Opinión

Plan de resistencia en Moncloa

Lo de Franco es un «franco» indicador de la tensión en Moncloa

MADRID, 05/04/2024.- El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se reúne con el vicepresidente de IBM y director mundial de IBM Research, Darío Gil, este viernes en el Palacio de la Moncloa. EFE/ Fernando Calvo/Pool Moncloa SOLO USO EDITORIAL/SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se reúne con el vicepresidente de IBM y director mundial de IBM Research, Darío Gil, en MoncloaFernando Calvo/Pool MoncloaAgencia EFE

Este tío no tiene vergüenza. Desde junio de 2023 llevaban los parientes de las 160 familias que han solicitado la exhumación de sus deudos del Valle de los Caídos pidiendo entrar a verlos. Se les decía que no, aduciendo problemas de seguridad física de las excavaciones. Y va el presidente y se adelanta a todos ellos sin rebozo, para hacerse la foto política y lucrarse del viejuno antifranquismo en plena campaña electoral vasca. Me puedo imaginar perfectamente el dolor de ver a Pedro Sánchez sacando pecho delante de los huesos de mi abuelo o mi tío. Hasta el rabo todo es toro: él usa para su causa las desgracias y los gozos. Ha faltado tiempo para que los afectados protesten y enseguida Moncloa les ha respondido con una invitación para visitar el laboratorio, pero el gesto obsceno y crudelísimo ha puesto de relieve que éste no respeta ni a los muertos.

Hay nervios en las alturas. Hace tiempo que cada salida del presidente requiere un despliegue policial llamativo. Ya les conté que, en Valencia, cuando visitó El Campanar tras el incendio, obligó a los periodistas a desalojar los pisos cercanos, para garantizarse un cinturón de privacidad. Pero es que esta misma semana ha estado en la Biblioteca Nacional, para inaugurar la exposición sobre Luis Martín-Santos, y los transeúntes eran obligados a alejarse físicamente de la valla del recinto. Sánchez no puede asomar un pie sin que lo abucheen.

Lo de Franco es un «franco» indicador de la tensión en Moncloa, ahora que el dedo acusador señala a la mujer del presidente. Begoña Gómez usaba el correo electrónico bego.fundraiser (bego, buscadora de fondos) para conseguir apoyos empresariales que después se han substanciado en cosas tan graves como los 500 millones para rescatar a Air Europa. El «caso Koldo» ha desvelado el rostro de la pandilla de palmeros y amigotes que se han ido formando en torno a la pareja y, si hay algo a lo que el voto es sensible, es a la corrupción. Particularmente sigo todo esto de Begoña con asombro. Quiero decir que en Francia o en Alemania el primer ministro ya habría caído por algo así. Que la primera dama sea procuradora de enchufes económicos es el final de la democracia igualitaria.

Aquí, en la Moncloa acosada, se han limitado a elaborar un plan de resistencia y respuesta con tres ejes: Ayuso, Franco y la campaña internacional pro palestina. Comparar lo del novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid con lo de la mujer del presidente es tarea a la que se dedican estos días los palmeros de Pedro Sánchez. No niego que el asunto madrileño sea feo. Defraudar a Hacienda sale caro y, en el caso de Alberto González, puede que además le cueste un disgusto conyugal, porque Ayuso está pagando en carne política estos desmanes. Pero nada tiene que ver un enjuague fiscal de un pariente con el tráfico de influencias por cientos de millones desde el tálamo de Moncloa. Si hay personas que equiparan ambas cosas sólo puede ser por ignorancia o mala fe.

Entre unas cosas y otras, está la esfera pública hecha unos zorros y el personal, francamente desmotivado. Con el PSOE y, de rebote, con el PP. Eso no es bueno para nadie. Como quedan tres tandas de elecciones –las vascas, las catalanas y las europeas– es de esperar que todo arrecie. Las noticias sobre la suciedad y los esfuerzos por taparlas. Así que empieza un largo baile de exhibición de fantasmas de la guerra civil, golpes de efecto y escupitajos al prójimo. El Ejecutivo aguanta porque aguanta la economía, pero el resultado final será la inevitable y poco recomendable tierra quemada.