre Mas y Rajoy, porque el presidente del Gobierno ya ha dejado claro que está dispuesto a dar mejor acomodo a la diversidad territorial en España, siempre y cuando no se desborde la Constitución. El presidente de la Generalitat, por su parte, está evitando por el momento recrudecer la tensión con el Gobierno, una actitud que responde a dos objetivos: evidenciar su talante democrático –insiste enormemente en ello– y evitar una pugna innecesaria en un momento como el actual, en que la Administración catalana depende financieramente de las transferencias del Estado.

La tarea del Parlament

Si el proceso de diálogo entre el Gobierno y la Generalitat fracasa –que es lo más probable–, el frente nacionalista no tiene la intención de arredrarse. Al contrario. Es en este punto cuando va a comenzar verdaderamente el desafío catalán. Antes de materializar la consulta, CiU y ERC usarán su mayoría en el Parlament (suman 71 de los 135 diputados y confían en añadir al menos los 13 de ICV y los 3 de la CUP) para aprobar dos iniciativas en el hemiciclo. La primera se producirá, muy probablemente, este mismo de enero y consistirá en formular una «Declaración de Soberanía del Pueblo de Cataluña». Se hará en el primer pleno de enero y fijará el compromiso con el derecho a decidir.

De inmediato, CiU y ERC retomarán los trabajos de la Ley de Consultas, los cuales quedaron suspendidos por el final precipitado de la pasada legislatura. Esto significa que la reunión entre Mas y Rajoy –el presidente del Gobierno ya ha dicho que no tiene ningún inconveniente en celebrarla– podría producirse en paralelo a la fase final de esta ley, que está llamada a acabar en los tribunales porque la Generalitat pretende usarla para preguntar por el Estado propio para Cataluña, algo que desborda por completo el ámbito de competencias autonómico.

Sea como sea, la Generalitat asegura que la consulta se acabará celebrando durante el año 2014, aunque Unió Democràtica, en cambio, sostiene que sólo se puede convocar si es legal. El consejero de Presidencia y portavoz de la Generalitat, Francesc Homs, aseguró ayer, en una entrevista al diario «Avui-El Punt», que Cataluña «tiene suficientes competencias exclusivas y jurisprudencia del Tribunal Constitucional para hacer la ley», la cual pretende aprobar de tal manera que no sea necesaria la autorización del Gobierno para celebrar la consulta.

Antes de llamar a las urnas, sin embargo, CiU y ERC tienen la intención de desbrozar el camino a la independencia mediante la creación de un «Consejo Catalán para la Transición Nacional», el cual integrarían personalidades de reconocido prestigio para asesorar al Govern en las tareas de impulso y materialización de la consulta. En paralelo, la Generalitat tratará de lograr apoyos internacionales.

Pero los partidarios de la independencia no pueden descuidar que su causa logre aceptación social. Por eso, ayer, el presidente de ERC, Oriol Junqueras, llamó a los baleares a separarse del Estado español o, lo que es lo mismo: «La única alternativa para su futuro es que estén en manos de sus ciudadanos y no en las del Gobierno español». En definitiva, Junqueras señaló que sin la independencia no se puede mejorar la vida de las personas.