Negociación

El pacto entre PSOE y Sumar encalla en el nuevo laborismo que quiere Díaz

Intensifican las negociaciones para rubricar el acuerdo en esta misma semana

La líder de Sumar y vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, durante un acto de Compromís-Sumar, en el Palau de les Arts.
La líder de Sumar y vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, durante un acto de Compromís-Sumar, en el Palau de les Arts.Rober SolsonaEuropa Press

El límite es el 31 de octubre. Todavía no hay fumata blanca entre PSOE y Sumar para rubricar el acuerdo programático para reeditar un gobierno de coalición, aunque las conversaciones se han acelerado en los últimos días después de semanas en las que el socio minoritario ha denunciado en varias ocasiones que se encontraban lejos de cerrar un pacto. Ahora, de cara a esta semana, fuentes cercanas a la vicepresidenta aseguran que la negociación se encuentra en su punto final y no descartan que en esta misma semana pueda firmarse el acuerdo. Algo que en el PSOE también ven posible estos plazos. Tener atado el apoyo de Sumar, antes de que se produzca la jura de la Constitución de la Princesa Leonor. Este pacto llegará antes también del que se firme con Junts y ERC.

Sumar busca en esta negociación dar cumplimiento a todo lo que prometió en campaña electoral bajo la premisa de presentarse como un actor que hace lo que dice. A la vez, dejar de lado el foco mediático que en estos días, de manera obligada, se ha situado en Oriente Medio y, durante toda la negociación, en la ley de amnistía y las negociaciones con Junts y ERC. En el partido de la vicepresidenta saben que los socialistas les han dejado «para el final» ante la complejidad de las negociaciones con los distintos actores políticos.

La máxima, según se repite a diario es lograr un gobierno de avances, «no de consolidación» y evitar que la próxima legislatura se convierta en una continuación de la anterior, sino que se traduzca en medidas ambiciosas. Sin embargo, en el equipo negociador denotan que hay un rechazo en el PSOE a armar un compromiso explícito como el que Unidas Podemos arrancó al PSOE en 2019. La actitud de los socialistas, de hecho, es no cerrar un programa de gobierno que no aleje a sus socios en el Congreso, como Junts o el PNV, donde las negociaciones encallan en la agenda más social. Algo que solivianta en Sumar, donde especifican que ningún otro actor puede «echar freno» a la agenda programática de PSOE y Sumar. En el partido reconocen que en esta negociación «no tiene la sartén por el mango», pero no por ello se rendirán, explican.

El equipo negociador de PSOE, encabezado por María Jesús Montero, y de Sumar, por Nacho Álvarez, ya cuenta con un esquema avanzado de compromisos. Ahora, la pata más complicada de las conversaciones recala en todas las promesas de los de Díaz en materia laboral, la cartera que Yolanda Díaz continuará liderando en el futuro gobierno. Sumar busca que esta legislatura sea la del trabajo, la de la consolidación de un nuevo estatuto del trabajo con varias premisas: endurecer el despido, subida del salario y reducción de la jornada laboral, como principales cimientos. Es el nuevo laborismo que defiende la líder de Sumar.

Así, en público esta semana la vicepresidenta ha desvelado el escollo en las negociaciones para aprobar la reducción de la jornada laboral máxima de 37,5 horas en 2024 con el objetivo de bajar hasta las 32 horas semanales a lo largo de la legislatura. El PSOE, de momento, no firma la medida de Díaz y así, las negociaciones en este sentido se encuentran «encalladas», según reconocen los de Díaz. Preocupa este punto porque la vicepresidenta hizo gala de esta medida en campaña electoral. Así, Sumar seguirá insistiendo en las próximas horas en proclamar que «el tiempo de trabajo es vital para la gente, para vivir mejor, para poder ser más felices», como defendió la propia Díaz en un acto este fin de semana en Valencia.

La vicepresidenta en funciones tiene por lema pactar una agenda social amplia con el objetivo de que la gente «viva mejor» y busca «democratizar el trabajo». Es por eso que sitúa el foco en todas las medidas del ámbito social en estos momentos. Otra de sus apuestas que también se trabaja en la mesa de negociación es la del modelo de despido restaurativo, es decir que todos los empresarios paguen la indemnización en función de las circunstancias del trabajador despedido. El aumento de las indemnizaciones por despido o el salario de tramitación en caso de despido nulo son algunos de los elementos que no se pudieron incluir en la reforma laboral. En lo que respecta a la subida del salario mínimo interprofesional hasta el 60 por ciento del salario medio real, aunque hay consenso entre los dos partidos, todavía no hay acuerdo de cómo incluirlo en el acuerdo de coalición. Tampoco hay consenso en el impuesto permanente a la banca, por el que clama Díaz, según desveló el partido esta semana.´

Otra de las reclamaciones de Díaz en la campaña electoral, una de sus medidas estrellas, ha sido la de instaurar una herencia universal para los jóvenes que cumplan 18 años. Una especie de cheque que serviría para invertir en vivienda, educación o en un proyecto profesional. Esta vía, sin embargo, fue rechazada por el socio mayoritario en plena campaña electoral. En el PSOE se apuesta por asegurar que los jóvenes puedan acceder al mercado laboral, antes de sufragar esta vía y durante la negociación han enfriado la medida. Se trata de una transferencia de 20.000 euros a todos aquellos jóvenes que, en el momento en que la medida se ponga en marcha, cumplan 23 años, o tengan menor edad pero sean mayores de 18.