Entrevista
Pablo Linares, presidente de la ADVC: «A ver cómo argumenta el Gobierno la expulsión de los benedictinos de Cuelgamuros»
El responsable de la Asociación para la Defensa del Valle de los Caídos aventura que habrá «una guerra jurídica que va a ser larga»
Su abuelo materno, Antonio Clemente, fue uno de los trabajadores –republicano y obrero libre– que levantó Cuelgamuros, un enclave que Pablo Linares intenta preservar al frente de la Asociación para la Defensa del Valle de los Caídos (ADVC), creada en 2009 para dar a conocer la historia del recinto, aunque no tardó en dar la batalla contra «el odio y la sinrazón» de los «gobiernos de izquierdas» y «la cobardía de los de derechas». Con la cruz más alta de la cristiandad como testigo, empeñado en conseguir la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) para este rincón de la sierra de Guadarrama, Linares atiende a LA RAZÓN en un alto que ofrece vistas privilegiadas, con el complejo monumental a nuestra espalda.
¿Qué opina de la comisión creada para resignificar Cuelgamuros?
Yo recomiendo al Gobierno que no corra mucho, puesto que, si consiguen llegar a algo, que está por ver, se le va a acabar un comodín tan recurrente para ellos como es el del Valle de los Caídos.Ya no tienen el comodín de Franco, pero siguen teniendo el comodín del Valle. Se ha creado una comisión, como ya creó Zapatero, una comisión de expertos o pseudoexpertos en su momento, que tenía que decidir nada más y nada menos que el futuro de un conjunto monumental tan impresionante y tan histórico. Vamos a estar muy atentos, por supuesto, a la falta de objetividad que va a tener esa comisión y, desde luego, ahí están los tribunales para oponernos a lo que tengamos que oponernos, y esto va a ser una guerra jurídica, entiendo que larga.
¿Qué puede ocurrir tras la desacralización? Se habla de un centro expositivo.
Son los tópicos, una vez más. Por un concepto muy alto que tenga el presidente del Gobierno de sí mismo, no puede desacralizar una basílica y menos una basílica pontificia como esta, eso solamente dependería de las altas autoridades eclesiásticas de este país y del Vaticano. Está por ver que la Santa Sede pueda colaborar en algo tan sensible y que genere tanta polémica en su contra como esto. Repito que desacralizarlo no puede y si quiere montar un museo expositivo de lo que es la construcción del Valle, a mí me puede parecer hasta bien, siempre que sea un tema objetivo, no de una sola parte, como lo van a hacer ellos. Desde luego, yo estoy convencido de que esa comisión va a carecer de la objetividad mínima imprescindible para decidir el futuro de un lugar como este. Si dentro de esa comisión está el mantenimiento serio y eficaz del Valle de los Caídos, bienvenida sea, pero no va a ser así.
Es el problema quizá más grave: las esculturas de Ávalos se desmoronan, hay goteras, humedad y desatención general.
Siempre digo lo mismo y siempre diré lo mismo. Mientras las circunstancias no cambien, los gobiernos que ha habido en España, de derechas, o supuestas derechas, por cobardía, y los de izquierdas por claro odio, tienen este lugar absolutamente abandonado. Este es un conjunto monumental de unas dimensiones importantes, con lo cual el mantenimiento también tiene que ser importante. Pero nadie puede alegar una falta de recursos económicos, puesto que a un conjunto monumental importante, con un mantenimiento importante, se tiene que unir que todo lo que se recaude en cuestión de taquillaje en la puerta y en otros conceptos también es considerable, con lo cual no debería haber habido ningún problema y, por supuesto excusas desde el punto de vista económico, para mantener convenientemente este recinto. Siempre lo he dicho y aquí lo voy a repetir: a mí se me cae la cara de vergüenza cuando veo que vienen extranjeros a ver el Valle, a visitar el Valle desde el punto de vista del culto o desde el punto de vista del turismo, y se echan las manos a la cabeza de ver cómo está, en cuanto a la conservación, un conjunto monumental de estas características.
¿Cómo van las visitas?
Va muy en función de cómo está la polémica con el Valle. Si la polémica con el Valle crece, las visitas crecen; si la polémica decrece, las visitas también. Hay que tener en cuenta que el Valle de los Caídos es un monumento solo parcialmente visitable. Antes, cuando estaba todo abierto –había tres restaurantes, una cafetería, se podía subir a la base de la cruz y funcionaba el funicular–, llegamos a tener hasta 1.100.000 visitantes al año, muy poquito por debajo de nuestro vecino monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Ahora mismo estamos en unas 200.000-250.000 visitas, que es muy poco para lo que el Valle merece tener.
¿Los fondos de las entradas se destinan al mantenimiento?
Sí, desde hace un par de años el dinero de las entradas va a una cuenta de la Fundación de la Santa Cruz del Valle de los Caídos y, en teoría, debería ser para el mantenimiento serio y eficaz del lugar. Sin embargo, está yendo, hasta donde tenemos noticia, para pagar los trabajos de las peticiones de exhumaciones de caídos que están aquí enterrados, cuyas familias así lo han pedido. El mantenimiento es el mínimo exigible.
¿De cuánto dinero hablamos?
No tengo esa cifra en estos momentos, pero podemos decir que son unos 200.000 visitantes los que pagan. La diferencia son los que entran para los actos de culto, que no pagaban, solo faltaba, aunque ahora quieren cobrar hasta para acudir a los oficios religiosos. Están abonando una media de unos 7 euros porque la entrada principal cuesta 9, pero también hay entradas reducidas. Podemos hacer una operación matemática simplísima para saber que aun teniendo 200.000 o 250.000 visitantes, lo que se recauda en taquilla también es importante.
¿Y cómo se encuentra la comunidad religiosa?
Bueno, deberían ser ellos los que contestasen a esa pregunta, pero hasta donde yo puedo ver están tranquilos, no sé si es que lo fían todo a la providencia, que está muy bien, pero yo los veo con ánimo, por supuesto, de no irse. Es que no han hecho nada por lo que tengan que marcharse, no han hecho nada que se les pueda achacar, jurídicamente hablando. Vamos a ver cómo lo argumenta el Gobierno para expulsar a una comunidad benedictina modélica, que desde el año 1958 se encuentra aquí rezando por todos los caídos de la guerra, no solamente los que están en el Valle. No han incumplido en ningún momento ninguna de sus responsabilidades para estar en esta abadía.
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