Madrid
Más de 4.000 oficiales reclaman a Defensa su despacho desde 2008
Su tarjeta militar les reconoce el empleo y cobran como tal, pero les niega su diploma. Critican que el Ministerio se aferre a un reordenamiento teórico
Es ya una cuestión moral. De orgullo podría decirse, porque la reclamación de más de 4.000 oficiales del Ejército de Tierra no implica ningún beneficio económico. Sólo exigen su despacho que les acredite como lo que son, capitanes o comandantes. Es decir, un diploma que no llega y Defensa no les entrega, creando una situación cuanto menos insólita: capitanes que ostentan las tres estrellas de seis puntas, cobran como capitanes y en cuyas tarjetas militares les identifica como capitanes, pero que para el Ministerio son tenientes. O comandantes con la estrella de ocho puntas en sus uniformes, con retribuciones de comandante y tarjetas de identificación militar de comandante, pero reconocidos sólo como capitanes. Así que, más de 4.000 militares (prácticamente todos en reserva o ya en retiro) cobran por un empleo superior al que Defensa les reconoce.
Lo que piden es un reconocimiento, sobre todo después de una reivindicación que tiene su inicio en 1974, cuando Francisco Franco firmaba y promulgaba la Ley que declaraba a extinguir, entre otras, las Escalas Auxiliares y Cuerpo Auxiliar de Especialistas del Ejército de Tierra, que 40 años después todavía no han terminado de extinguirse, existiendo aún oficiales en actividad y reserva. Su régimen de ascensos se mantenía, pero pasaban los años y no se hacían efectivos. Todo parecía llegar a su fin con la Ley de la Carrera Militar, la Ley 39/2007 que incluía una disposición adicional, la décima, que marcaba el «reordenamiento de los escalafones de las Escalas Auxiliares y del Cuerpo Auxiliar de Especialistas». Eso sí, con efectos económicos a partir del 1 de enero de 2008, algo que aceptaron, pues sino las arcas ministeriales no hubieran podido asumir tantos atrasos.
Se realizó un primer ordenamiento «teórico» (o provisional), publicado en el Boletín Oficial de Defensa (BOD) de 14 de marzo de 2008, indicando las nuevas fechas de los ascensos a teniente, capitán y comandante, y los afectados tenían tres meses para presentar alegaciones ante cualquier irregularidad. Así que el BOD de 30 de octubre de 2008 publicó la reordenación en la que se especificaba el número de escalafón, los empleos y la antigüedad asignada a cada empleo, con carácter definitivo, según lo estipulado en el punto 2, apartados a, b, c, d, y punto cinco de la citada disposición adicional décima. Apenas un mes después, el 18 de noviembre, el BOD hacía públicos nominalmente los ascensos a capitán y comandante determinados por la Ley de la Carrera Militar.
Aquí el primer sinsentido, pues marcaba que algunos militares ostentaban el empleo de capitán desde el 1 de enero de 2008 y el de comandante desde la misma fecha, algo que se solucionó con las resoluciones 562/08816/09 y 562/08820/09, publicadas en el BOD de 16 de junio de 2009, donde se declaraba, por resolución de 24 de abril de 2009 de la Subsecretaria de Defensa (por delegación de la ministra), que la antigüedad válida era la marcada en octubre de 2008, es decir, la definitiva. Así que se anotó en su hoja de servicios su nuevo empleo, se les expidió una nueva tarjeta de identificación militar y en sus nóminas cobraban lo correspondiente a su nuevo rango (siempre a partir del 1 de enero de 2008, no con carácter retroactivo). Pero no llegaban los despachos para estos oficiales, es decir, sus títulos que les acreditan como comandantes o capitanes, por lo que comenzaron los recursos y reclamaciones.
Llegaron incluso hasta el Senado, donde el Grupo Popular, entonces en la oposición, presentó una enmienda, aprobada y publicada en el Boletín Oficial de las Cortes de 21 de junio de 2011, en la que se decía que «el Ministerio de Defensa hará las gestiones oportunas para la expedición de los correspondientes títulos de los empleos con las antigüedades reconocidas en aplicación de esta Disposición» (la adicional décima). Pero las enmiendas aprobadas nunca vieron la luz.
Desde entonces, han enviado cartas a los ministros que en estos años han estado a cargo del Ministerio de Defensa, esto es, Carme Chacón y Pedro Morenés, y hasta han iniciado procesos judiciales. Unos pocos han ganado y al resto, por el contrario, se les ha negado. La Audiencia se agarra a que los titulos se otorgan sólo al personal militar que asciende en actividad, ignorando que a miles de suboficiales, ascendidos a tenientes en reserva, y a otros muchos militares en reserva ascendidos al empleo superior, les han sido entregados los correspondientes despachos o títulos del nuevo empleo.
Defensa no expedirá títulos
Desde el Ministerio de Defensa se asegura al respecto que los afectados fueron reordenados por cursos de aptitud de acceso a las citadas escalas y, dentro de los mismos, según la calificación obtenida, con independencia de su empleo. Según alegan, con la disposición adicional décima de la Ley de Carrera Militar no se buscaba «efectuar la revisión de la carrera militar desde su ingreso de los militares incluidos en el ámbito subjetivo de la aplicación», sino únicamente «reordenarlos en base al último criterio alcanzado». Los afectados consideran que la respuesta de Defensa se basa sólo en el primer reordenamiento teórico y no en el definitivo.
Según remarcan desde el Ministerio, hay «reiterada doctrina de la Audiencia Nacional al calificar las antigüedades como teóricas y eficaces únicamente en orden al escalafonamiento». Además, se remiten a la respuesta del ministro de Defensa, Pedro Morenés, a una pregunta del diputado de CiU, Jordi Xuclá en mayo de 2012, en la que asegura que la «asignación de antigüedad ha sido anotada en los expedientes de los interesados y no está previsto ningún calendario para expedir títulos de empleo».
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