Análisis
Una participación que apunta nueva tendencia
Una concurrencia importante en las elecciones municipales ha favorecido tradicionalmente una victoria de las derechas en las urnas
En las elecciones municipales de 2019 la participación alcanzó el 65,2%, con un censo de 35.221.005 electores. En 2023 es de 35.414.665, de los que 414.581 son extranjeros residentes con derecho de voto. En esta ocasión ha sido del 63,9%, 1,3 puntos menos, y la abstención ha llegado al 36,09%.
Los 2,5 millones de españoles residentes en el extranjero no tienen derecho a voto municipal, aunque sí al autonómico en las 12 CC AA y Ceuta y Melilla. Las elecciones municipales celebradas ayer son las duodécimas de la Democracia. La media de participación en las once convocatorias anteriores, las que van desde 1979 a 2019, fue del 66,2%. UCD ganó las elecciones de 1979, y el PSOE las tres siguientes; 1983, 1987 y 1991. En 1995 se produce un cambio de ciclo político, es el fin del felipismo y la llegada a la Moncloa de Aznar. En estas elecciones por primera vez gana el PP. En las tres convocatorias que le siguen se mantendrá un empate técnico de PSOE y PP; 1999, 2003 y 2007, que se romperá en 2011 con el inicio de una nueva época, la caída del PSOE de Zapatero y el dominio electoral popular, que llevará a Rajoy a la Moncloa. En las elecciones de 2015 volverá el PP a ser el más votado, hasta las últimas, celebradas en 2019, cuando el PSOE superara al PP.
¿Nos encontramos ante un nuevo cambio en el ciclo político? Cuando este se produjo en las elecciones generales en los años 1996 y 2011, vinieron precedidos por un incremento en la participación en las elecciones municipales de 1995 y 2011, respectivamente, que permitió al PP ganar ampliamente ambas elecciones locales. Estas dos victorias en las elecciones municipales del PP en estos dos años se produjeron bajo circunstancias especiales, distintas al resto de las elecciones municipales celebradas desde 1987; con la mayor participación registrada hasta entonces, incluso superando la media nacional. En 1995 el récord de participación fue del 69,9% y en 2011 del 68,3%. Las derechas se movilizaron en las elecciones municipales previas a las generales para iniciar la reconquista de la Moncloa.
La atención por lo tanto durante este 28-M se situaba en el seguimiento de la participación y en su interpretación. Una participación importante en las elecciones municipales ha favorecido una victoria de las derechas en las urnas. Finalmente ha sido del 63,9%, dato que se hubiese incrementado al 65,5% si no hubiese sido por el excepcional hundimiento de la participación en 9,3 puntos en Cataluña y del 5,9% en el País Vasco. Las derechas han sumado 8,8 millones de votos, frente a 6,2 del PSOE, la diferencia ha sido de 2,6 millones. Hace cuatro años la ventaja solo fue de 0,9 millones.
En las elecciones celebradas desde 1977, la participación en unas elecciones locales ha sido 6,7 puntos porcentuales inferior de media a la registrada en las generales. El promedio en las 15 elecciones generales de 1977 a 2019 ha tenido una participación del 70,3% sobre el voto CER, es decir, de los residentes, mientras que el de las municipales ha sido del 66,2%. Superar ese porcentaje ha significado desde 1987 una victoria de las derechas y preludio del cambio de ciclo que se certifica en las siguientes generales.
El escrutinio comienza por el voto depositado a lo largo del día en la urna, siguiendo por el voto por correo. El 3,1% del censo ha solicitado esta modalidad, porcentaje similar al 2,9% de 2019, con la salvedad del fraude detectado en Melilla que suponía que el 19,2% del censo había solicitado el voto por correo: 11.707 peticiones con un ceso de 61.126 electores, cuando en Ceuta el porcentaje se limitaba al 3,4%, y el total nacional al 3,1%.
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