
Negociación
PSOE y Junts ultiman el pacto sobre inmigración: «Es cuestión de días»
En las últimas horas se han dado «avances significativos» a la espera del aval de Moncloa al texto

El pacto está cerca. Tras semanas de «avances» discretos, el acuerdo sobre el traspaso de las competencias en inmigración a Cataluña en el que trabajan PSOE y Junts «es cuestión de días». Así lo señalan a este diario fuentes conocedoras del desarrollo de las conversaciones, que reconocen se han acelerado y que podrían resolverse en el corto plazo: a finales de esta semana o principios de la próxima.
Como catalizador ejerció el lunes la decisión de Junts de dar un paso atrás y retirar la proposición no de ley para que Pedro Sánchez se sometiera a una cuestión de confianza en el Congreso de los Diputados. La autoenmienda de los de Carles Puigdemont –precedida de una presión inédita del mediador salvadoreño Francisco Galindo Vélez para que se retractasen– obliga a los juntaires a conseguir resultados en el corto plazo, si no quieren comprometer su crédito político.
Conscientes de que el reloj juega en su contra, Jordi Turull se ha reunido con Santos Cerdán para tratar de desencallar el pacto migratorio. Las fuentes consultadas califican de «significativos» los avances registrados, aunque la confirmación final del texto tendrá que pasar el filtro de Moncloa, esto es, del Ministerio del Interior que dirige Fernando Grande-Marlaska y que se ha mostrado reticente a ceder ningún tipo de atribución que sea de competencia exclusiva estatal. Esto ha hecho que la negociación lleve encallada desde hace meses, porque la consideración de «integral» que exigen los independentistas choca con tres extremos: el control de fronteras, la expedición de los NIE –Número de Identidad de Extranjero– y la apertura de expedientes de expulsión.
Desde el Gobierno ofrecen una fórmula híbrida, una suerte de «custodia compartida» de las fronteras entre los Mossos d’Esquadra, la Policía Nacional y la Guardia Civil, de manera que el cuerpo catalán pueda acompañar a los estatales en las nuevas labores que quiere asumir, pero sin desplazarlos ni suplirlos. «Cada uno dentro de sus competencias», delimitan. Tal como publicó este diario, Sánchez ha creado una suerte de «comité de crisis», integrado por media docena de ministerios, para tratar de alumbrar una visión colegiada a la búsqueda de «soluciones imaginativas» a las exigencias inconstitucionales que sus socios ponen sobre la mesa, para tratar de hacerlas asimilables a la Carta Magna.
Además, ya se ha pactado el despliegue de los Mossos d’Esquadra en puertos y aeropuertos, aunque por cuestiones logísticas su desembarco efectivo no se producirá hasta el próximo mes de septiembre. A este tipo de cuestiones, más prosaicas, como la falta de efectivos o de formación específica para las nuevas tareas que quieren asumir, se han aferrado hasta ahora desde Moncloa para tratar de exponer las dificultades del acuerdo o dilatar, en última instancia, la aplicación del mismo.
Ambas partes reconocen que las negociaciones han sido «difíciles», porque mientras que Junts exigía un traspaso «integral» que adolece de ilegalidad, en el Gobierno buscaban «respetar el paraguas de la Constitución». Consciente de que cualquier cesión que rebase los límites legales será objeto de recurso por parte de la oposición ante el Tribunal Constitucional. El retraso es tal que esta cuestión se pactó hace más de un año en el marco de la negociación de uno de los decretos anticrisis y el horizonte para darle cumplimiento venció a finales de 2024. Los independentistas lo presentan como uno de los muchos «compromisos pendientes» que el Gobierno incumple y que deben resolverse antes de abrir la negociación presupuestaria: la verdadera joya de la Corona.
Además, las negociaciones globales que ha emprendido Moncloa, con varios platos en el aire, vinculan unas cuestiones con otras. Del pacto de las competencias en inmigración cuelga el apoyo de Junts para la reorganización territorial de los menores no acompañados y es condición necesaria, a su vez, para abrir la carpeta del techo de gasto, íntimamente ligada –a su vez– con las próximas cuentas públicas. Por ello, una vez que quede resuelto este fleco, en el Gobierno ven abonado el terreno para tener unos nuevos Presupuestos que permitan agotar el mandato. Un horizonte que no comparten en Junts, que siguen pidiendo negociar pieza a pieza, para seguir cobrándoselas.
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