28-M

El PSOE fía el vuelco electoral al voto oculto: “No dicen que nos votarán”

El Gobierno busca captar el decisivo voto indeciso con una cascada de anuncios orientados al voto joven y rural

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Sánchez estuvo ayer en Vitoria Europa Press

“Con todo lo que ha hecho este Gobierno, debería tener mayoría absoluta”. Esta frase de un dirigente socialista resume la frustración que recorre el PSOE, donde consideran que la imagen que proyectan todas las encuestas -a excepción del CIS- no se corresponde con el balance legislativo, en forma de avances sociales, que ha impulsado el Ejecutivo. Una radiografía electoral en la que Alberto Núñez Feijóo sigue en cabeza y que alimenta el efecto psicológico e instala un estado de ánimo en la opinión pública tendente al cambio de ciclo. Aunque desde Moncloa sostengan que no buscan una “rentabilidad electoral” con sus medidas, lo cierto es que no acaban de comprender que esto no se produzca y los anuncios se precipitan en forma de cascada, una hiperactividad legislativa dirigida a decantar, en las dos semanas que restan hasta las urnas, el decisivo voto de los indecisos.

El 28-M será un primer termómetro para pulsar el castigo o la recompensa que tienen las políticas gubernamentales, aunque esta contienda tenga un importante componente local, marcada por la gestión a nivel autonómico y municipal, lo cierto es que los candidatos socialistas agradecen los últimos anuncios del presidente del Gobierno: “Nos da alimento”, reconoce una presidenta socialista, que les permiten compatibilizarlos con la agenda desplegada por cada uno de ellos en sus feudos. La gestión del Gobierno, la economía y estas propuestas estrella, lanzadas estratégicamente en mítines de partido, funcionan como contrapeso para que los socialistas puedan enfrentar el discurso del “antisanchismo” que enarbolan desde el PP.

Según los datos del último CIS, entre un 20 y un 30% no sabe todavía a quien va a votar. El 25% asegura que las elecciones más importantes, por encima de las generales, son las municipales y autonómicas. Por tanto, la campaña se tornará decisiva para acabar de decantar a un bloque electoral que se antoja decisivo. Los territorios con más dubitativos reconocidos son Canarias (27,3%), Navarra (24,8%), Asturias (22,3%) y Extremadura (22,3%); todos feudos socialistas. Sin embargo, estos porcentajes no casan con las “sensaciones” que perciben en Ferraz, donde se aferran al “voto oculto” para anticipar el vuelco electoral. “No reconocen que nos van a votar, aunque luego sí lo hagan”, señala un presidente socialista, que justifica que esto es un fenómeno habitual cuando estás en el gobierno porque “no está bien visto” reconocer que vas a perpetuar el sistema actual.

Más allá de ese votante que no quiere reconocer que lo será, el PSOE se centra en seducir a aquellos que todavía no saben por qué opción optarán. El perfil del votante indeciso es el de una persona de clase media que se sitúa en la centralidad -a nivel ideológico- y que se corresponde con dos horquillas generacionales bien diferenciadas, los mayores de 65 años y los estudiantes universitarios. La estrategia de Pedro Sánchez pasa, en estas elecciones, por dejar de lado a su nicho electoral tradicional, los mayores de 65 años, a quienes cree que ya tiene en el bolsillo con la revalorización de las pensiones un 8,5%.

Por el contrario, los últimos anuncios del presidente del Gobierno pivotan sobre los ejes de la campaña, la vivienda y la crisis climática, y esto se orienta hacia dos corrientes de voto que le son ajenas y con baja rentabilidad electoral para los socialistas. Por un lado, el voto joven –tradicionalmente abstencionista- y que le ha dado la espalda en la última etapa, perdiendo hasta un 50% del entorno de 700.000 electores que apostaron por el PSOE en las pasadas elecciones. Por otro lado, el voto rural, que capitaliza mayoritariamente la derecha. Sánchez ya lanzó hace semanas la “Estrategia 30 minutos”, que suponía una dotación de Sanidad y Educación a un máximo de media hora de distancia en el ámbito rural, a lo que se ha sumado la inyección de fondos para el campo con el último paquete para la sequía.

Más allá de las medidas que se lancen en la recta final, en los cuarteles generales de todos los partidos son conscientes de que, más que acertar, la clave para llegar vivo al 28-M es no cometer errores. Un tropiezo o una polémica en los días previos a la cita con las urnas puede acabar por empañar la mejor estrategia de campaña, porque puede que tanto ese voto oculto como indeciso no acabe entonces a materializarse en un voto válido.