Tribunales

"Pasamos mucho miedo": tres sanitarias amenazadas por familiares de una paciente ratifican su denuncia

Aseguran al juez que temieron por su integridad física tras adentrarse los dos investigados "muy alterados" en el área de acceso restringido del centro de salud

Los condenados agredieron a un guardia civil tras negarse a identificarse
Una patrulla de la Guardia Civil tuvo que acudir al centro de salud avisada por las sanitariasGuardia Civil

Dos doctoras y una enfermera del centro de salud del barrio zaragozano de Casetas han ratificado en los juzgados de la capital aragonesa los insultos y amenazas de muerte que sufrieron por parte de dos familiares de una paciente a la que, se quejaban, se habían negado a atender en su domicilio. Según fuentes jurídicas, las tres han explicado en el Juzgado de Instrucción Número 5 de Zaragoza el altercado que protagonizaron los dos investigados por atentados contra agentes de la autoridad la tarde del pasado 4 de marzo tras colarse en la zona reservada al personal sanitario del citado centro de salud tras llamar por teléfono para reclamar que enviaran una ambulancia al domicilio de su abuela, enferma oncológica que -según explicaron- llevaba cuatro días sufriendo dolores de espalda.

Las sanitarias han corroborado, según esas mismas fuentes, el testimonio que prestaron el día de los hechos ante la Guardia Civil. Según consta en el atestado, al que ha tenido acceso LA RAZÓN, explicaron que ese día se encontraban de guardia en el centro de salud cuando sobre las tres de la tarde recibieron una llamada de un hombre que requería asistencia médica para su abuela por los fuertes dolores de espalda que sufría. Tras sugerirle si podía trasladarla al centro de salud, porque al encontrarse en esos momentos solo tres sanitarias en el mismo si se desplazaban dos no podían garantizar el servicio de urgencias, el interlocutor se alteró notablemente "perdiendo las formas y el respeto, llegando a insultarla", según refirió una de las doctoras. "No vas a mover tu puto culo pues, como siempre", le espetó. Y después de pedirle su nombre para denunciarla, colgó el teléfono.

Dos minutos después, siempre según la versión de las sanitarias (el comunicante, una vez identificado, se acogió a su derecho a no declarar ante la Guardia Civil), volvió a llamar recriminando a la doctora: "¿Por qué coño has colgado el teléfono niñata de mierda?". La médico le insistió, como había hecho antes, en que le facilitara el nombre de la paciente para poder atenderla. Según explicó, tras mandarle "a la mierda" e insistir en denunciarla por no enviarle una ambulancia, le colgó el teléfono porque, explicó, "no se puede atender a una persona que no atiende a razones".

"Muy encolerizados"

Posteriormente, cuando se encontraba comiendo en las dependencias del centro de salud reservada a los sanitarios, escuchó golpear "bruscamente la puerta" que da acceso a esa zona reservada y tras dirigirse al lugar vio a una pareja joven "muy alterados" reprochando al personal: "Mira las tres tocándose el papo, tan ocupadas que están y mi abuela muriéndose de dolor". Según relató, preguntaban "muy encolerizados" dónde estaba la doctora que les había cogido el teléfono. "Que dé la cara, que se la voy a partir", gritó el joven según el relato de la profesional sanitaria.

Otra doctora les explicó que "deberían acudir al hospital para recibir el tratamiento adecuado" pues en el centro de salud "ya no podían atenderla" al no disponer de más medios para aliviarle el dolor. La pareja les recriminó que si su abuela se moría sería culpa suya, insistiendo "de malas formas" en que se les facilitara el nombre de la doctora para presentar una denuncia. Otra de las sanitarias explicó que actuaron "con agresividad y violencia" exigiendo conocer su identidad y se negaban a salir porque decían estar convencidos de que se encontraba dentro "escondida en la habitación".

Avisada la Guardia Civil, varios agentes se personaron en el centro y cuando las sanitarias acudieron, escoltadas por la patrulla, al puesto del Instituto Armado a interponer la denuncia los dos jóvenes "se encontraban en el exterior" en el interior de su coche y desde allí les hicieron "el gesto de pasarse el pulgar sobre el cuello como amenaza con cortárselo". Al salir, los airados familiares de la paciente les avisaron de que les estaban grabando. "Te voy a denunciar", le espetó uno de ellos.

Según aseguró en sede judicial otra de las sanitarias, las tres temieron por su integridad física y pasaron "mucho miedo" puesto que la pareja pudo acceder al centro de salud con total impunidad.

Según las fuentes consultadas, los investigados han reconocido que se encontraban alterados por lo que consideraban falta de atención médica a su abuela, pero han negado las amenazas y que intentaran agredir a las sanitarias.

El abogado de una de las víctimas, Jorge Piedrafita, considera los hechos constitutivos de delitos de atentado contra la autoridad, intento de agresión, amenazas de muerte, injurias graves y violación de la imagen personal de las profesionales médicas. El letrado se queja de las situaciones de tensión que genera "la ausencia de personal de seguridad en los centros de salud rurales, así como la falta de personal mínimo en los centros de atención continuada, que de forma habitual en lugares como Épila provocan que una única persona facultativa se quede sola en el centro de salud sin seguridad ni personal alguno de apoyo".

Desde la acusación particular se considera necesario que la respuesta jurídica a estos hechos "sea lo suficientemente disuasoria y frene el aumento de las continuas agresiones al personal sanitario, tratando de erradicar esta lacra sobre los profesionales vocacionales que garantizan la salud de toda la ciudadanía pese a la precariedad a los que la Administración los somete".