Política

No pienses en un elefante rosa: el juego mental para entender la cumbre Sánchez-Feijóo

El control de la agenda, clave en el pulso entre el Gobierno y la oposición

No pienses en un elefante rosa: el juego mental para entender la cumbre Sánchez-Feijóo
No pienses en un elefante rosa: el juego mental para entender la cumbre Sánchez-FeijóoPixabay

Estimado lector (estimado votante): te voy a hacer una petición. No pienses en un elefante.

Haz todos los esfuerzos posibles para conseguirlo. Concéntrate. No pienses en un elefante. ¿Lo has logrado o tu mente está viendo precisamente eso que no quiere ver? ¿Estás visualizando un elefante gris con su trompa, sus enormes orejas, sus pequeños ojos, sus enormes patas? Seguro que sí. En tu mente hay en este momento un elefante.

Ahora, más difícil todavía: no pienses en un elefante rosa. Concéntrate de nuevo. ¿Lo tienes? ¿Eres capaz de no pensar en ese mismo elefante pero pintado de rosa? Más bien es justo lo contrario: tu mente está precisamente viendo lo que no quería ver, un elefante rosa. Y, si nos lo proponemos, verá un elefante de color azul, o un elefante con un sombrero, o con una falda de cuadros.

Este truco de prestidigator es una de las teorías clásicas de la comunicación (y del marketing político en particular) más elementales y eficaces, y el mandamiento número 1 de cualquier político: tienes que ser capaz de marcar la agenda de la actualidad. En este objetivo llevan remangados desde hace días (posiblemente sin saber de la existencia de ese elefante rosa vagando por el subconsciente de los votantes) los equipos de comunicación del presidente del Gobierno y del líder de la oposición.

La teoría, sustanciada en un libro breve pero directo del gran teórico en la materia, George Lakoff, y llamado precisamente "No pienses en un elefante", gira en torno a lo importante que es marcar el tema del que se va a hablar... y, más aún, evitar aquello que bajo ningún concepto debe estar en la agenda pública. Y aquí está la trampa: entrar en los temas que propone el enemigo, aunque sea para desmentirlos, es un error.

No entrar en los temas que propone el rival

El armario de Pedro Sánchez está lleno de elefantes (Carles Puigdemont es sin duda el jefe de la manada), aunque el líder socialista tiene una habilidad innata para ir haciendo más y más espacio en su interior. El objetivo, por tanto, es hacer todo lo posible para que no se hable de los pactos con Bildu, de la Ley de Amnistía, de los vuelos del Falcon, de los improperios de Miriam Nogueras y el "lawfare" o, en su momento, de las controversias con los ministros de Podemos.

Por oposición, el objetivo de Núñez Feijóo es luchar para que ninguno de estos temas salga de la agenda pública o, peor aún, se cambie un elefante por otro. En el caso del PP, ya se sabe, ese enorme elefante (sea rosa o no) lleva el nombre de Santiago Abascal. Y el apellido de Vox. Y es realmente una carga muy pesada.

Tenemos por tanto situados a los dos principales elefantes en el armario. Uno se llama Carles Puigdemont (con el permiso del resto de la "manada" con la que debe lidiar cada día el Gobierno). El otro, el líder de Vox. Y también la trampa que acecha a Sánchez y Feijóo, y que quedará patente en la reunión del viernes: hablar de ese elefante, aunque sea para desmentir que existe, es un error.

Es decir, es un anhelo imposible de lograr pedir al votante que no piense en un elefante. El simple hecho de mentarlo produce el efecto contrario. Los políticos lo saben, y por ello Luis Bárcenas era para Mariano Rajoy "ese señor del que usted me habla" y Puigdemont un peligroso agente tóxico con el que está prohibido hacerse la foto.

Para la reunión de este viernes en el Congreso de los Diputados, Alberto Núñez Feijóo ha puesto todo su empeño en marcar una agenda del día repleta de elefantes: Ley de Amnistía, el "deterioro institucional" con los jueces, la "despolitización" de los medios de comunicación públicos RTVE y EFE, el acuerdo con Bildu en el Ayuntamiento de Pamplona... La acreditada habilidad de Sánchez y su equipo logrará, posiblemente, colar en la opinión pública otros elefantes.

Será un análisis alternativo e interesante para ver quién ha ganado realmente el pulso. Y saber de quién es el elefante rosa.