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Presión

Pinza PP-IU para aflorar los contratos de armas con Israel

►Feijóo defiende mantenerlos y exige al Gobierno que pague «a escote» la indemnización por el de las balas

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, ayer, tras participar en la XXIX Lectura Continuada de ‘El Quijote’ en el Círculo de Bellas Artes en Madrid Gonzalo PérezLa Razón

¿Quién pagará la cuenta? Es la pregunta que se hacen en el PP y también en Izquierda Unida. Se refieren al coste de la rescisión del contrato de compra de balas a la empresa israelita IMI Systems: además de perder el material necesario para la Guardia Civil, España tendrá que asumir la indemnización que se derive del incumplimiento del contrato. En medio del caos, ayer se podía escuchar que el Gobierno se plantea prohibir la entrada de la munición israelí para no tener que pagarla (una explicación más que llamativa) o que el ministro Marlaska había mentido porque ni el contrato de las balas ni la ley imponían una multa millonaria, como él había alegado, apelando a un informe de la Abogacía del Estado para continuar adelante con el proceso.

Moncloa es el principal ventilador de informaciones contra el ministro para salvar la cara del presidente del Gobierno, al tanto de esta operación como del resto de contrato adjudicados o formalizados, y que ayer adelantó LA RAZÓN. Moncloa responde a esa cruda realidad, que deja en evidencia que no se ejecutó el compromiso político que Sánchez asumió en octubre de 2023, con la afirmación de que todos los contratos serán revocados, pero tampoco explica las consecuencias económicas, diplomáticas y para nuestras Fuerzas Armadas y Cuerpos de Seguridad de esa decisión, de llegar a ejecutarse.

No desvelan cómo impedirán la indemnización a Israel

El optimismo del ministro de Transformación Digital, Óscar López, que ayer garantizó que el Gobierno, al detectar un problema, lo había solucionado, contrastó con el ejercicio de realismo contenido de la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que admitió que tendrán que hacer frente a alguna penalización, pero de menor valor. Están preparados para posibles «litigios», apuntó.

En este marco surrealista, donde el cinismo de los compromisos y de las declaraciones públicas ha chocado con la realidad de las compras de material armamentístico, y de las necesidades militares de nuestro país, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, hizo ayer una llamativa pinza, y preocupante para Moncloa, con Izquierda Unida (IU), el partido que realmente ha doblegado el pulso a Sánchez, y también a Yolanda Díaz. Esta mantuvo un perfil bajo hasta que vio que las amenazas de IU, con Podemos por detrás, iban en serio. El PP e IU harán que salgan a la luz todos los contratos con proveedores israelíes: el PP, quiere mantenerlos, pero busca poner en evidencia el sistema «fake» en el que se mueve el Gobierno; IU, exige su revocación –este medio también adelantó ayer un compromiso, teórico, de Moncloa para anular todos los que estén en proceso, en una huida hacia adelante para salir de la crisis abierta.

Feijóo criticó el «abuso de poder» del Gobierno por «motivos únicamente políticos». También propuso que sea el Consejo de Ministros quien pague «a escote» la rescisión del contrato de las balas, y no los españoles. Y denunciará al Tribunal de Cuentas a quien la firme porque «será responsable de la responsabilidad patrimonial ante la denuncia que va a presentar por menoscabo de los caudales públicos».

¿Qué une a Feijóo y a Maíllo?

Ante la confirmación, publicada ayer por la RAZÓN, de que España adjudicó hasta 46 contratos a Israel desde el inicio de la guerra con Gaza, por un valor de más de mil millones de euros, el PP exige saber cuántos componentes de armamento que se están montando en este momento en empresas españolas vienen de Israel. «Los mismos que se rasgan las vestiduras por comprar balas a Israel siguen permitiendo la compra masiva de gas ruso. "¿Acaso Rusia no está en guerra, no hay una masacre en curso contra ciudadanos ucranianos?", se preguntó.

La auditoría que Feijóo exige la pide también el partido de Antonio Maíllo, que no da por cerrada la crisis hasta que no se conozca la verdad, y poco le importan los intentos de Díaz por rebajar la tensión. IU sabe que está recobrando espacio en el tablero político, y que la situación de Sumar es cada vez más compleja. No va a soltar esta presa, en una batalla que coloca al Gobierno de coalición en una situación imposible.