28-M
El PNV se aferra al PSOE para evitar darle poder a Otegi
Arnaldo Otegi pide «deportividad democrática» para gobernar en Vitoria y Guipúzcoa
El resultado de las elecciones ha sido muy elocuente y ha penalizado al PNV. Los nacionalistas vascos perdieron más de 80.000 votos en la autonomía vasca, aunque resistieron como primera fuerza por número de sufragios. No obstante, Bildu quedó por delante por número de concejales y avanzó mucho, tanto que ganó en Vitoria y en Guipúzcoa, dos importantes centros de poder local. Sin embargo, la izquierda abertzale se puede quedar sin rentabilizar esa victoria porque el PNV va a intentar impedirlo: por lo menos, esa es la declaración de intenciones de su líder, Andoni Ortuzar, quien apuesta por reeditar el «acuerdo paraguas» con el PSE para los ayuntamientos y las juntas generales. Con este acuerdo, se pretende determinar el funcionamiento de las coaliciones, aunque luego es cada territorio quien decide en función de las circunstancias.
En este sentido, se da por hecho que el PSE aceptará este escenario (todavía no se ha verbalizado públicamente) ya que gobierna con el PNV en el gobierno vasco y porque ha quedado meridianamente demostrado que los socialistas han sufrido un severo revés por sus pactos con Bildu. Eso es señal de que debe dar un cambio de rumbo y alejarse de la izquierda abertzale, algo que también ha sugerido el propio Ortuzar este martes, una forma de atar en corto a los socialistas. «Se han sabido posicionar muy bien y están rentabilizando mucho el nuevo papel que han jugado en Madrid. Sánchez en esta última ‘txanpa’ les ha dado mucha vidilla, aunque supongo que ahora estará arrepentido por lo que le ha pasado a él de Miranda de Ebro para abajo, pero a Bildu que le quiten lo bailao», ha señalado.
Además, el PP de Alberto Núñez Feijóo también ha ofrecido ya sus votos para impedir gobiernos de Bildu. Es decir, los nacionalistas vascos podrían contar con el PSE y con el PP. De momento, Ortuzar ya ha mantenido contactos con el secretario general del PSE, Eneko Andueza. Ortuzar también ha abierto la puerta a que una tercera fuerza política forme parte de ese acuerdo paraguas, en referencia a los populares. En cambio, los nacionalistas vascos no podrán contar con Podemos pese a que también van a tantear a los morados: el partido a la izquierda del PSOE ya ha dicho que no tiene nada que acordar con el PNV porque «mira al modelo del PP».
En cualquier caso, en juego ahora mismo hay dos importantes plazas: la diputación de Guipúzcoa, donde el PNV espera que sea el PSE quien le apoye para gobernar, y la alcaldía de Vitoria, donde debería de ser al revés. «Nosotros somos conscientes de que, aun siendo primera lista en algunos cuantos pueblos, no vamos a tener la alcaldía porque Bildu va a tener más votos que nosotros al acordar con otros, y asumirán ellos el sillón de la alcaldía», ha afirmado Ortuzar, en referencia a Bildu. Arnaldo Otegi ha pedido «deportividad democrática» para que se deje gobernar a la lista más votada. «Está claro que la diputada general de Gipuzkoa tiene que ser Maddalen Iriarte, la alcaldesa de Vitoria Rocío Vitero. No contemplamos otra hipótesis. ¿Que sucede otra cosa?, la tendrán que explicar», ha dicho Otegi. La izquierda abertzale ha incluido en sus listas electorales a 44 etarras y 15 de ellos han conseguido escaños (dos de ellos, condenados por delitos de sangre).
Feijóo ha ofrecido los votos del PP para que haya pactos que impidan a Bildu gobernar, pero el PNV tampoco garantiza a los populares que vayan a gobernar en Laguardia y Labastida, donde han vencido. En ambas localidades ha ganado el PP, pero el PNV ha quedado como segunda fuerza y, probablemente, se unan a Bildu para gobernar.
De esta manera, los bloques en el País Vasco de cara a la constitución de los ayuntamientos van despejándose tras las dudas que podía generar la posición del PSE: si nada cambia, los socialistas se unirán al PNV, donde también podría colaborar el PP, mientras que Bildu y Podemos irán por otra vía.
Navarra
La escalada de Bildu también se ha traducido en mayor apoyo en Pamplona. Ahí ha quedado como segunda fuerza, con ocho concejales y tan solo uno menos que UPN. Por ello, los de Arnaldo Otegi reclaman el apoyo de PSOE y Podemos para poder hacerse con la vara de mando. Sin embargo, se da por imposible que lo consiga tras el giro dado por los socialistas, que ahora parecen con voluntad de alejarse de la izquierda abertzale tras los acuerdos alcanzados en la última legislatura. En este sentido, han trazado una maniobra para negarle el apoyo a Bildu y, a la vez, arrebatarle la alcaldía a UPN. La candidata del PSN a la alcaldía de Pamplona, Elma Saiz, señaló ayer que opta a lograr un gobierno municipal en Pamplona de la mano de Geroa Bai y Podemos, que suman más votos que Bildu, aunque necesitarían el apoyo de los abertzales para gobernar.
Tras las elecciones del 28-M, el pleno del ayuntamiento de Pamplona quedó configurada por nueve ediles de UPN, ocho de Bildu, cinco del PSN, dos del PP, dos de Geroa Bai y uno de Podemos. La mayoría absoluta está situada en 14 concejales y, por tanto, tiene que unirse toda la izquierda para lograr desbancar a UPN.
La candidata socialista asegura que no hará alcaldesa a Cristina Ibarrola, de UPN, ni a Joseba Asiron, de Bildu. Hasta ahora, el alcalde ha sido Enrique Maya, de UPN, aunque hace dos legislaturas gobernó Asirón. Saiz explicó que los modelos de UPN y PSN son «antagónicos». «UPN se ha mostrado incapaz de sacar adelante los presupuestos exceptuando el que le apoyamos desde el PSN en pandemia. Nos ningunearon, no son de fiar», ha añadido, para destacar que «tienen un modelo excluyente y no son capaces de reconocer la pluralidad».
En Navarra, María Chivite (PSN), ha llamado ya a las candidatas de Geroa Bai, Uxue Barkos, y de Contigo Navarra, Begoña Alfaro, con el fin de «empezar a explorar un nuevo Gobierno de progreso para Navarra».
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