Pensiones

Rajoy prepara una Convención social para contener la presión

Anuncia un Pleno monográfico sobre pensiones pero esperará para tomar medidas: «Hay que ir poco a poco».

Cientos de jubilados hicieron frente a la lluvia y se manifestaron ayer a las puertas del Ministerio de Hacienda para protestar por la subida del 0,25%
Cientos de jubilados hicieron frente a la lluvia y se manifestaron ayer a las puertas del Ministerio de Hacienda para protestar por la subida del 0,25%larazon

Anuncia un Pleno monográfico sobre pensiones pero esperará para tomar medidas: «Hay que ir poco a poco».

Con los pensionistas en la calle y la oposición dinamitando el marco del Pacto de Toledo para rentabilizar electoralmente el viento en contra del Gobierno, el presidente, Mariano Rajoy, fijó ayer posición con el anuncio de un Pleno monográfico sobre el futuro de las pensiones para que todos los partidos se retraten, aclaren sus propuestas y se analice «lo que han hecho unos y otros». El debate anunciado por Rajoy es su salida política para intentar rebajar la presión de la oposición, que se ha subido al carro de la movilización de los pensionistas para beneficiarse de la agitación de la calle por la sostenibilidad de las pensiones y su futuro.

En una entrevista en el «Programa de Ana Rosa» Rajoy justificó que en estos momentos no hay dinero para subir más las pensiones porque el crecimiento económico no da para tanto, y hay que ir «poco a poco». Rajoy aseguró que entiende las demandas de los pensionistas para que mejoren sus prestaciones, pero que no se puede volver a los tiempos pasados en los que se gastaba lo que no se tenía. «Yo quiero subirlas. Es un problema de poder (subirlas)», resaltó, antes de hacer hincapié en que su obligación como presidente del Gobierno es pensar en el medio y largo plazo. Hay que ir «poco a poco» y «no se puede gastar lo que no se tiene porque eso es lo que provocó la última crisis económica». La clave, insistió, es que se siga creando empleo.

Pero esta toma de postura por parte de Rajoy no calmó, al contrario, los nervios que existen entre los dirigentes territoriales del PP por las condiciones en las que afrontarán las próximas citas electorales. Entre alcaldes y dirigentes autonómicos hay coincidencia en exigir al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que «abra el grifo». «Al menos hay que decir que se va estudiar». En las filas populares luchan dos corrientes. Una, la que representa Montoro y su compromiso con el déficit y con los demás deberes firmados con Bruselas. Otra, la de quienes en unos meses tendrán que empezar a hacer campaña electoral y se jugarán sus puestos y cargos en la primavera de 2019. En Andalucía, antes, si los comicios se anticipan a este próximo otoño.

En medio de este debate, Rajoy está intentando ganar tiempo y no «quemar balas inútilmente». La tesis de la dirección del partido es que aún queda mucho tiempo para los exámenes electorales y hay que jugar las «bazas» más cerca de las urnas porque la memoria es muy frágil y para entonces la oposición se habrá buscado otras vías para intentar mantener el desgaste del Gobierno. Esto, por un lado, porque es que además Rajoy sigue considerando que el camino que marca Montoro es el correcto, y que hay que respetar la regla de la estabilidad para no poner en riesgo la recuperación.

En paralelo, desde sus organizaciones territoriales observan la ofensiva de la oposición con preocupación creciente porque en este caso la «rebelión» en la calle afecta a una de sus principales bolsas de votos, aunque den por descontando que los pensionistas que están participando en las movilizaciones no sean votantes del PP en su mayoría. El miedo es que al final no quede alternativa que hacer algún gesto, pero que llegue tarde y el tanto se lo apunten Ciudadanos y los partidos de la izquierda.

Al margen del Pleno que anunció ayer Rajoy, la cúpula popular trabaja ya sobre la idea de dar un contenido muy social a la Convención Nacional que el PP celebrará en Sevilla a principios de abril. La Convención es el máximo órgano entre Congresos del partido y una plataforma desde la que Génova intentará recuperar iniciativa y espacio político, además de unificar mensajes y reforzar el cierre de filas. Este cónclave reúne a todo el partido, a nivel nacional y territorial, y la idea es que los «barones» tengan su espacio y su papel ante el plenario para acallar la imagen de tensiones internas por la preocupación por la presión de Cs y las próximas citas electorales. El PP está desplegándose territorialmente después de centrarse sólo en Cataluña. De hecho, desde la campaña de las autonómicas el PP ha dirigido toda su artillería fuera de esta comunidad, a la que Rajoy no ha vuelto desde el 21-D y, de momento, tampoco tiene previsto hacerlo. Por otro lado, parece decidido a seguir con su máxima de controlar los tiempos y no dejarse llevar por nervios «coyunturales» que la información de Génova es que no prevé anticipar la designación de candidatos a antes del verano.