Igualdad
Montero admite que hay que dar una «respuesta» al «solo sí es sí»
La ministra de Igualdad reconoce que, «aunque solo hubiera un caso»
de rebaja de penas, habría que actuar
PSOE y Unidas Podemos siguen consumiendo los días que restan hasta el próximo 7 de marzo, sin certificar avances en la negociación que propicie la adhesión de los morados a la proposición de ley socialista para reformar la Ley del «solo sí es sí». Se adelantan buenas intenciones. «Sé que es posible el acuerdo y para ello voy a trabajar», dijo hoy la ministra de Igualdad, Irene Montero. Sin embargo, esta vocación no se aterriza en ningún resultado concreto. El PSOE presentó en solitario su iniciativa de reforma tras tres meses de negociaciones infructuosas en el seno del Gabinete y trasladó las conversaciones al entorno del Congreso de los Diputados para intentar concitar los apoyos parlamentarios que no consiguió dentro de su propio gobierno. En el marco de estas negociaciones, tal como publicó ayer este diario, el PSOE ofreció a Montero capitalizar los cambios en la norma estrella de Igualdad. Un reparto de roles que otorgaba el liderazgo a Igualdad y permitía preservar la unidad de la coalición. Montero se negó, porque –según fuentes socialistas– los morados nunca han querido tocar una coma de la redacción actual de la ley.
En este sentido, la actitud de las ministras de Podemos ha sido un freno desde el primer momento por la gestión (equivocada) que se ha hecho de la crisis derivada de las rebajas de penas por el «solo sí es sí». Desde un primer momento se negó que se fueran a producir revisiones y una vez que comenzó el incesante goteó se restó credibilidad al mismo, asegurando que se debía a una mala aplicación de la ley o a la información de parte de los medios de comunicación. «Necesitamos datos oficiales para ver realmente el alcance de las decisiones judiciales sobre las rebajas», dijo Montero en una entrevista reciente y estos datos los oficializó ayer el Consejo General del Poder Judicial: 646 rebajas de penas y 65 excarcelaciones de agresores sexuales.
Ante la evidencia de las cifras y tras intentar distorsionar su contundencia, asegurando que son «incompletos», la titular de Igualdad reconoció ayer por primera vez la necesidad de dar una «respuesta» ante la problemática derivada de su ley estrella. «Con un solo caso –de revisión de penas–, ya sería suficiente para que insistamos en que es necesaria una respuesta a esas víctimas y al conjunto de la sociedad», señaló en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. No obstante, la ministra reiteró que las rebajas de condenas son una «minoría», porque «la mayoría de revisiones han mantenido las penas, ya que caben en la horquilla anterior».
Este cambio de actitud se saluda por parte del PSOE, pero sin grandes alharacas, dado que son conscientes de que los morados siguen muy lejos de adherirse a la proposición de ley socialista, que prevé restablecer la horquilla penológica anterior a la ley del «solo sí es sí». A escasos días de que se vote en el Congreso, lo que piden desde Ferraz es que Podemos no impida la tramitación de la reforma –lo que se vota el próximo martes es el inicio mismo del proceso parlamentario–, porque lo interpretarían como que sus socios no asumen que haya que resolver el «problema» generado con las rebajas de penas al amparo de la Ley del «solo sí es sí». «De las declaraciones de Montero se puede inferir que no se opondrán, pero nunca se sabe», dicen fuentes socialistas. En todo caso, el PSOE no quiere hacer cábalas y no está dispuesto a negociar en el objeto último de la reforma: evitar que se sigan beneficiando los agresores sexuales sin quitar el consentimiento del centro de la norma. «Si alguien tiene una propuesta mejor, que la haga», dicen.
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