
Gobierno de España
Rajoy saldrá al ataque
Echará en cara a la oposición que no tenga más alternativa que la corrupción del pasado. Insistirá en los argumentos del juicio de «Gürtel»: que él no sabía y que los implicados están fuera del PP

Echará en cara a la oposición que no tenga más alternativa que la corrupción del pasado. Insistirá en los argumentos del juicio de «Gürtel»: que él no sabía y que los implicados están fuera del PP.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se ha preparado para ir al ataque en el nuevo Pleno monográfico sobre la corrupción del PP que para hoy ha forzado la oposición en el Congreso de los Diputados. Desde su entorno trasladan las mismas sensaciones que cuando el jefe del Ejecutivo tuvo que declarar como testigo en el juicio sobre la primera parte del «caso Gürtel» que se celebra en la Audiencia Nacional. Dicen que está tranquilo, y que lo lleva «todo preparado, y con munición para atacar si fuera necesario». Atacar con la corrupción de los demás, puntualizan cuando se les pregunta.
Rajoy acude esta mañana al Congreso con la intención de destacar que el tema por el que se le pregunta es de hace veinte años, está judicializado, los que están implicados ya no están en el PP, y que la prioridad de los españoles son otras. La comparecencia en este Pleno extraordinario se deriva de su testifical en la Audiencia Nacional, en la que sostuvo como principal línea de defensa que él ni como presidente nacional del partido ni en los otros cargos que ostentó en Génova se ocupó de la financiación de su formación, y que, por lo tanto, no tiene conocimiento de los hechos que se están juzgando y por los que se ha sentado en el banquillo al ex tesorero del Partido Popular Luis Bárcenas o a Francisco Correa, como supuesto máximo cabecilla de la trama de corrupción.
PSOE y Podemos han mantenido su rivalidad en la nueva etapa de Pedro Sánchez de nuevo al frente del principal partido de la oposición, pero entre los pocos acuerdos que han alcanzado está, precisamente, el pacto para forzar esta nueva comparecencia de Rajoy, a pesar de que en unos meses volverá al Parlamento para declarar ante la comisión que investiga la financiación del partido. Los votos del PNV inclinaron la balanza del lado de la izquierda, y la justificación para llevar a Rajoy al Pleno del Congreso es que no es creíble que no tuviese información sobre las cuentas del PP. El presidente ya expuso en la Audiencia Nacional que según los Estatutos de su organización política no tenía obligación de hacerlo, y no se movió de este argumento. Como tampoco lo hará esta mañana, ya que en lo que afecta a los hechos judicializados el presidente se ajustará al milímetro a lo que dijo en la sede de la Audiencia en la localidad madrileña de San Fernando de Henares. No va a contradecirse a sí mismo no sólo por el coste político sino también judicial. Es decir, como explica uno de sus colaboradores, le citen una, diez o cien veces más, Rajoy «dirá lo mismo que ya ha dicho». Y la única novedad es cómo afronta el pulso político que le planteen desde la oposición.
Según sus colaboradores, Rajoy «no tiene ningún problema» en volver a explicar «por enésima vez la no implicación de la dirección actual y anterior» en los hechos que se juzgan. Entiende, como así lo han verbalizado desde Génova, que de fondo lo que hay es una estrategia de la oposición para sacar rédito electoral de este asunto «aun sabiendo que no hay ninguna responsabilidad ni judicial ni política que reclamar». Y también alega que si insisten en este tema es porque no quieren hablar de la «buena marcha de la economía o del empleo». «No tienen nada más a lo que agarrarse para desgastar al PP», inciden fuentes populares.
A la tribuna de la Cámara Baja no subirá esta mañana un Rajoy dócil, sino el parlamentario corrosivo para sus adversarios por su capacidad oratoria, su experiencia y su dureza en el combate político. Este marco ya lo había anticipado Ciudadanos (Cs), partido que ha llegado a justificar su decisión de no apoyar esta comparecencia en el hecho de que forzar tanto la presión en esa dirección puede que sólo sirva para reforzar al presidente del Gobierno, como ya ocurrió con la moción de censura. En Moncloa esperan un debate «muy duro», incluso «sucio», dicen algunos. Pero también sostienen que el jefe del Ejecutivo va preparado para jugar en el terreno en el que le pongan. Las líneas generales ya las marcó el coordinador general del PP, Fernando Martínez-Maillo, en la reunión de la Diputación Permanente en la que se aprobó esta comparecencia. En el PP saben que la corrupción en la agenda política no les beneficia, porque es su punto débil y siempre que marca el debate les continúa penalizando en los sondeos. Pero también confían en que Rajoy no saldrá hoy «dañado» del Congreso.
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