23-J

Podemos mantiene su plan B ante el veto de Díaz a Montero

Los morados presionan a Sumar para incorporar a la ministra a las listas electorales de las generales

La guerra entre Sumar y Podemos se va acotando porque ya han confirmado que concurrirán en coalición a las elecciones generales del 23 de julio y algunas figuras destacadas del espacio morado (Ione Belarra) irán en las listas. Sin embargo, los vetos impiden que haya paz entre ambas formaciones y eso puede alargar el pulso toda la semana e, incluso, toda la campaña hasta la cita con las urnas. ¿Por qué? Porque los críticos con Yolanda Díaz tienen un arma a su alcance: Juntas sí se puede, un partido que registraron a última hora para tenerlo a disposición si se producía algún desacuerdo en los próximos días en la configuración de las listas electorales o en la elaboración del programa.

En este sentido, según confirman desde el registro de partidos, Juntas sí se puede sigue con vida a pesar de que Podemos aseguró que lo iban a eliminar después del acuerdo alcanzado con Sumar el viernes de forma «in extremis». De esta manera, se reservan hasta el lunes que viene (19 de junio) la posibilidad de presentar una candidatura alternativa, ya que ese es el plazo para configurar las listas electorales.

Lo cierto es que las aguas continúan muy revueltas porque Podemos sigue presionando mucho para introducir a Irene Montero, mientras Díaz mantiene su ninguneo a la ministra de Igualdad. En la jornada de ayer, Pablo Iglesias tomó el micrófono para tratar de apretar a Díaz: «Quedan todavía ocho días (para el registro de las listas electorales). Yo sé que incluso en el entorno de Yolanda Díaz hay muchos sectores que le están diciendo ‘te has pasado’», señaló en una intervención en «Rac 1», revelando supuestas diferencias internas en Sumar para darle más fuerza a su presión. El líder de Podemos en la sombra advirtió de que el «veto» es un «terrible error», que «puede hacer daño» a Sumar: es decir, de forma velada, también lanza ya una amenaza al asegurar que si Montero no está, no pondrá las cosas fáciles para el despegue del partido. Asimismo, también cargó contra el «silencio» de algunas figuras de la izquierda que han estado en Podemos hasta hace poco y han dado el salto a Sumar: Enrique Santiago, Jaume Asens o Ada Colau.

Además, Iglesias también cuenta con aliados en la izquierda: Gabriel Rufián se descolgó ayer con la defensa de Montero y el rechazo a Díaz por la exclusión de Sumar. En una tribuna publicada en el diario «Publico», titulada «No la han vetado, la han vendido», sostiene que la ausencia de la ministra de Igualdad en las listas es una victoria de los rivales políticos: «Ganan los fascistas que la insultaron frente a su casa durante meses».

Mientras Iglesias eleva la presión sobre Díaz, la vicepresidenta parece hacer oídos sordos y mantiene su ninguneo: en la batalla de declaraciones de ayer, evitó hacer referencia alguna a Montero y mira que tuvo la oportunidad de hacerlo en un viaje a Luxembrugo. «Lo que quieren es que les demos soluciones a sus problemas, el resto no tiene demasiado interés», señaló, minimizando la polémica en torno a su veto a la ministra de Igualdad. «España estaba pidiendo un gran acuerdo y lo hemos hecho», afirmó.

Mientras siguen las espadas en alto entre Podemos y Sumar, los morados continúan sin frenar la operación Juntas sí se puede. En este sentido, según han explicado a este diario fuentes de Interior, ha ido a eliminar el partido una persona que no está acreditada como una de las tres representantes legales nombradas por estatutos. Mientras Interior ha denegado a Podemos la eliminación de Juntas sí se puede como partido con posibilidades de concurrir al 23-J, los morados tampoco han tomado cartas en el asunto y han hecho nada por subsanar ese problema, lo que indica que tampoco hay voluntad por hacerlo y puede acabar convertido en un arma más presionar a lo largo de esta semana a Díaz.

En este sentido, en el ala morada son conscientes de que la operación de Díaz de vetar a Montero deja huérfano al electorado con un perfil más combativo y eso puede asimilar a Sumar al PSOE, lo que dejaría un espacio a Podemos para concurrir a las elecciones del 23 de julio. Si bien, también es cierto que pueden pagar muy caro la división en la izquierda mediante la desmovilización y, sobre todo, mediante el desperdicio de los votos en muchas circunscripciones porque finalmente pueden quedarse sin escaño.

En cualquier caso, este juego también beneficia a Pedro Sánchez, quien aspira a aprovecharlo para concentrar el voto útil de la izquierda en el PSOE, ya que ese también es uno de sus ejes estratégicos y de campaña.